¿A QUIEN SERVIMOS A CRISTO o al diablo.
ZACARíAS JELINEK
30-10-20
El anciano, por su avanzada edad de 96 años, con el oficio de ELDER y Sumo Sacerdote Presidente de la Iglesia de Jesucristo de los SUD Russell M. Nelson, desde su llamamiento ha estado invitando al mundo y en especial a los miembros de la Iglesia, a leer el LIBRO DE MORMON otro testamento de JESUCRISTO, afirmando una y otra vez, que contiene la plenitud del evangelio. He seguido su consejo, escudriñando y estudiando, para aprender más y fortalecer mi testimonio de Cristo su Evangelio y el cumplimiento de la promesa del recogimiento de la casa ISRAEL. Se nos insta como miembros a pedir revelación personal en estos días de mucha tribulación y por ello me pronuncio sobre el tema.
Decidí curiosamente este año por inspiración, utilizar en mis escritos el nombre hebreo de ZACARÍAS por mis raíces ancestrales, en lugar del nombre Félix de origen latino con el cual fui bautizado en la iglesia Católica siendo un bebe de meses. Siento ahora más plenamente, que Soy un miembro literal de la casa de Israel y me regocijo de tener abuelos con los nombres Jacob, Miguel, Matías y José.
Algunos eventos personales me han hecho pensar, si estamos siguiendo y viviendo las enseñanzas de Jesucristo o si por el contrario, seguimos los impulsos naturales generados por la astucia del diablo, que nos adormece y convence que actuamos correctamente y que todo marcha bien en nuestra vida tanto espiritual como temporal. La respuesta me ha surgido por desacuerdos con respeto a la interpretación y aplicación de principios muy importantes para nuestra salvación y progreso, donde los profetas llaman al arrepentimiento, a la unión a seguir a nuestro Salvador y redentor Jesucristo. Por ello he orado pidiendo discernimiento y entendimiento, para conocer si mi sentimiento es o no correcto. La respuesta surgió claramente en la madrugada del día 25 de Octubre de este año, cuando tomé el libro de Mormón que mantengo en la mesa de noche y lo abrí en el capítulo 7 del último escrito grabado en planchas antes de morir, por el Profeta Moroni 401-421 d.C. En el resumen previo del capítulo, me llamó la atención, cuando se señala: que el espíritu de Cristo habilita a todos los humanos para discernir el bien del mal y que de manera contraria, Satanás, los persuade para ignorar a negar lo bueno que viene de Cristo, hacer lo malo y algunos hasta de oponerse a su evangelio de manera consciente o inconsciente.
Malo es aquello contrario a todo lo bueno y edificante que nos enseña Jesucristo con su palabra y ejemplo. Lo malo carece de bondad, caridad, misericordia, tolerancia amor y de otras bendiciones. También, malo, implica a aquello que se opone a la razón, a la verdad, a la moralidad y la sana espiritualidad para poder santificarnos y avanzar hacia nuestra purificación como almas humanas. En lugar de recibir bendiciones por hacer lo bueno, quienes hacen lo malo reciben condenación para sus almas.
Conocer el significado de las palabras es de vital importancia para entender la instrucción y enseñanzas. Por ejemplo: Habilitar significa realizar los cambios necesarios, en nuestras vidas, para poder estar en sintonía con el Espíritu y la luz de Cristo. Esto nos ayuda a ejercer apropiadamente la espiritualidad requerida para juzgar a nuestros semejantes, sobre todo cuando hemos sido llamados para ejercer funciones de pastoreo sobre el rebaño del SEÑOR. Persuadir significa, conseguir con razones y argumentos, que una persona actúe o piense sintiéndose amado, no rechazado o excluido. La función sobre todos en quienes cumplen funciones de liderazgo, es ser ministradores de almas eternas y no solo administradores de procesos temporales.
Cuando existe presunción, duda o apariencia de pecado, es evidente que no existe el discernimiento espiritual, para seguir la luz de Cristo, que nos aclara lo bueno, enseña la misericordia, la caridad y el amor puro de Jesucristo. Las normas, la políticas y los procedimientos administrativos, siendo instrumentos de control orden y disciplina administrativos, nunca estarán por encima de la inspiración y la palabra de Jesucristo. Por ello EL PROFETA MORONI ENSEÑA CLARAMENTE AL FINAL DEL LIBRO DE MORMON, COMO DISCERNIR Y JUZGAR A NUESTROS SEMEJANTES, CUANDO SEGUIMOS A CRISTO.
