El evangelio y su limitado entendimiento.

EL EVANGELIO

PROYECTO CELESTIAL CON UNA  LIMITADA INTERPRETACIÓN  TERRENAL.

Zacarías Jelinek

20-6-24

Por siglos desde el ministerio de JESUCRISTO, hemos considerado el evangelio como algo solo relacionado con sus enseñanzas. Realmente  hemos  ignorado la importancia y amplitud universal que tiene esa palabra, que se refiere a un proyecto divino universal  de vida  de ELOHIM para activar su plan DE INMORTALIDAD Y VIDA ETERNA para toda su progenie humana. Fue aprobado y activado,  para los que aceptaron seguir su propuesta de desarrollo espiritual como almas, cuando todas las inteligencias espirituales,  fuimos  convocados al gran concilio de los cielos.

Mediante el sacrificio expiatorio de JESUCRISTO el hijo amado de ELOHIM, El evangelio se activó  como el mayor sistema inmunológico pensado, diseñado y ejecutado, para lograr y mantener la sanación y la purificación espiritual de todo el género humano, en el Universo, sin considerar razas, credos, doctrinas, nacionalidades  y conceptos generados por la mente humana. Incluso  toda la ciencia humana, deriva de la  esencia  del evangelio  organizado con la materia cuántica.

El evangelio abarca todas las verdades en su plenitud, principios, convenios,  ordenanzas, leyes y mandamientos,  que son necesarios conocer y vivir, para poder regresar a la presencia de nuestro PADRE CELESTIAL.

El evangelio siempre ha existido desde la organización de los cuerpos carnales,  para dotar a los espíritus de ese importante sensor de sentimientos, sensaciones y experiencias, para ser probados en todas las cosas, para vivir en su gloria y moradas celestiales.

Considerar el evangelio como algo   de utilidad solo para los llamados cristianos, ha sido un gran error. Es malentender la justicia, el amor, misericordia y benevolencia de un PADRE que ama a todos sus hijos por igual, pero manteniendo  en  cada quien, la libertad  para actuar y alcanzar el objetivo del plan de  vivir para siempre,  en la presencia de nuestros padres y familia celestial,  siendo  nuestros  propios agentes.