VALORES Y ANT IVALORES. CÍRCULOS DE HIERRO.


VALORES  Y ANTI VALORES

 LOS CÍRCULOS DE HIERRO

 SU PODER EN NUESTRAS VIDAS

Félix A. Jelinek Maldonado

21-11-12

ZacarÍas  6-9--21


Valores son los significados  que tienen  determinadas acciones o propósitos en nuestra vida, para   actuar de acuerdo con nuestro  libre albedrío.

Pueden ser  espirituales y  temporales.

Valores espirituales, son aquellos propósitos benignos, relacionados con los buenos sentimientos y sus correspondientes acciones.  Existen en nuestro universo, para ayudar a cultivar y mejorar al ser  espiritual integrado a un cuerpo biológico para el   desarrollo  del ser como alma humana, en la búsqueda de su felicidad, gozo, gloria y vida eterna. Por lo tanto estos valores son de un orden superior.Los conocimos durante nuestra preexistencia,  como  hijos espirituales    de nuestro  Padre Celestial. Los recibimos  como  herencia espiritual  para ser compartidos entendidos y desarrollados  en la tierra, según  el  poder que tiene cada uno de ellos cuando son activados. Para ello es necesario tener un cuerpo biológico  que nos permita conformar y consolidar nuestro conocimiento espiritual con la experiencia práctica en este estado terrenal.

Los  valores espirituales eternos tienen su propia fuerza o poder. Los valores  temporales, tienen solo el poder o la fuerza que le otorga el hombre, según sus necesidades materiales o temporales.

Como valores espirituales  superiores tenemos: el amor sobre todos los demás, la fe,  la justicia, la verdad, la paz,  el perdón, la honestidad, la responsabilidad, el servicio,  la disciplina, el orden, el respeto,  el  uso   del conocimiento con sabiduría,  la solidaridad, la fidelidad, la lealtad, el arrepentimiento, la alegría, el sacrificio, el compañerismo,  la amistad, etc., etc.

Los valores espirituales superiores, nos ayudan  a entender la importancia y la trascendencia del ser, más allá de este mundo   de desarrollo y aprendizaje.Cuando los valores espirituales crecen y se cultivan en una persona, se convierten en virtudes y estos nos identifican  de buena manera frente a nuestros semejantes. Por el contrario  somos rechazados o mal vistos al actuar de la manera opuesta.Los valores espirituales son una fuente de energía y  luz inagotable para nuestras almas, que permite encender muchas luces. Por el contrario, los anti valores  destruyen. Los llamados valores  de intercambio, se consumen, se apagan, pierden su valor y no dejan  nada espiritual.

Como  valores temporales finitos o   valores de intercambio, tenemos aquellos  que se   producen identifican y valoran por la acción directa del hombre en la tierra. Como ejemplo   los vehículos, la música, la ropa,  computadoras, teléfonos, la moda,   libros,  los diferentes  instrumentos de música, para el  trabajo, los deportes, la construcción de barcos, aviones, armas de guerra, etc. Estos valores  han obsesionado al mundo, hasta el punto que los valores espirituales originarios han venido  perdiendo importancia y por ello nuestra sociedad  lleva un rumbo  centrado en el materialismo finito, lo cual nos distrae del verdadero propósito de nuestra vida en el planeta tierra. Por otro lado el desarrollo científico de la espiritualidad no existe y su conocimiento ha estado en manos de grupos religiosos que siguen aferrados a los misterios y a interpretaciones sin sentido para la mente humana;  en lugar de generar luz, han sembrado  dudas, oscuridad e incertidumbre en  la mente de millones de personas a lo largo de los siglos, que se conforman con vivir en el presente, sin tender puentes hacia su futuro.

