MARIJUN AVENTURA EN EL LLANO VENEZOLANO. CAPÍTULOS 2,3,4.


               

                   

CAPÍTULO 2.

EN LA BÚSQUEDA DEL LUGAR.

 

Dejando las montañas que circundan la ciudad capital Caracas con su clima primaveral ubicada  a unos 1.000 mts.,  sobre el nivel del mar, poco a poco se va dejando atrás el sistema montañoso de la cordillera de la costa y se inicia el rápido descenso hacia el sur para encontrar  la llanura. Buscábamos encontrar al lado de la vieja carretera de dos vías,  los enormes promontorios de roca llamados los morros, que se elevan a unos 1000 metros de altura, con  características ecológicas  calizas muy interesantes, que señalan el sitio de la capital del Estado, San Juan de los Morros. Se pasa el sitio llamado la Puerta,  llamado así, porque en ese sitio terminan las montañas y comienza la llanura un poco más adelante. En este  lugar histórico  ocurrieron en 1814 dos grandes batallas sangrientas, entre las tropas españolas y los patriotas en la época de la independencia, dirigidos los primeros por el sanguinario asturiano José Tomas Boves y el otro por el General Simón Bolívar. Este histórico sitio es de malos  recuerdos para los venezolanos, porque no solo los patriotas  perdieron las dos batallas, la segunda de ellas siendo una verdadera masacre, sino que luego de ella capturado al no poder pegarse un tiro para evitar caer vivo en el poder del diablo como llamaban a Boves,  pierde la vida fusilado el coronel Pedro Sucre, hermano del Mariscal Antonio José Sucre, luego de varios simulacros sin balas para torturarlo.  Nuestro libertador fue derrotado de tal manera que casi pierde la vida. Pudo escapar milagrosamente,  entre la maleza  sin caballo, teniendo que  ocultarse  en el monte, hasta que fue auxiliado por un soldado que también escapaba  pero a caballo, que lo saco del lugar en la grupa de su cabalgadura. Finalmente permaneció oculto en un pequeño poblado llamado Guarda Tinajas.

 Se divisa el lugar de la ciudad, con la figura de una imponente estatua bautizada como el San Juanote, en homenaje de San Juan el Bautista; fue traída por barco desde Europa. La carretera sigue zigzagueante hasta iniciar la sabana con grandes rectas pavimentadas,   hasta que finalmente se llega al lugar conocido como  el Hato Llanero, que tiene una altura de   unos 250 mts., sobre el nivel del mar. La palabra hato identifica una gran extensión de terreno para la crianza de ganado, caballos y otros animales.

Guárico es un estado con una superficie de 64.000 km2. Presenta extensas sabanas,  y los llamados popularmente  ojos de agua o caneyes,  para que el ganado pueda saciar la sed en el largo periodo de sequía. Es  productor de ganado de carne, maíz, sorgo, arroz, algodón, tomates, melones, patillas, auyamas,  los populares frijoles y contribuye a la producción petrolera en su parte este.  Tiene inmensas reservas de petróleo pesado y gas, a lo largo de su lindero sur con el río Orinoco, que pertenecen a la llamada faja petrolífera del Orinoco... En 1997 se terminaron los estudios para medir las reservas de gas, siendo los resultados obtenidos altamente favorables. Todo parecía indicar que en los años venideros el estado dinamizara su dormida economía, pese a los inmensos recursos que existen, para convertirlo en un estado líder en varios rubros y no tan solo en la producción de arroz y ganado de carne. Desafortunadamente escribiendo este libro en febrero 2021 nada de eso se ha cumplido y ese estado como los otros, viven parasitando del estado central, con una precaria producción para contribuir al sostén de los venezolanos y al PIB del país.

