VARON Y LA VARONA
EL HOMBRE Y LA MUJER
Zacarias Jelinek
21-5-25
Esta
reflexión la realice luego de mi última visita al templo de Caracas hace unos
pocos días. El templo es una fuente inagotable de conocimiento, cuando deseamos
conocer la verdad, despejar misterios y dudas, solo que ambos son falta de conocimiento.
La
CARIDAD, es la mayor virtud conocida como el
amor puro de Cristo.
Es más que un sentimiento profundo
de amor, generalmente dirigido hacia lo divino, que se debe ejercer en nuestras
relaciones como humanos, que convivimos en un mundo natural aplicable para todo tipo de vida. Este tipo de amor se
caracteriza por una entrega completa sin apego por cobrar por los resultados o
esperar recibir algún reconocimiento o beneficio. Debemos trabajar esforzarnos
en servir reponiendo el bienestar de nuestros semejantes, “lo cual no es fácil”.
Es un reto, dado los diferentes niveles de aprendizaje y características que
traemos de nuestra preexistencia terrenal. Es
un principio o valor fundamental en el plan de redención y salvación de Jesucristo. Se refiere al
amor a que los seres humanos debemos sentir, compartir y manifestar sirviendo a
nuestros hermanos, recordando siempre que todos somos hijos de un PADRE CELESTIAL
común, recordando nuestra sagrada misión de contribuir en hacer crecer su
sabio plan para que todos podamos
alcanzar la felicidad
inmortalidad y la vida eterna. Es un servicio gratuito, desinteresado de
carácter universal, no solo terrenal, sin peso, cantidad, medida u
horario de cumplimiento. Aunque obviamente en un plano inicial telestial
donde existimos, se deben observar leyes no limitativas, o que
impidan su aplicación, sino que más bien
complementen la manera de ser más organizados, eficientes efectivos, eficaces. Se manifiesta la caridad en su mayor
estado de pureza, cuando nos ofrecemos a nuestros semejantes de manera
voluntaria sin distinción o discriminación alguna, vigilancia, mediante acciones y servicios por obligación,
ante quienes estén afligidos se encuentren
en estado de necesidad. La ayuda se inicia cuando sentimos amor ante la oportuna posibilidad de servir, atender y
ayudar. Es un amor que debe ser puro, desinteresado, compasivo y
altruista. Surge con mayor
prontitud, fuerza y disponibilidad en el corazón de las mujeres o varonas sin mayores condicionamientos,
siguiendo los sentimientos e impulsos de
sus corazones, por la herencia genética espiritual, y bendiciones por el oficio recibido antes de venir a esta tierra de pruebas,
desafíos, aprendizaje, y oposición. La caridad
purifica, santifica, edifica y suma buenas experiencias. Ese sentimiento se
percibe con mayor fuerza en las mujeres o varonas, por las bendiciones con las
cuales fueron dotadas en su aprendizaje de vida preexistente, para ayudar y ser
fortalecidas en la crianza de los hijos
espirituales de nuestro Eterno Padre Celestial.
Sin embargo, la varona o mujer por su oficio de
ser escogida como la madre de la progenie espiritual
de ELOHIN el Eterno Padre, fue bendecida
con hermosos y poderosos dones, para cumplir con su llamado de multiplicar y
hacer crecer la vida en nuestro planeta. Pienso, que el hombre al no participar de esas
bendiciones, practica más la siembra, trabaja menos en el cultivo y espera
siempre los mejores resultados de la cosecha.
