LA IMPORTANTE MISIÓN
DEL ESPÍRITU SANTO
PARA ACTUAR.
Zacarías Jelinek
11-8-24.
PREVIA REFLEXIÓN.
EL ESPÍRITU SANTO es el miembro de la Trinidad que más se manifiesta, actúa y trabaja las 24 horas del día, los 365 días del año en nuestra esfera o planeta tierra. Sin embargo, su identidad por ser solo espiritual, lo hace pasar desapercibido, olvidado y poco comprendido. Esto genera un estado de INVISIBILIDAD, que limita la gran importancia que tiene su presencia y servicio autorizado, entre todo el género humano, muy especialmente entre quienes decidimos aceptar a JESUCRISTO al bautizarnos. Somos muy reverentes y respetuosos, cuando nombramos a ELOHIM, JEHOVA o JESUCRISTO, pero distraídos y un tanto informales, cuando se trata de tener presente la presencia del ESPÍRITU SANTO en igualdad, como miembro de la Trinidad de DIOSES. Ocurre personalmente, en reuniones, ordenanzas o ceremonias, donde su presencia siendo indispensable, pasa desapercibida, o se limita su santa acción como revelador en conexión entre nuestro mundo telestial y el Celestial. Ejemplo las reuniones sacramentales de ayuno y testimonio.
La manifestación de la paloma blanca, simboliza la pureza, la paz y la fidelidad ante la SANTA presencia del ESPÍRITU SANTO. Como ave con las alas abiertas, representa la espiritualidad, la paz y presencia de los otros dos miembros de la trinidad. Su libertad y santidad para actuar, no puede ser restringida por normas y leyes de un reino caído como la tierra, donde ha sido llamado para actuar bajo la autoridad y presencia de los otros dos DIOSES que conforman la Trinidad.
El Espíritu Santo es un servidor espiritual que trabaja en perfecta unión y armonía con el Padre Celestial y Jesucristo. Desempeña funciones para prepararnos a vivir paso a paso, para recibir las ordenanzas y bendiciones del Evangelio, trabajando en las tinieblas y oscuridad de este mundo., lo cual hace su trabajo difícil para activar la luz en la personas.
SU MISIÓN:
ü "Dar testimonio del Padre y del Hijo" (2 Nefi 31:18).
ü Revelar y enseñar "la verdad de todas las cosas" (Moroni 10:5).
ü El Espíritu Santo recibió del PADRE ELOHIM el poder y el DON, que lo faculta, habilita y autoriza para cumplir su misión entre sus hermanos espirituales.
ü Sirve en la obra del SEÑOR, de manera permanente en cualquier lugar donde nos encontremos y su presencia sea requerida.
EL DON del ESPÍRITU SANTO y todos los dones espirituales posteriores, los reciben quienes buscan al Señor y procuran seguirle y guardar Sus mandamientos (D.C: 46:9), una vez que somos bautizados y confirmados miembros de la Iglesia de JESUCRISTO. El incumplimiento de esta sagrada condición, se refleja en nuestra sociedad, en la inactividad y el bajo nivel espiritual que algunas veces podemos percibir en mayor o menor grado en la actividad y calidad espiritual de reuniones entre cristianos, especialmente en aquellas donde se ofrecen testimonios, que suenan como metal que resuena o címbalo que retiñe. Es decir se expresan palabras protocolarmente sin amor, obviando el verdadero sentido de comunicar nuestra verdad por el espíritu Santo y no solo por nuestro espíritu apremiado, apurado o comprometido con el tiempo o el programa del día….
El ESPÍRITU SANTO es un personaje solo con un cuerpo espiritual, con identidad y personalidad diferente pero propia, que ministra como otro DIOS, con autoridad, con el mismo PODER y SANTIDAD de ELOHIM, y JEHOVÁ.
ü El Primer DIOS ELOHIM, nos otorgó su imagen y semejanza, procreando hijos espirituales, dotándolos con cuerpos de carne y hueso.
ü El segundo DIOS JEHOVA recibió su cuerpo carnal terrenal, para poder ejecutar de manera apropiada, la sagrada misión recibida en ese concilio de los cielos, cuando acepto redimir los pecados, errores o desviaciones de sus hermanos espirituales, que habían aceptado el plan de inmortalidad y vida eterna, que nos fue propuesto en el concilio de los cielos.
ü El tercer DIOS DE LA TRINIDAD EL CONSOLADOR, cumple su misión de servir a los dos primeros dioses, enseñando la verdad a sus hermanos espirituales, que siguen a JEHOVÁ llamado JESUCRISTO, al recibir sus cuerpos físicos.