Teníamos que llegar a un cruce de vías,  donde siguiendo derecho, continuábamos el  rumbo hacia la ciudad de Calabozo. Ciudad histórica, cuyo nombre confunden  muchos, como un lugar en el pasado, utilizado como prisión, cuando la realidad es que se refiere a un instrumento de labranza en España. Esa ciudad sirvió de cuartel general del sanguinario y temible  realista BOVES. Muchos asocian el nombre, porque quien entraba no salía sin el permiso de Boves.

 Luego de revisar nuestro mapa, continuamos rumbo sur, hasta llegar al Km 29 De la vía Dos  Caminos-Calabozo, donde teníamos que abandonar la carretera nacional. Cuando llegamos al punto señalado en pleno periodo de sequía, tomamos una vía muy angosta de tierra muy polvorienta,  que nos llevaría al lugar donde  éramos esperados como invitados. Habíamos concertado una cita con los promotores de las tierras en Caracas.  Tan pronto llegamos al desvío nos encontramos con un enorme portón blanco y una instalación abierta con techo de paja y medias paredes construidas de bloque, donde se encontraban resguardándose del  fuerte sol  un grupo de personas que fungían de anfitriones. Entre ellas se encontraba quien nos había invitado para vendernos la parcela, cuya casa estaba ya construida.  Al continuar el recorrido, nos encontramos con una inmensa y desolada llanura, sin árboles totalmente deforestada y limpia de maleza,  luego de una gran   limpieza para dar inicio a un programa de siembra de mangos y de pasto para el ganado; ambos incluidos como principal atractivo en la promoción de la venta. Los venezolanos somos especialistas en levantar grandes proyectos, que luego fracasan y terminan como monumentos a nuestra incapacidad para edificar progreso de manera sostenida. Con frecuencia los megaproyectos son víctimas del interés y la contaminación política, que se nutre del ingreso fácil y la corrupción impune,  sin culpables ni  presos. El hierro, el aluminio, el cabotaje marítimo, el oro, el transporte aéreo, el ferrocarril entre otros, son ejemplo de esta afirmación. Una triste dolorosa y costosa realidad, agravada hoy día, al pasar de un país inmensamente rico y petrolero a un país inmensamente pobre, con más de 5 millones de venezolanos desplazados "sin estar en guerra", que representa la fuga de talento y capital humano en +- un 20% de la población, en apenas 10 años.  Estamos graduados de echarle la culpa a todo el mundo de nuestros males  menos a nosotros mismos.

 CAPÍTULO 3.

  EL  PROYECTO.

 