Por ello son poco sensibles a esos valores que lo hacen actuar diferentes
en su oficio como hombres varones. La mujer fue dotada. 1.Del poder del
santo Sacerdocio recibido del PADRE. Mediante ese sagrado poder fue habilitada para concebir, recibiendo la semilla del varón para darle cuerpo y vida terrenal a los
espíritus que decidieron seguir a JESUCRISTO. 2. La varona o mujer, cuida y alimenta la semilla en
su vientre en silencio, muchas veces solicitaría,
por meses autoprotegiéndose acompañada
sola de sus sentimientos y pensamientos. 3.Atiende sus labores como
esposa, madre, hermana y miembro de la familia, sirviendo en sus
responsabilidades sin salario alguno, ante el llamado de ser ayuda y compañera
idónea del varón. 4. Defiende sus
pequeños retoños, los protege y resguarda con celo del peligro en sus
diferentes formas y momentos, durante la vida frágil e inocente de sus pequeños
hijos, que cuida y acobija como las gallina a sus pochuelos.. 5. Está pendiente de su salud, crecimiento y
desarrollo. Estos elementos se mantienen activos durante la infancia y la
adolescencia, hasta que de la desarrollada semilla del ser engendrado surge de sus entrañas como un frondoso árbol multiplicador de la vida en el
futuro, cumpliendo de esta manera con su llamamiento de poblar la vida y mundos
sin fin como madre.
Estos dones forman parte de la genética y
bendiciones espirituales recibidas por
nuestro Padre Celestial, por las cuales siempre debe ser respetada, recordada y muy tomada en cuenta por esas
sagradas dadivas para cumplir con su llamamiento de ser la procreadora madre de
la vida. Su ejemplo diario a la vista del mundo, marca la diferencia entre la manera como la mujer ejerce y siente
la caridad, actuando cada momento utilizando
su responsabilidad espiritual divina,
recibida directamente de nuestros padres espirituales. Por eso su accionar siempre será ministrativo,
porque se trata de ayudar a espíritus y no cuerpos físicos, que generan costos.
Muchas veces está presente en sus
acciones de amor el sufrimiento, el dolor,
la tristeza, la depresión y la impotencia de no poder ayudar en todo lo
que fuera posible. Esta forma de poder amar
plenamente, poco se valoriza o no se
toma en cuenta en el propio seno del
hogar formado. Su sacrificado aporte y autosuficiencia diaria es solo reconocida
pocas horas al año por sus propios compañeros o aun esposos investidos de lo alto
para ser padres. El varón recibió las llaves para gobernar en un planeta dotado
de todo para ser autosuficientes. Se le otorgo una compañera para ayudarlo a
desarrollar la vida y amar a todas las especies. No es un servicio
personalizado bajo su total autoridad, es una cierva al servicio del SEÑOR. El
hombre o varón ha estado más orientado
a guerrear, generar conflictos,
administrar dinero, bienes y servicios, cuando su mayor bendición es preservar
y ser el proveedor natural de la familia humana en los lugares donde
ha establecido un hogar.. Esta mayor concentración de su aporte en el monitoreo y el
control administrativo de lo que se produce porque la tierra lo permite, lo aleja del amor puro de
Jesucristo, cuando el bienestar y la salud, dependen del dinero, para cubrir las necesidades de los
más pobres, afligidos y necesitados, Su desarrollo espiritual es lo más importante entre todos
los hijos espirituales de un padre eterno común a todos, que siendo la mayoría,
también
son nuestros hermanos terrenales de JESUCRISTO.
Conclusión sobre el reconocimiento de la verdadera
caridad entre las varonas:
Fueron las mujeres o varonas, que siempre
acompañaron y estuvieron presentes con Jesucristo en sus momentos mas importantes y
difíciles durante su ministerio. La
caridad se manifestó más allá del afecto que sentían por su maestro. Los hombres lo abandonaron, traicionaron, juzgaron,
condenaron y dudaron de su ministerio. Participaron en su tortura y muerte en
la Cruz. Sus más cercanos discípulos se escondieron y hasta negaron conocerle.
Sus propios hermanos carnales le señalaron de no ocuparse como cabeza de su
hogar como el hermano mayor, apoyando a su madre María ante la ausencia de José
su padre.
Cada
oportunidad de vivir la Caridad nos acerca mas a Jesucristo y nos califica para
vivir en la presencia del Padre como seres exaltados. Actuar de otra manera nos
aleja de esa investidura necesaria para llegar a su presencia.
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