MORONI CAPITULO 7.
Versículo 12. Todo lo que es bueno viene de Dios y lo que es malo viene del Diablo, porque el Diablo es enemigo de Dios y lucha contra él continuamente e invita e induce a pecar y hacer lo que es malo sin cesar. Pecar significa hacer lo contrario a lo que es bueno o viene de Dios. Un falso informe no aclarado o resuelto no procede de Cristo. Malo es retener bendiciones del templo, impedir participar a un investigador en la Santa Cena. Malo es presumir de un supuesto prejuicio que no existe, que nos puede llevar a la intolerancia que con tanta facilidad se practica en el mundo.
Versículo 13. Mas he aquí, lo que es de Dios invita e induce hacer lo bueno continuamente de manera que todo aquello que invita e induce hacer lo bueno, y a amar a Dios y servirle, es inspirado por Dios. Reconocer el error es bueno, falsear la verdad es malo, abrazar al arrepentido es bueno, excluirlo es malo. Dejar que cualquier persona desee sin haberse bautizado tomar la Santa Cena es bueno, impedirlo es malo.
Versículo 14.Tened cuidado, pues amados hermanos míos, de que no juzguéis que lo malo sea de Dios, ni que lo bueno y de Dios sea del Diablo. Esto está más referido a quienes siendo líderes o jueces de Israel, tienen la autoridad para juzgar.
Versículo 15. Pues he aquí mis hermanos, os es concedido juzgar a fin de que podáis discernir el bien del mal; y la manera de juzgar es tan clara, a fin de que sepáis con un perfecto conocimiento como la luz del día, lo es de la oscuridad de la noche. Juzgar sobre presunciones es malo y no viene de Cristo, que redimió todos los pecados de la humanidad y nos ama a todos por igual.
Discernir significa distinguir por medio del espíritu de Cristo, lo que está bien o mal. Cuando existen opiniones o interpretaciones encontradas sobre este asunto, algo no está bien y se debe consultar al Señor, para despejar la duda. Algunos podemos sentirnos autosuficientes para tomar decisiones espirituales, pero es de sabio consultar con humildad y mansedumbre cuando actuamos en el nombre de Jesucristo.
Juzgar. Es formar un juicio u opinión justa y verdadera sobre una persona, donde la duda no existe y es despejada o aclarada.
VERSÍCULO 16. Pues he aquí, a todo hombre se le da el espíritu de Cristo para que sepa discernir el bien del mal, por lo tanto os muestro la manera de juzgar; porque toda cosa que invita a ser lo bueno y persuade a creer en Cristo, es enviada por el poder y el Don de Cristo, por lo que sabréis con un conocimiento perfecto que es de Dios.
VERSÍCULO 17. Pero cualquier cosa que persuade a los hombres a hacer lo malo y a no creer en Cristo y a negarlo y a no servir a DIOS, entonces sabréis con un conocimiento perfecto, que es del Diablo, porque de este modo obra el Diablo, porque él no persuade a ningún hombre a hacer lo bueno no, ni a uno solo, ni lo hacen sus ángeles, ni a los que a él se sujetan.
VERSÍCULO 18. Ahora bien, mis hermanos en vista de que conocéis la luz por medio de la cual juzgar, la cual es la luz de Cristo, cuidaos de juzgar equivocadamente; porque con el mismo con que juzguéis, seréis también juzgados.
VERSÍCULO 19. Por tanto os suplico hermanos, que busquéis diligentemente en la luz de Cristo, para que podáis discernir el bien del mal; y si os aferrais a todo lo bueno, y no lo condenáis, ciertamente seréis hijos de Cristo. Seguir la palabra y la inspiración es el camino, no las frías políticas, normas y procedimientos, que son solo guía y orientación para mantener la organización temporal.
VERSÍCULO 20. ¿Cómo es posible que os aferréis a todo lo bueno?
VERSÍCULO 22 Sabiendo Dios todas las cosas, dado que existe de eternidad en eternidad, he aquí él envió ángeles para ministrar a los hijos de los hombres, para manifestar concerniente a la venida de Cristo, y en Cristo debía venir todo lo bueno.
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