El proyecto  financiado  por la banca privada, abarcaba  un área  entre 3000  y   4.000 hectáreas.  Era una copia de un proyecto de mini granjas auto productivo, que existen en el estado de la Florida en los EEUU, solo que en lugar de producir naranjas, serían mangos y 5 vacas para engordar y vender, en un ciclo continuo. El lugar seleccionado para establecer nuestro retiro para cuando llegara el momento,  se llama Hato Llanero y  se encuentra a 350 Km.,  aproximadamente de la ciudad de Caracas. Se llega en unas 4 horas, luego de realizar un recorrido por autopista de unos 160 Km. hacia el Oeste, y seguir rumbo Sur franco otros 150 kms por la carretera de los llanos centrales.  La  vía  es de dos canales y muy estrecha en  parte de su recorrido, fue construida en la época del dictador y  presidente general Juan Vicente Gómez por los años veinte del siglo pasado. Por cierto fue el padrino de la boda de mis padres. La vieja carretera  se encuentra entre  la capital del estado San Juan de los Morros y la población de Ortiz, último poblado antes de ingresar a las inmensas sabanas llaneras. La soledad de este pueblo a causa de la peste negra, que diezmó a su población por 1930, le  sugirió al escritor Miguel Otero Silva el nombre de la novela Casas muertas.  Esta vía se encuentra  en muy mal estado. Las  dificultades topográficas del terreno, parecen haber vencido a los políticos y gobernantes de ese estado, quienes no han podido ni tan siquiera en un 10%, terminar la llamada  autopista de los llanos,  en construcción desde hace unos 20 años. Quienes transitan con frecuencia esa vía desde hace tiempo, le han puesto el nombre del gran agujero negro, pues el dinero presupuestado para realizar esa importante obra, se evapora en medio de explicaciones de todo tipo. Solo faltaría que los culpables de este fracaso nuestro y regional,  le sean  imputados a los gringos. Hoy día atravesado en la vía existe la estructura sin terminar de un puente para el paso  vehicular y del ferrocarril de los llanos, que quedó inconcluso  a la muerte de Chávez.  Se suma a la enorme cadena de proyectos millonarios paralizados por todo el país. Parte la vía principal a los llanos en dos y es conocido por un nombre vulgar que le han puesto los llaneros por estar en el medio de  la vía. Esta  es de intenso tráfico pesado,  proveniente de la zona sur y centro del país, lo cual incide en los frecuentes accidentes con saldo de muertos y heridos en algunas zonas de curvas, conocidas como la guillotina. El pavimento se deteriora con mucha frecuencia, por el gran peso de las enormes gandolas que transitan diariamente y por las características del terreno, que presenta arcillas expansivas en algunos lugares, siendo el asfalto afectado diariamente por el inclemente sol tropical y las altas temperaturas durante el día. Es frecuente cuando ocurre un accidente en esos lugares, que la vía quede bloqueada unas horas, hasta que se realizan los levantamientos de rigor y se retiran los vehículos involucrados en los accidentes, por lo general con saldos de muertos. Durante más de 30 años he transitado esa carretera a toda hora en condiciones diferentes casi todas las semanas, afrontando los riesgos de accidentes y atracos. En dos oportunidades intentaron atracarme. La primera casi tocándome por la parte trasera,  mantenerme atrapado entre dos vehículos para obligarme a detenerme. Pude con la camioneta y el mataburros, golpear al vehículo delantero y sacarlo de la ruta, acelerando para huir del encierro. El segundo, fui víctima de una droga  llamada burundanga, que me fue suministrada en una bebida a las 11 pm en una parada de la carretera, antes de llegar a la finca. Pude mantenerme al frente del volante, prácticamente sin reflejos, pero teniendo conciencia del vehículo que detrás mío me seguía, esperando me parara para robarme o secuestrarme. Regresaba a la finca con la camioneta PICKup cargada de insumos para la obra.  Pude detener la camioneta al frente de un portón donde había un vigilante armado, donde caí vencido por la droga, despertando tiempo después, por el vigilante que pensó me había quedado dormido o había sufrido un ataque al corazón al no responder a sus toques al vidrio de la camioneta. Una tercera vez tuve que actuar sobre un obrero que retire porque me robaba y pude ponerlo en evidencia ante sus compañeros de trabajo en la finca.  A los días se presentó borracho, blandiendo un cuchillo amenazando con matarme. Pude poner fin a la amenaza, por supuesto siempre alerta ante posibles represalias.

CAPITULO 4

 NATURALEZA,  CLIMA Y ECOLOGIA  DE LA ZONA.

 