CÍRCULOS DE HIERROEstos valores  temporales de intercambio se convierten en lo que se llama anillos o círculos de hierro. Sinembargo Siempre existirá  por muy fuerte y cerrado que sea ese anillo, una puerta abierta para que podamos salir por nuestros propios medios en completa libertad, tomando o no los valores que consideremos mejor para nuestra vida. Los círculos de hierro tienen un valor  circunstancial temporal y  se presentan con mayor incidencia en aquellas personas que tienen el afán del lucro, de acumular riquezas y dinero  en la tierra, para tener más poder y a la vez lograr más influencia.  Sus impulsores asumen, que  teniendo más influencia, tendrán más poder y teniendo más poder tendrán más influencia y más dinero. Estos círculos tienen un necesario  principio y un final, que se acaba con la muerte de quien los ha construido. Se definen como círculos de hierro, porque atrapan y cercan  a los individuos. Difícilmente se puede salir de ellos.Los llamados valores de intercambio al convertirse en círculos de hierro, han generado la marginación espiritual, material y moral. Las calles están llenas de niños abandonados, ancianos y necesitados, en medio de una tecnología que privilegia a una parte minoritaria de la población  versus otra mayoritaria que lucha y se sacrifica para optar a esos valores temporales.  Esta realidad humana es una maravillosa  oportunidad de hacer crecer nuestros valores espirituales  superiores, actuando sobre  ellos, bien sea de manera directa o indirecta. Toda buena acción dirigida en esa dirección, es producto de un valor espiritual superior heredado de nuestro Padre Creador, que nos impulsa a actuar de la manera correcta. Lo importante es identificarlos, reconocer que existen y ponernos a trabajar en ellos. El único que puede realizar ese intento de librarse  de su propia trampa o círculo de hierro,  es su propio hacedor o forjador.

LOS ANTI VALORES. Son todas aquellas actitudes o propósitos que  en nada contribuyen a edificar,   que son dañinas para los individuos o comunidades, como resultados de   acciones y actitudes contrarias al orden de DIOS.

Como ejemplo tenemos La injusticia, la deshonestidad, la intolerancia, la mentira, la intransigencia, el egoísmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, el racismo,  la esclavitud, la violencia, la venganza, el revanchismo, la envidia, los celos, la guerra, todos ellos  definen una conducta  propias de personas insensibles, alejadas de la espiritualidad,  de su entorno social y hasta natural. Los seres que practican los antivalores, actúan de manera deshumanizada, interesada y se ganan la desconfianza y el rechazo de sus semejantes  por temor al daño que pueden ocasionar. Sus acciones no son propias de  pinturas con representaciones altruistas de amor y de servicio, que puedan exhibirse en la galería de la vida que cada quien  construye. Hiroshima y Nagazaki son ejemplo del uso de anti valores  que obedecieron al orgullo y la soberbia humillada de una nación. que respondió asesinando con gran precisión  a centenares de miles de personas civiles ajenas a la guerra.

Valores y antivalores se pueden separar, aunque ambos estarán siempre relacionados,  por cuanto no existe nada inmaterial. Todo lo manifestado ha sido necesariamente pensado y creado con un determinado propósito y  tiene un origen previo en el mundo espiritual donde moran como Dioses las inteligencias organizadoras de la materia y padres de nuestra espiritualidad.  La buena o mala utilización que hagamos de estos valores, dependerá de nuestra libertad para decidir escoger y  actuar  de acuerdo al conocimiento y el nivel espiritual alcanzado. Ciertamente la oposición y la presencia de valores espirituales siempre serán necesarios para poder elegir y  decidir el rumbo que deseamos seguir y la calidad de vida que recibiremos al abandonar este planeta.

 

