DESOBEDIENCIA Y EXPIACIÓN DE JESUCRISTO.
LA CAÍDA
Y LA
EXPIACIÓN DE JESUCRISTO.
ZACARÍAS JELINEK
07-8-2020
Estas dos palabras forman parte fundamental en el Evangelio Restaurado de JESUCRISTO. Sus conceptos son poco conocidos o estudiados por la mayoría de los cristianos. Conocer su profundo y a la vez sencillo significado, nos ayuda a aclarar nuestro entendimiento y apreciar aún más la misión de Jesucristo el hijo amado de nuestro PADRE ETERNO, entre nosotros sus hermanos espirituales, al rescatarnos de la muerte espiritual y física.
LA CAÍDA se refiere al momento en que ADÁN y EVA en el Paraíso terrenal de manera voluntaria, encontrándose en estado de inocencia, decidieron tomar cuerpos físicos, aceptando conocer y estar sujetos a la muerte, para poder continuar unidos y cumplir con su misión de poblar la tierra que le había sido entregada por el PADRE de todos los espíritus. A partir de ese momento sin ser compelidos u obligados, se excluyeron de la presencia del PADRE para poder en completa libertad, ser sus propios agentes y gobernantes de su proceso para seguir creciendo espiritualmente. De seres espirituales inmortales, pasaron a un estado natural, cautivos de un cuerpo carnal mortal, para poder sentir, conocer y enfrentar la necesaria oposición, las tentaciones, pruebas y aflicciones, durante su proceso de vida, hasta morir. Se dio inicio a su proceso de transformación en su genética, transmitiendo su herencia y las influencias del medio ambiente y los elementos naturales como las enfermedades, los males físicos y psicológicos. En este proceso por herencia no existe la transmisión del llamado pecado original, por cuanto tanto Adán como Eva, se encontraban en estado de inocencia. Por esta razón los niños hasta los 8 años de edad se consideran inocentes y no requieren ser bautizados al nacer.
Esta caída es considerada como una transgresión o desobediencia, ante dos disyuntivas que le fueron presentadas. 1. Seguir viviendo terrenalmente solos para siempre, sin tener progenie. 2. Amarse, cuidarse, acompañarse y tener hijos para poblar la tierra y continuar su aprendizaje hasta morir.
Ante esta realidad sabiamente inducida por el Padre Creador para respetar el albedrio que traíamos de los cielos, se implementó el plan de rescate que conocemos como el Evangelio, donde Jesucristo se ofreció para redimir a todos su hermanos "nosotros", ofreciéndose expiar y pagar nuestro pecados errores y faltas , lo cual nos fue presentado, explicado y aceptado en el mundo espiritual preexistente.
La EXPIACIÓN: Este proceso voluntario lo activo JESUCRISTO al final de su ministerio en la tierra, iniciándose en el monte Getsemaní. Allí sufrió espiritualmente y sudo su sangre por los poros, al asumir todos los pecados y faltas de la humanidad. Luego en el cerro Gólgota de Jerusalén, fue crucificado, sufrió físicamente y entrego su vida en la cruz, para poder resucitar y así restituirnos la inmortalidad y abrirnos el camino para regresar como seres exaltados y vivir en la presencia de nuestro Padre Celestial.
Una hermosa manifestación de amor entre los seres humanos, es cuando vemos a alguien caído en el piso y le tendemos la mano para levantarlo. JESUCRISTO, lo hace por nosotros, cuando asumió esta responsabilidad, al aceptar ser llamado para ser el ejecutor del plan de redención aprobado por nuestro PADRE CELESTIAL. Por ello tomo un cuerpo físico igual al nuestro, para rescatar, salvar y levantar apropiadamente a sus hermanos espirituales caídos. Este proceso de vida mortal de Jesucristo, es necesario para que pueda pasar por las mismas necesidades y sentir las mismas experiencias de la vida terrenal, para poder ser un vivo ejemplo de su PLAN DE SALVACIÓN, que no fue entendido en el antiguo testamento, ni en el nuevo. Ahora mediante otro testamento llamado el Libro de Mormón, conocemos en estos últimos días plenamente evangelio restaurado y estas verdades ocultas, traducido de registros históricos directamente por el profeta de la restauración el Evangelio José Smith.
¿EN QUE CONSISTE SU PLAN?
ü 1. FE deseo de volver a la presencia de DIOS, aceptar la mano guiadora de Jesucristo.
ü 2. Reconocer las faltas, Arrepentirnos y perdonar.
ü 3. Bautizarnos para nacer de nuevo del agua, limpios para iniciar una nueva vida.
ü 4. Recibir el Don del Espíritu Santo para conocer y entender la palabra de Dios.
ü 5. Recibir las ordenanzas para vivir las sagradas leyes y principios de un PADRE que nos ama.
ü 6. Comprometernos en guardar sus mandamientos. Trabajar para que nuestros antepasados, participen igualmente de la Salvación.
ü 7. Ser mansos y humildes de corazón, para combatir el orgullo y la soberbia ocultos en nosotros.
ü 8. Resucitar (retomar el cuerpo carnal) para ser almas inmortales.
ü 9. Ser Exaltados, (Alcanzar el mayor estado de felicidad y gloria viviendo en la presencia y morada de DIOS nuestro Padre).
ü 10. Seguir existiendo y creciendo de gloria en gloria por las eternidades poblar mundos sin fin.
Que maravilloso plan de un Padre apoyado por su hijo primogénito, llenos de amor para todos nosotros, cuyo sabio propósito entendimos antes de nacer, pero que ahora no comprendemos y hasta poco o ningún interés tenemos, al menos en preguntar si todo lo que se dice es verdad…
¿Puede existir un mundo sin pecado?
La vida de JESUCRISTO fue ejemplo de ello. Para nosotros es algo muy difícil pero no imposible.
Las tentaciones que sufrió indican que las pruebas por las cuales pasamos, retos y desafíos son individuales y permiten medir el nivel de conocimiento y progreso que hemos alcanzado, para vivir las leyes que rigen las sociedades celestiales avanzadas.
LA SOLUCIÓN. Seguir el camino de la LUZ y abandonar la OSCURIDAD y las TINIEBLAS.
El bautismo es una decisión personal, que debe ser consultada aceptada a partir de los 8 años de edad. En su estado caído el hombre es incapaz de percibir las realidades y bendiciones espirituales que no puede entender, a menos que se sometan al influjo del Espíritu Santo, actué como un niño dejándose ser enseñado. Por eso se dice, que el hombre es enemigo de Dios por su naturaleza carnal.
El hombre natural solo puede ver con sus ojos carnales. Le presta mayor atención a las recompensas de este mundo, cuando se deja dominar por las pasiones temporales, muchas irracionales, teniendo la plena conciencia para decidir, lo que está bien de lo que está mal y que camino debe seguir.
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