Venezuela tiene dos estaciones muy bien marcadas, por encontrarse ligeramente sobre el Ecuador. De Mayo a Octubre tenemos el periodo de fuertes lluvias, popularmente y erradamente conocido como el periodo de invierno, ocurriendo las mayores precipitaciones en los meses de Julio y agosto. Se calcula que las precipitaciones promedio al año están en el orden de los 600 a 800 ml. por m2, aunque estas cifras durante los años 2004 y 2005, han sido ampliamente superadas. La llegada de las lluvias  se caracteriza por la formación de grandes Cúmulos Nimbos de gran desarrollo vertical, que conforman grandes y extensos nubarrones de color gris cargado, que poco a poco van cubriendo el horizonte con vista hacia el este. Precede a los primeros aguaceros o chaparrones de la temporada, con la sensación de  un intenso y sofocante calor, con la presencia de  fuertes ventarrones, que se originan, cuando se inician las lluvias de manera abrupta y torrencial. La gran cantidad de agua que se precipita sobre la calcinada tierra en pocos segundos y la fuerza de su caída,  desplazan una gran masa de aire, que se propaga velozmente por la sabana levantando enormes polvaredas, objetos y aves.  Estos fuertes vientos que pueden alcanzar velocidades entre 70 y 90 km/hora,  a veces arrancan árboles de raíces. Tuvimos la experiencia con un árbol de Merey, sembrado cuando iniciamos la construcción. Habiendo crecido hasta convertirse en un robusto árbol, fue sacado de raíz por uno de estos vientos y lanzado unos metros hacia la cercanía de la casa. Por su gran tamaño y peso, lo dejamos en el sitio donde cayó, echándole tierra a sus raíces al descubierto. El Merey ha dado muy buenos y jugosos frutos, que son muy codiciados por los pájaros.  Segundos antes de la llegada del viento que antecede y acompaña las primeras precipitaciones del año,  se puede sentir el típico olor a tierra mojada, que tanto nos alegra por los animales y plantas, que a partir de ese momento comienzan a revivir.  Se siente como una  felicidad y una paz natural en la sabana, entre los seres vivos que allí habitan.

Por la enorme llanura sin montañas a la vista que limiten la  visón,  es fácil observar el fenómeno durante unos minutos, dando tiempo suficiente para recoger los animales que asustados  buscan refugio ante la presencia  del fuerte viento y los    ruidosos truenos que presagian la llegada del Invierno. Este periodo de lluvias mal llamado invierno en Venezuela, porque ocurre en el periodo de lluvias,   realmente ocurre en la estación del  verano por estar Venezuela en el hemisferio norte. Luego entre  Noviembre y Diciembre  se inicia la llegada de los vientos alisios de manera franca y constante, por las tardes, que vienen del este. Con su presencia desaparece el agobiante calor, comienza a bajar el % de humedad y los cielos comienzan a estar azules y despejados, llevándose las nubes aisladas que se forman sobre el mar caribe, hacia el oeste. Las noches son hermosas y estrelladas y para los meses de Enero y febrero la constante brisa, que por lo general sopla  hasta el amanecer, obliga al uso de alguna chaqueta o manta para contrarrestar el frío que se incrementa en nuestro mirador con unos 10 metros de altura por la sensación térmica que produce la brisa fría, sobre nuestros cuerpos acostumbrados al calor del llano. Las pesadas y cargadas nubes  dan paso a pequeñas, aisladas y muy blancas nubes, que por las tardes nos  invitan a la adivinación, dadas  las   múltiples formas  que convergen entre unas y otras, formando variadas y curiosas figuras de animales, objetos y personas. Cuando niño con papá cuando viajamos por carretera,  adivinamos las figuras que se veían en el horizonte. Algunas  se forman claramente pero pasan muy rápidamente, otras por el contrario se quedan más tiempo y se van transformando en nuevas figuras que retan nuestra imaginación, obligándonos a polemizar sobre si es o no lo que cada bien señala  al mirarlas.

La alta humedad que originan las lluvias puede llegar hasta el 85 %, se mantiene hasta octubre y comienza a bajar hasta llegar en el mes de Abril, el mes más seco del año entre 45 o 50%. El periodo de nuestro verano, que realmente se mezcla con el otoño y el invierno del norte, se inicia en Noviembre y termina a mediados de Mayo.  Durante los meses de Diciembre, Enero y Febrero la temperatura se hace muy agradable, sobre todo por las noches cuando se registran temperaturas entre los 20 y 25 grados al amanecer, subiendo lentamente hasta el mediodía cuando llega a 32 grados, hasta que  comienza a descender a las 4 de la tarde. Tenía un termómetro en el exterior el  cual he registrado 17 grados centígrados a las 6 am como la temperatura más baja. Cuando esto sucede es seguro que en Caracas la temperatura ha bajado a 11 ó 12 grados al amanecer, aplicando el criterio que por cada 100 metros de altura existe un grado de diferencia.

