1RA PARTE SOLO LOS BUENOS PENSAMIENTOS NOS EDIFICAN.

PENSAMIENTOS  EN MI TIEMPO.

Félix A. Jelinek Maldonado

31 de Diciembre 2016

ZACARÍAS

27-8-21

1RA PARTE.

Solo los buenos  pensamientos dan valor a nuestra vida y SENTIMIENTOS.

Mi primer  pensamiento espiritual fue hacia mi futuro incierto, cuando apenas tenía unos 8 años y  aprendía  jugando,  y corriendo.  Lo escribí  en una hoja de mi pequeño catecismo escolar que no encuentro,  donde le juré  a  mi maestro JESÚS DE NAZARET,   serle fiel y llevarlo siempre,  por  dentro.

Más tarde,  aun niño escribí  que: ¡había nacido blanco como el algodón, pero que  moriría  negro como el carbón! Sentía  que me esperaba un mundo difícil, de  contención, reclamos y  peleas. Me  sentía  extraño entre seres que observaba y no entendía.

Pensaba y discernía, que mi inocencia de niño, sería contaminada por la realidad de la  vida   que  poco o nada, sabía.  

Lo que comparto ahora,  es producto de las   realidades  vividas,  experiencias que me agradaban o molestaban,  dejando algunas cicatrices  en mi vida. Guardaba algunas veces de niño, otras de adolecente y  ya de viejo,  mis sentimientos  escritos celosamente  en una cajita de madera, que papá me había obsequiado.  Allí también guardaba algunos pensamientos de buenos  libros   que leía.

Ahora rescatando   la vieja cajita preservada en mi trajinar por la vida,     comparto su contenido, despidiendo solo, el año viejo. No siguen un  orden cronológico,  pero  su contenido, ha sido parte de mi vida  y de paradas del camino.

 

1.      El viento es  música en la sabana ardiente y  vacía, que espera la  llegada  puntual de la fresca  lluvia , para gritar  de    alegría

2.      La vida de la crisálida dormida, surge en  un  despertar perfecto, pero de vuelo corto y tiempo  incierto.

3.      Entre  las hojas verdes   surgen  silenciosas   flores  multicolores, que alegran  y saludan  la  vida, con  su belleza, perfume    y  lozanía.     

4.      Las gotas de  lluvia  sobre las hojas secas por el  verano ardiente, son como lágrimas de dolor por la resequedad  sufrida, mientras el  hermoso Araguaney florido,  saluda la  llegada de la lluvia  tempranera, con su   vestido encendido.

5.      Las grises barbas de los viejos  sauces, bailan ante la presencia del viento andino, saludando  a los  viajeros,   que descansan    al borde del     camino.

6.      Al ocaso, las aves presurosas buscan  el árbol amigo,  que   los espera con sus ramas abiertas, para darles calor y   abrigo.

7.      Los  largos nidos tejidos  por   padres  laboriosos, recuerdan   la importancia del hogar construido.

8.      Las arrugas en las cortezas en los  árboles del camino, registran la indefensa  vejez  de su existencia   y  destino.

9.      Las hojas del viejo  árbol, también mueren   de pie, con las ráfagas  del  fuerte viento,  que las desprenden, en su vejez.

10.  Las finas  nervaduras  de las hojas, resisten el paso  del tiempo, pero finalmente caen resecas, por el aullido  del  viento.

11.  El polen fecunda  las flores, y  dan frutos  en todo momento, siendo  por gracia de DIOS,  un milagro del momento.

12.  El canto mañanero rompe la rutina diaria de la  noche en su silencio, cuando está   soñolienta se levanta,  y   se va   cantando, corriendo.

13.  El  amanecer, saluda con su rocío y  luz mañanera   la vida,  sin importarle  el paso de su hermano el  tiempo.

14.  El tronco encorvado del   viejo árbol, señala  lo difícil de crecer recto,  enfrentando  el soplo constante de su   fiel compañero, el viento.

15.  El Sol  calienta la tierra y hace crecer la semilla,  sin tener que pagar una cuartilla.

16.  La vida del  espigado y  frágil bambú,  se agita despierto,  luchando   contra la furia del viento.

17.  Las coloridas  mariposas retozan   sobre las  tiernas  flores del campo,   que  el   sol   presuroso   llama  al descanso.

18.  Todo lo que vemos es  pasajero, como las aves que vuelan, buscando  sus esteros.

19.  Desde el pálpito de un  pequeño músculo bien protegido, late la vida,  y el amor sentido,  pero también brota el odio y el rencor   dormido.

20.  El anciano tiempo,  no se cansa de su  pesado andar, llevando de la mano  la  vida, que  va dejando,   sin  cesar.