EL ESPÍRITU MATERIA Y ENERGÍA CUÁNTICA.

EL ESPÍRITU  ENERGÍA  CUÁNTICA  ETERNA

QUE ACTIVA EL CORRUPTIBLE CUERPO FÍSICO. TERRENAL

Zacarías Jelinek Maldonado

13-9-23

No existe tal cosa como materia inmaterial. Todo es materia Y ENERGÍA.

Le damos mayor importancia a la vida como humanos,   conscientes que portamos un cuerpo terrenal  corruptible, asumiendo que AL MORIR, dejamos de existir. Ignoramos o poco nos interesa, conocer sobre  la materia espiritual, que es eterna, no envejece, no se deteriora,  no es corruptible y forma parte como sustancia más refinada y pura, de  la sustancia que  forma parte  del espacio, donde se manifiesta   el Universo vivo  en permanente movimiento.

La materia terrenal, es el componente principal de todos los cuerpos, susceptible a toda clase de formas y cambios, que se caracteriza por un conjunto de propiedades físicas o químicas, perceptibles a través de los sentidos. Su sistema y propósito organizado, nos habilita para  RECIBIR CONOCIMIENTO,  aprender,  sentir y  vivir experiencias.

La materia espiritual es un componente eterno,  más refinado y puro,  que se  integra y activa    la forma de todo cuerpo con vida donde actúa.  Está  conformado por partículas inteligentes cuánticas  organizadas, originadas en la energía que se manifiesta en el medio oscuro que conforma el  espacio existente. Estas partículas por sus tamaños infinitesimales o sub atómicos,  no son perceptibles a los sentidos humanos, sujetos a leyes terrenales de un orden menor.  Son dos cuerpos con materias distintas que se complementan pero permanecen   separados, que  al integrarse  activan el proceso de la vida,  para cumplir según sus diseños, formas y tamaños  con  propósitos diferentes. 

El cuerpo terrenal corruptible, muere se desintegra y desaparece con el paso del tiempo, pero como fue demostrado y enseñado por JESUCRISTO, puede ser restaurado a la forma original que mantuvo durante su existencia terrenal, mediante la resurrección de acuerdo a leyes aún desconocidas. El espíritu al ser  materia eterna, no desaparece, sino que cambia de estado o plano. Continúa existiendo con el conocimiento aprendido,  y registrado en su mente espiritual,  para integrarse nuevamente al  desechado cuerpo, terrenal temporal,  de uso necesario   para conformar el alma por la eternidad para cada ser.       

PARA AMAR A NUESTROS SEMEJANTES DEBEMOS  PRIMERO RECONOCERNOS Y AMARNOS A NOSOTROS MISMOS.