Al avanzar por la carretera y siendo  el periodo de sequía, los pocos árboles sobrevivientes a la gran deforestación, estaban prácticamente sin hojas lo cual hacía el ambiente desagradable a nuestra vista, acostumbrada a ver frondosos y verdes árboles en Caracas y sus alrededores. Iniciamos el recorrido lentamente con nuestro vendedor a bordo,  recorriendo  unos 7 kms.   Observamos algunas  aves de rapiña como  caricari en medio de la carretera, los ágiles y pequeños halcones llaneros  y zamuros, estos últimos realizando a elevada altura grandes círculos, marcando los sitios donde posiblemente existían cuerpos de animales en estado de putrefacción. También vimos algunos tordos sabaneros de color negro al igual que los llamados garrapateros, un ave de color negro, que se ven con frecuencia acompañando a   las garzas blancas caminando y siguiendo el ganado, pendientes de capturar grillos y otros insectos que saltan o se manifiestan al paso de las vacas y caballos.  La distancia y el cansancio se hacían cómplices de los vendedores del proyecto, quienes se convertían a nuestra llegada en gentiles y atentos  anfitriones, ofreciéndonos frías cervezas, parrilla en brasas,  cuyo olor invadía el ambiente  de un enorme Caney. Finalmente la recepción era bajo una extraordinaria churuata, muy amplia con un  alto techo de palma moriche construida por indígenas traídos del Amazonas. Desde esa pequeña elevación se podía observar la amplia sabana y sus  cuatro puntos cardinales. Nuestra vista se perdía en el horizonte y la suave brisa acariciaba nuestro rostro, haciendo disipar la sensación de calor que sentíamos más fuerte al abandonar el aire acondicionado de nuestro vehículo. De repente nuestro anfitrión nos invitó a disfrutar de la piscina, construida muy cerca de la Churuata, donde existían cómodas instalaciones para cambiarse, con baños limpios,  ventilados y duchas para bañarse antes de ingresar al agua. Agregó que podíamos disfrutar del baño comiendo a la vez la parrilla, ofreciéndonos  sendas cervezas muy frías y refrescos para nuestros hijos. Nicolás estuvo más impactado por todo aquello, no así Begui que siempre ha sido más tímida, cautelosa y muy desconfiada. Así que la empresa promotora del desarrollo conocía muy bien su trabajo y sabía  que para vender en aquel lugar, tenían no solo que tener un buen proyecto entre manos, sino brindar  una atención esmerada y de calidad, a los invitados que capturaban en Caracas y salían contentos y agradecidos de salir  de la ciudad, previamente motivados a la compra, del sueño dorado, "ser propietario de una finca en el llano".

Años después, la hermosa Churuata fue víctima de las llamas, que se podían observar en la oscuridad decembrina elevando sus enormes lenguas de fuego hacia el cielo, avivadas por la fuerte brisa de la época. Se trató de un accidente en navidad, cuando un joven adolescente, lanzaba cohetes al aire y desafortunadamente uno de ellos cayó en medio de la paja que cubría el enorme techo. Al día siguiente todas las instalaciones del lugar para la recreación de los propietarios estaban totalmente calcinadas, quedando en pie las ennegrecidas paredes de bloques y los listones de madera carbonizados, que como testigos  de aquel incidente, aún se mantenían de pie.

