Un sabio proyecto el olvido temporal de nuestra memoria espiritual.
UN SABIO PROYECTO DE VIDA
DE ELOHIM
NUESTRO PADRE CELESTIAL.
SER SUS HIJOS IGUALES AL NACER Y AL MORIR.
ZACARIAS JELINEK MALDONADO
5-11-22
Como hijos de ELOHIM, creados a su imagen y semejanza, tenemos un cuerpo conformado por un ADN espiritual y otro terrenal, que al nacer, conforman el ser humano. El espiritual trasciende sin el cuerpo terrenal, pero no así este, que requiere de la materia espiritual para sostén del alma. Estamos temporalmente en esta esfera que llamamos tierra, para ser probados en todas las cosas, adquirir nuevo conocimiento, ganar experiencia, conocernos, tomando nuevas decisiones, gobernar nuestra existencia y organizar moradas con familias. La igualdad espiritual se mantiene simbólicamente con un velo separador entre nuestra existencia y la memoria anterior, con la que adquirimos al nacer en la tierra. El velo es una sabia pausa, para no recordar nuestro pasado. El nivel de conocimiento e inteligencia alcanzado como seres espirituales, sigue existiendo con un olvido programado. Al morir, regresamos al mundo espiritual con el nuevo conocimiento terrenal, que se suma a la memoria del conocimiento espiritual acumulado. En ese momento, al separarnos de nuestro cuerpo físico, retomamos nuestra memoria espiritual. Para continuar con nuestro proceso de auto edificación como seres de luz, se activan nuestros sentimientos de sufrimiento, dolor, pena y frustración, al damos cuenta con el conocimiento alcanzado, lo poco que logramos aprender y sumar, al desperdiciar nuestro tiempo de vida terrenal. También sentiremos gozo, alegría y felicidad, al confirmar el fruto de nuestros actos y si ayudamos a semejantes y familiares a buscar y mantenerse unidos en el camino hacia nuestras moradas celestiales. El antídoto para sanar nuestra alma, es el ARREPENTIMIENTO y PRACTICAR EL PERDÓN.
Señaló la sabiduría de nuestro Padre Celestial, cuando iguala las condiciones de sus hijos al nacer, para que el proceso de desarrollo con libertad sea justo, evitando el mal uso de los niveles de progreso entre hermanos, con un mismo propósito. De esta manera se mantiene el plan, para que todos podamos alcanzar por igual, la inmortalidad y la vida eterna. Esta se centra en el mandamiento de ser libres de actuar, amándonos los unos a los otros en igualdad de condiciones, sin ser compelidos, obligados o mandados, ejerciendo nuestra libertad para decidir entre lo bueno y lo malo. Lo logramos con la asistencia del PADRE DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO. SABIDURIA es poner al servicio de otro el conocimiento que hayamos alcanzado.
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