FORTALECIENDO NUESTRO TESTIMONIO EN JESUCRISTO.

EL  SIGNIFICADO

DE LA ORDENANZA DE LA SANTA CENA EN LA

IGLESIA RESTAURADA DE JESUCRISTO DE LOS SUD.

Zacarías Jelinek.

26-1-22





Si queremos aportar santidad a nuestro país, a nosotros mismos,  a nuestra familia y mejorar la hermandad en nuestros centros de adoración a Dios, debemos comprender y entender mucho más,  la ordenanza de la Santa Cena restaurada, en la cual toda persona digna que ha decidido seguir a JESUCRISTO, puede participar de manera individual sin ser compelido, obligado o demandado.

El estudio del manual  VEN SÍGUEME sobre el Antiguo Testamento para este año 2022,  para  el cual tenemos que tener muy presente   la enseñanza del Profeta de la Iglesia  Russell M. Nelson,  de orar para recibir revelación de la verdad y que esta  fluya  en nuestra mente, aclarando nuestro entendimiento y ampliando nuestro conocimiento sobre la identidad de nuestro Padre Celestial y su Plan de inmortalidad y vida Eterna, me llevan a compartir con ustedes este estudio muy personal, que nos permitirá sentir con mayor fuerza y reverencia el espíritu,  cuando participamos los domingos en esta sagrada ordenanza. Se fortalecerá  nuestro testimonio de Jesucristo y podremos prevalecer frente a la necesaria   oposición y conflictos, en una sociedad  que vive en tinieblas, zarandeada y alimentada por la  ignorancia y no por el PAN DE VIDA que nos ofrece nuestro REDENTOR Y SALVADOR JESUCRISTO.  

1.     Debemos recordar el sacrificio expiatorio de nuestro SEÑOR JESUCRISTO. El Sacrificio es un acto para  probarnos y santificarnos, que nos permite recibir bendiciones. Expiación significa asumir y reconocer nuestras faltas, solicitando a nuestro amado Padre Celestial  su perdón para cubrir nuestra desnudes espiritual. Jesucristo lo hizo por todos nosotros los hijos de ELOHIM,  que voluntariamente aceptamos tomar un cuerpo físico en esta tierra para continuar aprendiendo,  ganando experiencia  y ser probados en todas las cosas para merecer  la exaltación.

2.     Debemos vivir y reconocer nuestra propia expiación antes de tomar la Santa Cena. Nos comprometemos en ese sagrado momento semanal,  a Restaurar y fortalecer  nuestra dignidad, que se debilita con el trajín diario,  al vivir en un  tiempo  de gran iniquidad, cuando hicimos convenio  de seguir a Jesucristo, al bautizarnos,  aceptando iniciar el proceso de nuestra santificación y sanación espiritual como santos miembros de la Iglesia de Jesucristo de los últimos días.

3.     Al comprometernos en guardar los mandamientos que aceptamos con verdadera intención de mente y corazón, nos reconciliamos con nuestro Padre Celestial, tal y como ÉL lo hizo   en el jardín del Edén con nuestro PADRE ADÁN,  cuando transgredió una de dos leyes que le fueron enseñadas, activando el poder de reconocer el BIEN del MAL,   al conformar el alma humana en la tierra.   Podremos así, continuar con nuestro proceso de santificación para  purificarnos  y así   poder recibir la exaltación viviendo en la presencia de nuestro Padre Celestial.

4.     Finalmente al tomar la Santa Cena, simbólicamente estamos recibiendo el cuerpo de Jesucristo que murió en la cruz y resucitó,   para rescatarnos de la muerte física,  resucitando,  con el nuestro. Recordamos vivir sus enseñanzas, principios y valores, como el mejor alimento para nuestro espíritu.   Al tomar el agua en lugar del vino, recordamos su sangre derramada por nosotros tanto en el Getsemaní, como en la cruz protegiéndonos  del ángel destructor de la muerte y las enfermedades, para que pase de nosotros, buscando  eliminarnos prematuramente con la muerte, para frenar o impedir nuestro camino hacia la eternidad. Para lograrlo. Tenemos que fortalecer nuestra FE en Jesucristo viviendo su evangelio plenamente para disfrutar de su espíritu con el nuestro.

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