Al visitar el lugar posteriormente e instalar nuestra carpa familiar para pasar el fin de semana, pudimos observar alguna que otra serpiente cazadora, de cuerpos largos y finos de color verde claro, con ojos saltones parecidos a lo de los pollos cuando son pequeños. Fuimos informados por trabajadores del lugar,  de la presencia de corales y cascabeles con otras serpientes venenosas. Conociendo algo de culebras venenosas, decidí  comprar un libro sobre las serpientes de la zona, encontrando que efectivamente si existía una coral, que se llamaba falsa coral, porque no era venenosa, de tamaño un poco más grande, de anillos rojos y blancos, pero con su extremo inferior de color blanco. Con el paso de los años, he podido observar algunos de esos ejemplares, que por lo general se encuentran bajo los peñascos o rocas de la zona evitando el Sol y el inmenso calor del día. También pude encontrar que la única serpiente venenosa registrada para esa zona  es la conocida cascabel,  que en el llano se le conoce como cascabel enana. El problema es que su veneno es tan mortífero como el cascabel grande, que puede matar a una persona en 3 ´0 4 horas a menos que sea atendida y aplicado suero antiofídico.  Alcanza el grueso del brazo de un hombre y puede medir  más de 1 metro de largo. Esta por lo general no es agresiva y es de hábitos nocturnos.  Se pueden observar buscando su alimento a partir del atardecer hasta el amanecer, evitando el fuerte calor del día, que las obliga a refugiarse en pequeñas cuevas que por lo general son abiertos por otros pequeños roedores de la zona y hasta por pequeñas aves que parecen unos mini búhos, que ponen sus huevos en esos lugares. Aunque las cascabeles son abundantes en el llano, prefieren los lugares alejados del ruido y el bullicio de otros animales y la presencia del hombre. Para el llanero y los habitantes de la zona, todas las culebras son venenosas y proceden a matarlas con sus afilados e   inseparables machetes,  tan pronto se les cruza alguna en su camino.  He tratado de explicarle a algunos de ellos,  ante las culebras decapitadas, víctimas de un certero machetazo,  las diferencias que presentan las culebras no venenosas y las que sí lo son, como por ejemplo: en las serpientes no venenosas se puede observar su   piel lisa y brillante,  ojos claramente visibles, donde se puede apreciar fácilmente el ojo,    colas largas y  finas,  que contrastan con  la piel escamosa, de ojos más bien ocultos, cola que termina abruptamente siendo poco delgada, en el caso de las venenosas. Esta es una característica en nuestro país, posiblemente no sea una regla que se deba seguir en otros lugares.  En el caso de la cascabel es fácilmente identificable porque además de lo descrito, su cola termina en una especie de maraquitas, que suenan cuando mueven la cola al ser molestadas y estar prestar para atacar. Por lo general esta serpiente lanza su ataque alcanzando de largo el mismo tamaño que posea.  No se realmente como algunos llaneros sobreviven a las mordeduras de estas serpientes, sin recibir suero antiofídico, que  por lo general no hay en los hospitales de la zona. Los llaneros utilizan oraciones, se aplican hierbas, tabaco mascado y consumen plantas que funcionan. Aunque la fe que tienen ellos, en esos elementos es un verdadero poder, considero que algunos han corrido con suerte, cuando seguramente la serpiente ya ha mermado su poderoso veneno mordiendo a otros animales antes de encontrarse con su víctima humana. Los llaneros prefieren no arriesgarse cuando se encuentran ante cualquier culebra o serpiente, aunque se les he enseñado que las no venenosas ayudan a mantener el equilibrio ecológico y más bien alejan  la presencia de las culebras venenosas de sus territorios de cacería. Ellos alegan algo lógico, cuando dicen que  en medio de las sombras de la tarde, el monte los bejucos y palos que conforman a veces los lugares por donde esas culebras se arrastran ellos no van a estar averiguando si es o no venenosa.

