LA FE algo mucho mas que dos letras asociados con el símbolo del hierro (Fe)

LA FE.

ZACARÍAS Jelinek. Maldonado

16-5-22

Hace algo más de un mes escuche el mensaje de la esposa del obispo del barrio de la IGLESIA DE JESUCRISTO SUD al cual asisto, que en su condición de  médico, relaciono la FE con el símbolo del hierro Fe, como un mineral necesario para el crecimiento, la salud y el desarrollo del cuerpo. Es el oligoelemento más abundante del organismo; es un componente de la hemoglobina responsable del transporte del oxígeno de los pulmones a las distintas partes del cuerpo. Una maravillosa comparación con  la FE, que es el principal principio del evangelio para que podamos edificarnos con JESUCRISTO tanto en el sentido material como en el espiritual,  para mantener sana nuestra espiritualidad, testimonio y dignidad.

 

La Fe como metal está asociada con el símbolo de la tabla periódica de valores químicos  que identifica  el hierro.  Como sabemos, el hierro  se utiliza en su inmensa mayoría para la fabricación de acero, destinado principalmente   a la  construcción de  estructuras de construcción de hormigón armado, y en la fabricación de  equipos de labranza y armas de guerra.

Esta definición cuadra perfectamente con la función de la FE espiritual, que alimentamos con JESUCRISTO como nuestro pan de vida y agua viva: La comparación sería que:

 1. EDIFICAMOS ALMAS HUMANAS 2. SEMBRAMOS Y ALIMENTAMOS LA SEMILLA DE LA FE ENTRE NUESTROS HERMANOS ESPIRITUALES. 3. NOS AYUDA A COMBATIR LOS DARDOS ENCENDIDOS QUE NOS LANZA EL ADVERSARIO PARA DESTRUIRNOS y desviarnos del camino correcto.

Dándole valores espirituales en función de las leyes divinas que hacen posible la fe espiritual, colocaremos dentro de cada  gráfico señalado como por ejemplo: el número atómico, que serían los elementos que conforman la fe. En la masa  el peso de los elementos que forman parte del núcleo. En la conf. Elec., la carga o energía acumulada y como está distribuida  en torno al núcleo.  En la Familia  que la conforma, sus  niveles de energía para mantener la estabilidad y la fuerza necesaria.

¿De dónde viene la fe? Lo primero que debemos entender es que la fe no se origina dentro de nosotros. No nacemos  con la habilidad natural de creer sin ayuda de nada. Si tratamos de conseguir fe por nuestra propia fuerza de voluntad, nos damos cuenta, que nosotros no somos la fuente de la fe. La fe proviene de Dios y la alimenta Jesucristo.  

IMAGINEMOS UN DIAMANTE. A primera vista, un diamante podría parecer como un pedazo común de vidrio. Pero  la verdad es que se formó   durante miles de años a través del calor y las fuerzas electromagnéticas.  Cuando empezamos a darnos cuenta de sus características, más apreciamos  su belleza y su valor. Entonces si alguien nos ofreciera un diamante, no dudaremos  en aceptarlo. DIOS NOS OFRECE ESE DIAMANTE SIENDO EL AUTOR Y DISEÑADOR DE LA FE. JESUCRISTO es el llamado para sembrarla, alimentarla y perfeccionarla. El ESPÍRITU SANTO el medio espiritual para conectarnos con ellos.  



EL HIERRO AL IGUAL QUE  EL DIAMANTE Y LA FE DEBE SER TRABAJADO, PARA QUE ALCANCE SU MAYOR VALOR.

LA FE ESPIRITUAL.

La FE  es mucho más que solo tener confianza en alguien o  aceptar el bautismo una vez arrepentidos  para seguir a  Jesucristo. La Fe es mucho más que tener solo esperanza en lo que no se ve pero es verdadero. La FE se compone de dos letras, que unidas tienen un inmenso poder, capaz de  construir, modificar, transformar, anular y hasta llevar a su mínima expresión, atómica y cuántica a cualquier elemento bien sea de origen físico o espiritual, que conforme  o afecte la materia desorganizada u organizada.

 F+E es la  necesaria fuerza Espiritual, que debemos acumular en nuestro interior como alma humana, para comprender, poder desarrollar o alimentar nuestra fuente de luz divina, que genere o potencialice  la energía interior  en cada ser.  Con su poder  podremos actuar espiritualmente sobre la materia, para modificar su equilibrio o comportamiento, bien sea esta de naturaleza física o espiritual. Esto solo puede ser logrado, alimentándonos de manera permanente con: 1. La oración. 2. La lectura y comprensión de las escrituras 3. Aprendiendo a escuchar el conocimiento de la verdad, mediante los susurros del Espíritu Santo.4. Tomando la Santa Cena con el verdadero propósito de retroalimentarnos haciendo memoria del sacrificio expiatorio de Jesucristo. 5. También recibiendo las palabras emitidas por otros espíritus portadores de esa fuerza interior, que predican y enseñan la verdad, no solo por testimonio, sino siendo ejemplo de verdadera conversión. La FE convierte lo imposible en posible, los misterios de los milagros en conocimiento aprendido. Los misterios en verdades conocidas y aprendidas.

La potencia o energía de la FE, dependerá de la manera como nos alimentamos con el pan de vida y el agua viva, que nos ofrece nuestro Salvador y Redentor Jesucristo, para llenar todas las semanas nuestra alma. Es la razón por la cual todos los domingos somos invitados a renovar nuestros convenios bautismales, para fortalecer nuestros espíritus y testimonio, que tienden a debilitarse por las exigencias de tiempo y la contaminación del mundo material que como el hollín en el hierro corroen nuestra FE.

 

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