LA CREACIÓN DEL UNIVERSO Y NUESTRA APARIENCIA DE SOLEDAD.

SERES ANCESTRALES LLAMADOS ALIENÍGENAS

VISITANTES     DE OTROS MUNDOS

Zacarías Jelinek

19-4-23  

Un número CRECIENTE de científicos en virtud de los nuevos conocimientos  ante la exploración del Universo especialmente por el telescopio espacial James  Webb , están pensando que la historia del origen de la tierra y sus habitantes debe ser reescrita. Comienzan a relacionar el origen  de nuestro planeta y  civilización, como producto de la visita y obra milenaria de seres extraterrestres provenientes de otros mundos.

Ciertamente  es UNA VERDAD OCULTA POR SIGLOS. La tierra fue organizada para la vida por seres de otros mundos, como lo fueron   ELOHIM, JESUCRISTO Y TODO UN EQUIPO DE SERES DE GRAN INTELIGENCIA , QUE HAN CUMPLIDO MISIONES DE PLANIFICACIÓN, DISEÑO Y EJECUCIÓN DE ACTIVIDADES DE DIFERENTE NATURALEZA Y PROPÓSITO en este Universo. Esta verdad está escrita en los libros de Moisés y Abraham y es doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días. El hombre en su incipiente conocimiento, envuelto en el orgullo y poder de dominio humano, está embarcado en proyectos multimillonarios para poner una colonia humana en Marte. Proyecto nada fácil para el conocimiento actual del hombre de 1/10 puntos de acuerdo a la escala científica para medir el nivel de  civilizaciones planetarias.

 Estos seres Jesucristo y  su equipo de trabajo no requieren de naves espaciales para trasladarse, pues tienen pleno dominio de las leyes que rigen la  física cuántica, la integración y desintegración de las partículas subatómicas a su voluntad. Dominan la gravedad sobre la materia y tienen la capacidad para organizar mundos sin la necesidad de enviar satélites exploratorios. El tiempo y el espacio son medidas y cálculos humanos. Como lo conocemos no existe para esos seres, sin duda con un conocimiento muy avanzado del mundo espiritual, donde reside todo el poder de la existencia y de la energía, la luz  y el movimiento.

Jesucristo es ejemplo de ello, cuando ya resucitado con su cuerpo físico, se trasladó a las américas como un mesías Universal y predico, EL mismo evangelio que enseño en Palestina durante 3 años. También se trasladó al mundo de los espíritus, para realizar su misión redentora, entre todos los que habían nacido en la tierra y yacen en esa otra dimensión o lugar. El misticismo, y el folclorismo, deben abrir paso a la nueva realidad espiritual, con un JESUCRISTO vivo, omnisciente, que tiene este planeta tierra bajo su autoridad. Este se respeta,  por eso no existe presencia no autorizada fuera de control, contactando a los terrícolas.

 Los registros mayas y aztecas principalmente en Centroamérica, dan testimonio  DE LA VISITA DEL Dios blanco, que les enseñó sobre agricultura, astronomía, matemáticas y escrituras. Por ello algunos estudiosos   tienen especial interés en el estudio de las ruinas y de la sociedad Maya, ubicada en Centro América.

Los mayas son herederos de una cultura milenaria. Tanto los egipcios como los mayas, han registrado  que sus dioses, les enseñaron a construir estas pirámides, curiosamente orientadas hacia   un lugar de nuestra galaxia en las pléyades. Las leyendas dicen que los dioses bajaron a la tierra y les dieron instrucciones para organizarse y construir las pirámides, lo cual ha dado pie a muchas teorías.

Los mayas eran politeístas. Es decir, adoraban a diferentes dioses animales y de la naturaleza y ciertamente existen muchos dioses en el Universo, que ejercen diferentes oficios. Sin embargo aceptaron a un DIOS BLANCO QUE BAJO DEL CIELO y  recibió el respeto y adoración de la mayoría.

Siendo un estudioso del libro de mormón, también conocido como otro Testamento de Jesucristo, encuentro que es el único libro escrito por un joven sin mayor preparación, que narra la historia de los pueblos americanos, su origen y propósito de existencia. Existe  una gran similitud en las costumbres y tradiciones entre el pueblo egipcio,  los mayas y los aztecas. Estos pueblos descendientes, fueron sobrevivientes de las primeras colonias que llegaron a la tierra prometida provenientes de  Egipto, Babel y Jerusalén, hoy las américas; se desarrollaron como pueblos organizados, creyentes en la deidad,  construyeron grandes ciudades, con sistemas de riego, murallas de defensa, templos etc.  Progresaron y se autodestruyeron en guerras y conflictos, tal y como sucedió con el pueblo egipcio y hebreo. Las catástrofes naturales, como volcanes, terremotos, tsunamis y huracanes, casi extinguieron a los pobladores y ciudades de ese lugar de centro y norte américa. Tenían especial interés en la adoración de Dioses como los egipcios y los viajes al más allá. Los mayas y sus precursores, construían pirámides y sobre ella hacían sus templos. Se dirigían a sus pueblos y les predicaban sobre un Dios en los cielos. Los egipcios hacían las pirámides, pero no hacían en ellas sino funerales  de entierros de sus líderes. En las pirámides mayas, existe la figura relevante de una serpiente que desciende de la cúspide de la pirámide y  hasta llegar a la base, donde termina su cabeza con la boca abierta y en ella la figura humana  de su Dios Quetzalcóatl.

Curiosamente durante los equinoccios, se puede observar la sombra de la serpiente descendiendo de la cima de la pirámide y luego al atardecer subiendo hasta la cúspide.

Este simbolismo de la serpiente tiene relación con la huida de los Israelitas de Egipto por el desierto, cuando Moisés  colocó una serpiente de bronce que debería ser vista por el pueblo de Israel para ser salvos de su iniquidad, ante el largo viaje  de 40 años  por el desierto y las necesidades que sufrían.

Finalmente estos pueblos egipcios y los indígenas americanos sobrevivientes, con tantas afinidades tienen un origen común, al ser descendientes de Abrahán, padre de Jacob, llamado Israel y de su hermano ESAU.

Nota: Recientemente se ha descubierto una gran relación  arqueológica entre la civilización  azteca y la tribu Ute del Estado de Utah y en el gran cañón de Colorado. Se presume que en las montañas rocallosas  puede estar escondido el gran tesoro de los aztecas en oro, que fue salvado de ser robado por los conquistadores españoles.  El Rey  Moctezuma ordenó sacar todo el oro y esconderlo de los españoles. Los actuales indígenas de Utah, sostienen que existe una gran ciudad sepultada en el territorio de Utah. Esto se reseña en el libro de Mormón.