Los pocos y muy aislados árboles que  observamos al llegar a hato Llanero, son llamados Acapros, árbol frondoso en el periodo de lluvias, que deja caer todas sus hojas en el periodo de seca, vistiéndose de múltiples y abundantes flores   de color amarillo primario, muy similar al Araguaney  que es el árbol nacional y abunda en la región llanera. Por lo general los árboles de la zona florean en febrero, aunque si se presenta una lluvia fuera de tiempo que empape bien la seca tierra, el Araguaney y el Acapro, florean produciendo una verdadera primavera con flores amarillas de manera tan abundante, que andando una hora o bien caminando o en carro, observando ese paisaje fosforescente, al cerrar los ojos seguimos observando puntos amarillos en nuestra retina. La madera del acapro es sumamente dura, hasta el punto que se hace muy difícil penetrarla con un clavo, cuando está seca. Esa enorme resistencia ha permitido que sobreviva a los incendios, pese a verse rodeado del fuego que invade las sábanas todos los años sin excepción alguna. El llanero tiene la costumbre ancestral de quemar la sabana, para reducir las plagas, generar una limpieza de la maleza que permanece seca pero que  conserva la altura lograda en el periodo de lluvias. También queman y con la intención de mejorar la tierra con el aporte de la ceniza para sembrar el maíz y frutales. También observamos  La palma moriche, que de todos estos árboles tal vez sea la que presente la más alta resistencia al fuego. Es normal al transitar por las carreteras del llano, verlas encendidos como verdaderas teas  muchos de ellas afrontando una muerte segura, de acuerdo al lugar  y el nivel de pasto seco que se encuentre bajo sus ramas. Otros árboles  logran como dije antes   retoñar en el periodo de lluvias y mostrar sus flores, indicando que su preciosa y útil vida aún los acompaña. Otros árboles con menos suerte, permanecen parados como carbones negros gigantes, sirviendo de testigos ante la quema premeditada por el hombre y las quemas que se generan por las latas, vidrios etc. que con frecuencia se encuentran en los lugares donde acampan los cazadores. Por las noches cuando se viaja por esas carreteras del llano, se observan los incendios en la lejanía y con frecuencia peligrosamente para la circulación de vehículos en los bordes de la carretera. En medio de aquel silencio se oye tan solo el peculiar sonido del fuego consumiéndose todo a su paso. De pronto por el dolor que produce ver todo aquello, nos parece escuchar los gritos de los árboles impotentes de cambiar de sitio y los gritos de los animales que huyen despavoridos abandonando sus madrigueras y nidos donde seguramente existan crías, que perecerán sin duda alguna calcinadas por el fuego desolador.

La presencia de otros animales como venados, zorros, osos hormigueros y palmeros etc. prácticamente no existía y los que habían se replegaron hacia zonas más altas y boscosas, buscando seguridad y huyendo de la depredación y la incesante cacería por parte de los cazadores, que lampareando de noche con  reflectores de largo alcance  y modernas    armas y escopetas, se acercan a los pocos ojos de agua o lagunas que permanecen durante la sequía, esperando la llegada a contra viento de los sedientos animales que esperan la noche para saciar su sed en la oscuridad. Las noches de luna ahuyentan a otros que parecieran presagiar o sentir la presencia del hombre escondido entre los matorrales, esperando su presa para matarla, sin importarle si es un animal hembra preñada, con cria o sin ella. Por lo general esos asesinos de animales en peligro de extinción, porque realmente no tienen otro calificativo,  esperan las noches  sin luna para salir de cacería. Esto les permite ver con mayor facilidad los ojos de los animales encandilados por sus lámparas, los cual lo lleva a disparar a mansalva,   matando perros, gatos, vacas,   caballos y por supuesto animales silvestres de la zona, como el venado, el tigre sabanero etc.  Los llamados cazadores no son más que vulgares ignorantes, que diezman la riqueza ecológica de su propio país, dejando muchas veces que los animales heridos escapen y mueran penosamente luego de horas o días de agonía. Hemos encontrado bebes o cervatillos  de venados al lado de sus madres ya  muertas e hinchadas y otras preñadas con sus crías que no llegaron a nacer. Esa es la realidad del llano en cuanto a la caza indiscriminada y la tolerancia por falta de recursos de las autoridades competentes, que no pueden cubrir áreas tan extensas y en las alcabalas de control a veces se maneja el tráfico de influencia y la organización ilegal para dejar pasar a los cazadores y sus presas. Para desgracia de los animales, las largas carreteras que parten las sábanas en dos, se convierten en verdaderas guillotinas para los zorros, los osos meleros, los osos palmeros de mayor tamaño, babas, los conejos, las culebras de agua, algún cervatillo perdido y un poco menos frecuente una onza o gato montés. Estos arrollamientos por lo general ocurren por la noche, cuando los conductores avanzan por las vías a gran velocidad y evitan frenar para evitar un accidente. Por lo general la matanza ocurre en mayor escala en la época seca, cuando los animales se cambian de pozos que se han secado o buscan alimentos en otras zonas. Es triste agregar que he presenciado conductores, que en lugar de esquivar a algún animal de estos, por el contrario tratan de embestirlos. Las víctimas más frecuentes son los osos que siguiendo el camino que dejan las hormigas, se aventuran en la carretera andando lentamente y sin ningún chance de evitar ser arrollados por su actitud tan entregada a consumir su alimento.

