LA SANTA CENA NECESARIO ALIMENTO ESPIRITUAL.
LA SANTA CENA
NECESARIO ALIMENTO ESPIRITUAL
DURANTE ESTOS PRÓXIMOS OCHO AÑOS.
Zacarías Jelinek Maldonado
15-11-22
En estos últimos días, cumplir con esta sagrada ordenanza, cobra un significado especial, debido a la necesidad de fortalecernos y alimentarnos espiritualmente, para enfrentar la influencia y la contaminación moral y espiritual, que nos ofrece una sociedad caída. La sociedad distraída y manipulada, vive ignorando el cumplimiento de los eventos anunciados, para los próximos 8 años. La construcción del tercer templo en Jerusalén anunciado por siglos, es una clara realidad del muy cercano regreso de JESUCRISTO. Mostrará sus manos a los judíos, para que reconozcan las huellas de los clavos, ante un pueblo, que sigue esperando por siglos su Mesías. La construcción del templo en Jerusalén muy pronto será anunciado por la nación de Israel. Todo parece indicar que su construcción no será motivo de conflicto o guerra con el Islamismo.
La oración de la SANTA CENA, ES UNA SAGRADA ORDENANZA, para mantenernos en el camino de los convenios una vez que aceptamos seguir a JESUCRISTO, como nuestro maestro salvador y redentor. Fue instaurada por el propio Jesucristo en el viejo mundo, en las Américas y en esta última dispensación del cumplimiento de los tiempos. Se puede observar claramente, que la instrucción del SEÑOR, ocurrió en tres épocas diferentes. 1. Durante la ministración de JESUCRISTO en PALESTINA. 2. Durante su visita resucitado a las AMÉRICAS. 3. Durante la Restauración del Evangelio en esta última dispensación.
¿Por qué reviste tanta importancia esta ORDENANZA claramente REAFIRMADA?
1. La oración nos recuerda el Sacrificio Expiatorio de JESUCRISTO, como nuestro Salvador, y redentor, en la cual se reconoce la presencia e identidad de nuestro PADRE Celestial
2. La oración refleja la condición humana del SEÑOR, durante su ministración, para sentir, sufrir y padecer todas las vicisitudes y experiencias por las cuales tenemos que pasar los humanos en nuestro aprendizaje, sanación y purificación en la tierra. Primero sufrió dolor por su sacrificio espiritual en el monte Getsemaní. Luego padeció el dolor físico, al ser crucificado en el cerro Gólgota entregando su cuerpo flagelado y torturado hasta morir.
3. La oración señala, que el propio JESUCRISTO expresó, como debíamos recordar palabra por palabra, como el ungido por el Padre para cumplir su misión redentora. Se refiere en la oración, que todo su sacrificio es para glorificar solo a nuestro PADRE CELESTIAL, recordando a nosotros sus hermanos, su sacrificio expiatorio.
Debemos recordar, que muy diferente fue la actitud de Satanás en el concilio de los cielos, donde reclamó para Él, toda la gloria y los méritos del plan egoísta y vanidoso, que propuso. Ante su manifiesto orgullo y falta de sabiduría, nuestro PADRE CELESTIAL decidió llamar y enviar a JEHOVÁ, como el MESÍAS para venir a la tierra.
4. La oración señala que debemos TESTIFICAR a nuestro PADRE ETERNO, que reconocemos, entendemos y aceptamos seguir a JESUCRISTO, su HIJO AMADO, como nuestro único SALVADOR y REDENTOR.
Durante la ordenanza de la Santa Cena, está presente la divinidad de los tres miembros de la Trinidad de Dioses, lo cual nos indica la importancia y trascendencia, que tiene participar en este sagrado acto todos los domingos de reposo, de manera digna.
NUESTRO PADRE CELESTIAL, ratifica nuestra inmortalidad y vida eterna, como sus hijos creados y organizados a su imagen y semejanza. Nuestro espíritu está conformado por su propia sustancia, por lo tanto sabemos de dónde venimos.
La caída de nuestro Padre Adán, genero cambios tanto espirituales como físicos. Por ello el Padre activo a dos de sus hijos, para protegernos del poder espiritual de su hijo rebelde Satanás, que también fue enviado a esta tierra, con su plan opositor.
EL ESPÍRITU DE JESUCRISTO. Nos da testimonio del Padre y del hijo. EL es el salvador o rescatador de sus hermanos espirituales. Por esta razón tomó un cuerpo físico, padeció y sufrió por nosotros, hasta entregar su vida en sacrificio. Al morir su cuerpo físico y espiritual ya resucitado, se trasladó a los cielos, para que sus hermanos en la tierra sin ser compelidos o mandados por su presencia, pudieran ser probados en todas las cosas. También resucitado, abrió la predicación de su evangelio en el mundo espiritual de los muertos. Al partir se reactivó la presencia del poder y el Don del Espíritu Santo, hasta que regrese nuevamente a la tierra a terminar con su misión. Dejó mediante la ordenanza de la Santa Cena la posibilidad de que la influencia de su espíritu esté siempre con nosotros. Esto nos permite fortalecer nuestra capacidad espiritual de discernir lo que está bien o mal, recordar siempre el conocimiento recibido y cual camino debemos seguir, cada vez que somos tentados y probados, para tomar nuestras propias decisiones.
EL ESPÍRITU SANTO. Es el ente vinculante entre el mundo espiritual y el terrenal, que nos nutre y garantiza la pureza del conocimiento del Padre. Se le entregó la mayordomía, de venir a la tierra sin tomar un cuerpo físico, solo con su espíritu, para poder interactuar entre los espíritus de sus hermanos espirituales caídos. Su responsabilidad consiste al ser reconocido, comunicarnos con el amor puro del Padre y de su hijo Jehová, para regresar arrepentidos y bautizados a la presencia de DIOS el Padre probados en todas las cosas. El Don del Espíritu Santo, nos asegura su influencia y poder de manera constante, para ser guiados a la presencia de Jesús el redentor, quien finalmente nos regresará a la presencia del Padre. Para ello es necesario limpiar nuestro cuerpo en el agua y purificar el espíritu por fuego.
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