LA MUERTE S0LO UN CAMBIO DE ESTADO.

SEGUIREMOS VIVIENDO

LA MUERTE UN CAMBIO DE ESTADO

Zacarías Jelinek

8-8-20 .. 4-11-22

¿Qué es la muerte?

La cesación de la vibración, vitalidad  o energía cuántica activada en un cuerpo o materia  con componentes terrestres de un orden biológico.   Ocurre en toda    materia  que ha sido previamente diseñada espiritualmente,  para tomar y actuar en  un cuerpo terrenal  con un determinado propósito.  

Estando nuestro cuerpo físico conformado por materia más densa  tomada de este planeta, esté muerto o vivo, está sujeto a las  leyes eternas que rigen en este Universo,   en cualquier lugar donde se encuentre, bien sea como moléculas organizadas o simples micro partículas  cuánticas. La materia nunca deja de existir,  aunque se encuentre dispersa, organizada  o desintegrada, en cualquier lugar de nuestra esfera o Universo. Esta  existencia y dependencia de leyes eternas, aunque sean separadas,  se reintegran a los cuerpos de acuerdo al orden  al cual han pertenecido, mediante leyes desconocidas para nosotros, que obedecen a  un orden superior, que permite el proceso de integración  instantáneo  de todas las partículas inteligentes que han regido su existencia. Este proceso lo conocemos como la resurrección. El reencuentro al estado perfecto de todas las partículas cuánticas después de la muerte, que han conformado  el ALMA HUMANA para  nunca más separarse. De esta sabia manera,  se restituye la inmortalidad  y la vida  prometida  por JESUCRISTO,  producto de la caída de todo el género humano, cuando al tercer día de su muerte,  abandonó el sepulcro donde fue llevado después de morir en la cruz. 

¿Por qué debemos morir?

 El espíritu en algún momento debe  desprenderse de su  cuerpo natural carnal,  que le ha servido como un gran sensor de sentimientos y experiencias, que nos permite durante nuestra  existencia física temporal, percibir, sentir y discernir.  La muerte  puede ocurrir en cualquier momento de la vida, bien sea  producto de nuestras propias acciones o decisiones,  o porque  conviviendo con  otros seres vivos o semejantes, con   libertad para actuar  bajo las  leyes físicas naturales,   pueden originar eventos,  perdiendo  la vida contra nuestra voluntad. En todo caso,  el programa establecido es que  todos sin excepción, debemos morir y resucitar,  para que  el propósito de vida  de nuestra existencia hacia la inmortalidad y la eternidad, siga su proceso de desarrollo de acuerdo al  maravilloso objetivo  de nuestros Padres espirituales de compartir  su conocimiento  con todos sus hijos.

Seguramente no sucederá el proceso, llevándonos cosas terrenales como la ropa. 

El  espíritu liberado  temporalmente de su  pesado pero necesario traje, puede  viajar, proyectarse, trasladarse y regresar a la morada que sea merecedor,  asignada en  algún lugar del  Universo, donde tuvo su origen entre las inteligencias, que organizadas permitieron la existencia de la progenie  espiritual y  toda  otra  materia en nuestro Universo infinito. 

Existen  otras condiciones y leyes físicas cuánticas, desconocidas todavía para el hombre, que le impiden reconocer con su actual conocimiento y raciocinio, la existencia espiritual en todo ser vivo, incluso en las plantas.  Aún no tenemos dominio y  control sobre nuestro propio cuerpo, por ello  debemos seguir esperando aprendiendo, ganando experiencias en este mundo  muy difícil de oportunidades y retos, para aprender a autogobernarnos y tener dominio sobre todo, como le fue otorgado a nuestro Padre Adán en el Jardín del Edén, cuando Dios culminó la organización de este bello planeta azul, llamado tierra.

DIOS, el tiempo y el espacio  como lo conocemos, nos imponen sabiamente límites, al nivel de conocimiento que tenemos.

Cuando estemos preparados, llegará   el momento de compartir el conocimiento logrado sin egoísmos, mezquindad, intereses particulares  condicionamientos sociales o tecnológicos. Estaremos listos,  para conformar  civilizaciones y moradas  de hombres santificados, purificados y  sabios,  que practican  la ley del amor  que existe en todo el Universo,  aceptando la existencia y la mayordomía de seres creadores de un orden superior. Solo así, podremos calificar y ser escogidos para  organizar y habitar otros planetas en nuestro Universo, sembrar  la vida y multiplicarla.   

 

Continuará el proceso de desarrollar el reino diseñado por  nuestro PADRE CELESTIALque desea compartir  con   todos sus hijos, que  desarrollados, acepten vivir en su presencia, como familias celestiales disfrutando de la calidad de existencia perfecta que allí existe.

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