LA SANTA CENA.

LA SANTA CENA

ORDENANZA SAGRADA  QUE ALIMENTA, FORTALECE Y  PRESERVA NUESTRA FE EN JESUCRISTO, ante nuestro PADRE CELESTIAL.

ZACARIAS JELINEK.

5-2-23

 


La oración de la SANTA CENA, es una clara enseñanza  para mantenernos dentro de la SENDA DE LOS CONVENIOS, una vez que aceptamos a JESUCRISTO como nuestro Redentor y Salvador.          Su evangelio fue predicado  por el propio JESUCRISTO,  en  tres épocas diferentes. 1. Durante el año 33 D.C al final de su  ministración  en JUDEA. 2. Durante su visita resucitado en el año 33-34 D.C  en las AMÉRICAS3. En la Restauración del Evangelio  en 1830 en esta última dispensación.

 

¿Por qué reviste tanta importancia esta  ORDENANZA claramente REAFIRMADA?

 

1.      La oración es un recordatorio del Sacrificio Expiatorio de JESUCRISTO, como nuestro Salvador y redentor, lo cual  nos invita  voluntariamente a recordarle siempre.

2.  Refleja  la condición humana  del SEÑOR, durante su ministración, para poder sentir, sufrir y padecer todas las vicisitudes y experiencias por las cuales tenemos que pasar los humanos en nuestro  aprendizaje, edificación, sanación y purificación  en la tierra.

3. Señala la humildad del propio JESUCRISTO al recordar  en la oración su sacrificio,  sin mencionar.  El contenido de la oración, se refiere, que  su  sacrificio y es una ofrenda para  glorificar a nuestro PADRE CELESTIAL, para  recordarle siempre  y darle gracias  por su plan de Inmortalidad y Vida Eterna.   

 

La actitud de Satanás  en el concilio de los cielos, fue de orgullo y de poseer  dominio sobre la libertad de sus hermanos, cuando contrario a la obediencia y mansedumbre de JESUCRISTO,  reclamó la gloria y los méritos para El, con su propuesta suprimiendo el albedrío de conciencia   de todos los hijos espirituales de nuestro PADRE ETERNO.

4.    La oración nos recuerda  TESTIFICAR  con amor y reverencia ante  nuestro PADRE CELESTIAL, que reconocemos,  y seguimos a JESUCRISTO su hijo AMADO como nuestro único SALVADOR y  REDENTOR.  Esta verdad acompañada de un profundo recuerdo, por su calvario y expiación  por nuestros pecados,  debe ser  sentida  y expresada por quienes participan de la Santa Cena,  aceptando mantener siempre el ESPÍRITU DE JESUCRISTO con nosotros, en estos tiempos tan difíciles, donde debemos estar en sintonía con su espíritu para ser preservados en medio de las tinieblas que nos rodean. 

 

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