El sistema creado por el hombre, ha logrado  anestesiar y sembrar en el ser humano como por arte de magia, falsos valores generando  la insaciabilidad,  el consumismo y uso de valores de intercambio de manera   irracional, creando un verdadero agujero negro o vacío existencial  en las familias e individuos. Ese  vacío   nunca se podrá llenar con dinero, poder  influencias o bienes y su presencia se manifiesta cada vez más  en la medida que nos acercamos   al final de nuestra vida terrenal. Lo único que puede llenar ese vació son los valores  espirituales de un orden superior, que están acá para ser usados y desarrollados dándole sentido y proyectando nuestra existencia hacia otras moradas celestiales superiores, donde los valores  de intercambio producto del conocimiento de leyes inferiores, no tienen utilidad alguna, como lo son   el uso de carros, trenes, aviones,  combustibles, instrumentos de trabajo, equipos, etc. etc. etc. No pretendo restarle importancia a estos valores de intercambio que sin duda  son hechura del hombre para su beneficio y desarrollo temporal, pero nunca podrán estar por encima de un orden superior.  De hecho han dejado de existir muchos valores de intercambio  al no tener utilidad alguna en la medida que  avanza el tiempo y  el ser humano  aprende y desarrolla su inteligencia acumulando conocimiento. Por el contrario los valores espirituales cada día cobran más importancia en un mundo en decadencia.  La Luna y el espacio están llenos de valores temporales desechados,  que en su momento fueron de vital importancia y hoy se conocen como la chatarra espacial.

Se nos enseña que amar a DIOS NUESTRO PADRE CELESTIAL, es el valor más importante; luego le sigue el amarse a uno mismo  para poder entender  su poderosa fuerza en  nosotros mismos.  Amarnos nos permite  sentir su  influencia y  valorarlo  cuando lo compartimos con nuestros semejantes sin mezquindad alguna.  Por eso el  efecto y el poder del amor, no puede ser cuantificado, medido, parcelado o entregado por partes. Esto lo demostró Jesucristo, cuando  entregó su amor de forma total a toda la humanidad, mediante su sacrificio expiatorio. Esta visión equivocada de parcelar el amor en cuotas de acuerdo a los sentimientos hacia los  padres, hijos, hermanos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo etc,etc, es  restarle poder e importancia, producto de la ignorancia y del no entender  su extraordinaria poder edificador, en una gran comunidad humana Universal, donde  en nuestro minúsculo planeta, aun prevalece la individualidad del ser. Ciertamente nacemos y morimos solos, pero para que ello ocurra de una u otra forma, es necesario que exista un escenario preparado y el haber nacido de padres espirituales y  terrenales; por lo tanto la soledad en el hombre, es solo un estado de conciencia producto de su ignorancia y la propia indiferencia humana.

El poder y la  fuerza  de   los valores espirituales  alimentan nuestra  energía para llegar a tener luz propia. Los  anti valores y los  de intercambio  fundidos como círculos de hierro, por el contrario   nos llevan a permanecer en la oscuridad o en las tinieblas, frenando nuestro el desarrollo de nuestra Alma,  dificultando nuestro entendimiento de nuestra trascendencia como seres embrionarios en desarrollo  para habitar y trabajar en otros mundos del Universo.

Es necesario pensar, que camino estamos transitando y que nos espera al final del llamado túnel  que algunos han dicho transitar al morir y volver a la vida de nuevo.

 

LA VIDA ES SUMAMENTE CORTA Y ES SOLO UNA MINI CHISPA EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO, SIN EMBARGO NUESTRAS DECISIONES PUEDEN SER TERRIBLEMENTE DESTRUCTIVAS Y PUEDEN PERMANECER POR MILES DE AÑOS COMO UN PELIGRO LETAL PARA LAS GENERACIONES FUTURAS. COMO POR EJEMPLO LA BASURA RADIACTIVA ENTERRADA, LOS DESECHOS   ESPACIALES Y LA DESPIADADA CONTAMINACIÓN  SOCIAL Y ECOLÓGICA CONTRA LA VIDA EN NUESTRO HERMOSO Y HOSPITALARIO  PLANETA AZUL. TODO ELLO  EN SU MOMENTO TUVIERON UN GRAN VALOR PARA NUESTRA CIVILIZACIÓN O DÍA SON SOLO DESECHOS. ¿PODEMOS DECIR LOS MISMO DE LOS VALORES ESPIRITUALES?

 

 Ante ello, existen dos realidades o caminos a escoger, para evitar el desastre y el fin de esta civilización;  darle mayor importancia a los valores espirituales  o seguir con los temporales finitos. Vivir o morir es el gran resultado que encierra el hacer o no buen uso   de los valores espirituales.

 

¿Cual camino debemos seguir y con cual  realidad nos identificamos?

 


 

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