ü Se le conoce como el consolador, por su finalidad de aliviar las cargas, el sufrimiento y dolores de sus hermanos espirituales caídos.
ü Su misión es testificar de la verdad, del amor del Padre y de su Hijo amado, a todo el género humano en el lugar donde se encuentren. Por esta razón no tiene un cuerpo carnal, para poder actuar de acuerdo a las leyes que rigen sobre la traslación de cuerpos, en nuestra esfera y galaxia y su forma de relacionarse espiritualmente.
ü El ESPÍRITU SANTO, es el instrumento o fuente celestial de un orden mayor, para alimentar el conocimiento y el testimonio espiritual de los que deseen aprender el plan de INMORTALIDAD Y VIDA ETERNA, siguiendo el plan de SALVACIÓN y REDENCIÓN de Jesucristo. Nos guía en nuestras decisiones, ante la oposición para ser probados.
ü Puede calmar nuestros temores y alimentar nuestra FE y esperanza.
ü Trabaja en perfecta unión y armonía con el Padre Celestial y Jesucristo, para ayudarnos a vivir en rectitud y recibir las bendiciones del Evangelio.
ü Es el único medio vinculante autorizado en los cielos, para que el género humano pueda recibir guía, fortaleza, la orientación correcta y digna, al encontrarnos viviendo en un reino caído, donde carecemos del conocimiento alcanzado en el mundo espiritual antes de nacer en esta esfera. Por tanto el ESPÍRITU SANTO, está consciente que sirve entre hermanos que viven en un estado de conflicto, pecado, iniquidad e ignorancia. Tiene claro cuál es su trabajo y no debemos limitarlo como seres naturales que somos-
Realizó este resumen, para recordar la magnitud e importancia que tiene el ESPÍRITU SANTO, que pasa desapercibida, si mantenemos invisible su sensibilidad y presencia, aun siendo beneficiarios bendecidos con su permanente compañía. Debemos facilitar y fomentar su identidad y personalidad y no restringir o limitar su sagrada misión. Necesario es enseñar que debemos actuar de manera digna, sincera, pensando celestialmente. Debemos estar preparados para dar testimonios que fluyan libremente en las reuniones de ayuno y testimonio, cantando himnos para alejarnos de nuestros dramas, historias y conflictos personales. Evitar en lo posible que el ruido del mundo y las agendas, nos alejen del mejor uso posible de este poderoso y sagrado instrumento que nos ha dejado JESUCRISTO durante su ausencia, como espíritu revelador de verdades. Si no estamos claros en nuestra dignidad personal, no vivimos los valores y principios que profesamos y nuestra mente sigue centrada en las concupiscencias del mundo, nuestros testimonios en la Iglesia, serán el reflejo de lo que piense y exprese nuestra mente caída y turbada por la realidad que vive cada quien. Intentar regular su libertad de ayudarnos a pensar y sentir su influencia y susurros en nuestra mente y corazón, limitaría su necesaria presencia en el momento de expresar nuestros testimonios y mensajes con nuestra mente y corazón en las reuniones de ayuno y testimonio, no solo sintiéndonos comprometidos o apresurados en seguir un orden o cartilla preestablecida.
Creo que se debe enseñar sobre lo sagrado de la presencia real y la misión del ESPÍRITU SANTO. No restringir los sentimientos personales que pueda sentir un miembro en el momento de dar sus testimonios, en las reuniones de AYUNO. La enseñanza de lo que debe ser un testimonio, comienza con estado espiritual de cada miembro que voluntariamente desee expresar su Fe, dando cabida en su cuerpo, al ESPÍRITU SANTO, para que ilumine su mente y su corazón para compartir verdades con sentimientos puros, sinceros, humildad y mansedumbre. El tiempo limitado estando más preocupado en cumplir con el tiempo establecido, no debe a mi juicio restringir, incomodar o limitar el espíritu de revelación y reafirmación del conocimiento aprendido, por quienes pese a sus limitaciones de comunicación y expresión, se sienten más comprometidos con el tiempo asignado que con el contenido que desean expresar….Orientar, corregir y enseñar con amor es la manera del SEÑOR de disciplinar a quien ama, al actuar dispone del tiempo en desmedro de los otros.
Un testimonio es una declaración firme y segura de los principios, valores y ordenanzas que seguimos como miembros de la Iglesia, que sentimos y expresamos con la compañía del ESPÍRITU SANTO. No testificamos siguiendo un orden o programa administrativo, sino expresando cada quien lo que acepta y vive como la verdad, compartiendo más que palabras, sentimientos de amor y hermandad.
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