Comenzamos a observar en la medida que los árboles crecían y había cada vez más sombra, la llegada de pájaros de variadas especies, como canarios, paraulatas, azulejos, cristofué, tortolas, perdices,  colibríes, banderita alemana, carpinteros, etc., junto con ellos hermosas mariposas, garzas. Hasta liebres comenzaron a llegar a nuestro jardín, zorros y oso hormigueros, que reconocemos por su peculiar olor muy parecido a nuestro mapurite o zorrillo. Los nidos se hicieron presentes y con ellos los pichones. En esos momentos venían a mi mente los momentos muy desagradables, cuando niño descubría un nido de pichones y  de repente en algún momento observaba uno de los gatos de mamá o de mi hermana llevándose a un pequeño pichón que intentaba salir del nido o caía a tierra. En nuestra finca he tenido que seguir observando cómo algunos de los 9 gatos que solo comían comida importada,, se comen algún pichón. Por ese motivo siempre  he comentado que cuando me llegue la hora de organizar  planetas, no habrá gatos. Así que ese será un problema a resolver en su momento. Por ahora los aceptó, aunque la mayoría son tranquilos, perezosos e interesados solo en su comida a horario. Por cierto le perdí el afecto a las garzas, cuando una tarde escuché unos píllidos lastimosos  y al salir pude ver  una garza que intentaba cobrar vuelo con un pollito recién nacido que se le había extraviado a alguna gallina en los patios donde corrían buscando gusanitos.

Hoy la propiedad antes seca y árida,  está sembrada por los cuatro puntos cardinales, con árboles que permiten  abundante sombra.  Los árboles aún jóvenes,  continúan su desarrollo abonados con la bosta de caballo mezclado con la concha de arroz que ha resultado un excelente abono natural sin tener que comprarlo. En la primera hectárea hemos sembrado diferentes variedades de árboles. Ficus, almendrones, caucho, samanes, acapro, araguaneyes, acacias, jabillos, robles, mamones, mangos, Jobos, ciruelas y un espectacular árbol, que nace con gran facilidad donde deposita su semilla. No requiere de agua, su raíz es profunda y permanece todo el periodo seco con sus hojas. Se trata del Nim de la India, árbol que en algunas décadas cubrirá gran parte del llano, pues produce una pequeña fruta que les encanta a los pájaros que vuelan con ella, dejando caer la semilla completamente pelada, lista para germinar en el sitio donde haya algo de tierra o terreno con hojas secas o hierba seca. Algunos superan el duro verano otros gracias a nuestro regadío con agua de un río distante unos 8 Km. Por las noches las ranas, sapos y grillos se convierten en un verdadero concierto, que por momentos hasta se hacen molestos para dormir, pero siendo ruidos naturales, los sentimos como seres vivos que nos hacen compañía, en medio de un silencio profundo, típico cuando se vive lejos de la ciudad. Prefiero mil veces esa manifestación de la vida nocturna de seres vivos, que el  peculiar ruido de los motores por las autopistas, encerrados en un valle como lo es Caracas, donde afortunadamente el toque de cornetas ha disminuido notablemente..

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