SUEÑO CON EL ELDER SPENCER W. KIMBALL PROFETA DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO SUD
EXPERIENCIA ESPIRITUAL CUANDO ERA EMPLEADO Y LÍDER DE LA IGLESIA DE JESUCRISTO SUD,
EN CARACAS-VENEZUELA.
ZACARIAS JELINEK
5-2-21
1895-1985
SUEÑO CON EL PTE Y PROFETA DE LA IGLESIA
SPENCER W. KIMBALL.
(Sentado al medio)
Soñé que había viajado a una conferencia general en SLC en el mes de Abril. Me encontraba en las afueras del tabernáculo, rodeado de mucha gente, como es la costumbre, esperando se abrieran las puertas, para entrar y tomar los asientos, de acuerdo al orden establecido, con la guía de los correspondientes acomodadores. De repente en el sueño, Soy llamado por una persona que se identifica como uno de ellos. Este me dice:
-Presidente Jelinek acompáñeme-. Abrió una de las enormes puertas del tabernáculo, e invitándome a entrar, me indico me sentara, justo en los asientos que se encontraban en el centro del inmenso e impresionante salón del Tabernáculo, tan imponente y lleno de historia. Obedecí, muy extrañado y le pregunté ¿y los demás hermanos no van a entrar? A lo cual contestó: -"me indicaron que solo usted presidente"-. Me encontraba confundido y muy sorprendido. Veía hacia todos lados, esperando se abrieran las puertas del tabernáculo, para ver entrar a los hermanos que esperaban afuera. Esperé con gran impaciencia. Increíblemente no había absolutamente nadie, absolutamente nadie, dentro del tabernáculo. Tampoco había música del coro y los sillones ubicados en el estrado o lugar donde se sientan las autoridades generales de la iglesia, permanecían vacíos. Las grandes puertas permanecían cerradas. Muy preocupado y a punto de buscar una de las puertas y salir, "pues pensaba en el mismo sueño, que lo que ocurría no era posible y seguramente no era real," observé que se dirigía hacia donde estaba el micrófono en el púlpito, la figura pequeña, encorvada, muy anciana y cansada del profeta y presidente de la iglesia, el Elder Spencer W. Kimbal. Siempre sentí algo muy especial y mucho amor hacia ese extraordinario y muy humilde profeta. Lo recuerdo durante su visita a Caracas Venezuela, creo en Enero de 1975. Para ese entonces todavía yo no tenía dos años de haber sido bautizado. El Presidente Kimball, nos visitó si mal no recuerdo, acompañado de su inseparable esposa Camila. Las oraciones de esa conferencia estuvieron a cargo de dos pilares en el sacerdocio, a quienes admiraba y respetaba mucho. Rubén Darío Pacheco y Alejandro Portal Campos. Ambos marcaron una profunda huella en mi vida y desarrollo dentro de la Iglesia. En esa maravillosa oportunidad, el Profeta, nos exhortó a hablar del evangelio restaurado y a realizar la obra misional de la mano con los misioneros de regla. Este profeta tan especial para mí, había superado graves enfermedades, había sido operado del corazón, y de la garganta. Su voz a consecuencia de ello, era ronca y profunda. En el sueño, comenzó a hablar en medio de la soledad del tabernáculo, con su voz característica. Me sentía muy confundido. Pensaba: ¿cómo es posible que el presidente me hable a mí solo?, ¿por qué no entran los demás hermanos? ¿Qué estaba sucediendo? No entendía lo que el Presidente hablaba, tan solo lo observaba y escuchaba su voz. En medio de estas dudas y lleno de angustia, me desperté del sueño. La interpretación que pude darle a esta experiencia, tenía que ver con la frustración que sentía como líder, de que algunos hermanos no cumplían con sus llamamientos, y ello me obligaba a exigirles más y más a quienes sí lo hacían, para poder completar nuestras metas. Esta situación se había agravado, con la salida de Steve Gulbransen de la Estaca y de Venezuela, que siempre estaba como un motor encendido, listo para cumplir con algún trabajo o asignación extra. El sueño me indicaba claramente, que lo importante era, que como presidente de la Estaca, hiciera mi parte del trabajo y siguiera el ejemplo del Presidente Kimbal, quien muy anciano, enfermo, por su avanzada edad y con grandes limitaciones para moverse y hablar, hacía su parte y asistía a las conferencias generales de la iglesia, aunque al final de su vida estaba imposibilitado de hablar a la congregación. Asistí a sus últimas conferencias, donde permanecía con la cabeza baja en silencio, durante toda la reunión. Pero verlo de lejos, era imponente ver aquella imagen de un hombre que había dedicado toda su vida al Señor trabajando incansablemente y con mucho sacrificio físico en su obra. Una vez viéndolo en ese estado, solo sentado y con la cabeza baja, reflexione: ¿Será que el Señor a través de la imagen de su profeta en silencio, quiere manifestarnos que no lo escuchamos, que estamos fallando y que no puede brindarnos nuevos conocimientos, porque no cumplimos ó actuamos como el espera de nosotros? Recordé la escritura en D.C. 105:5, que dice: y no se puede edificar a Sion sino de acuerdo con los principios de la ley del reino celestial; de otra manera, no puedo recibirla. Para que más revelación e inspiración al profeta, si las cosas que enseñaba ese extraordinario hombre y profeta tal vez no se estaban siguiendo…
En la iglesia hay mucho simbolismo y con mucha frecuencia debemos reflexionar sobre sus significados. Para mí lo que pasaba con ese extraordinario profeta, requería que todos los miembros y principalmente los líderes, meditáramos y reflexionáramos, viendo cada uno hacia adentro y no tan sólo hacia fuera.
Continuando con el sueño, interpreté que el profeta con su ejemplo, me enseñaba ante mi inconformidad que sentía en mi llamamiento, lo importante que era hacer el trabajo individual y predicar o enseñar a tan solo una persona . Sin duda ese era el mensaje que recibía una vez más a mis oraciones. Era muy bendecido, por recibir respuestas tan especiales y claras. Testifico de su veracidad de la manera más sincera.
Para ese entonces, la mayoría de los hermanos que trabajaban en las oficinas temporales, (PBO) eran miembros de la Estaca Caracas que presidía. Esto me permitía compartir diariamente con ellos, intercambiar opiniones, estudiar las escrituras juntos, participar en diferentes actividades de tipo espiritual. Por supuesto, dada mi doble condición de empleado y líder, algunos, me hacían preguntas sobre lo que era debido o no en el manejo de los asuntos temporales, en los cuales participaban de manera directa o indirecta. Siempre traté de practicar lo que predicaba, y de ser honesto primero conmigo mismo. Esto lo aprendí de mi padre, por lo tanto no era difícil para mí ejercitar, lo que ya era una conducta heredada en nuestra familia.
Me comporté tratando siempre de permanecer digno y honesto. Me preocupaba el hecho de conocer por mi llamamiento, que en algunas actuaciones, no se vivían los principios que expresamos en nuestros pensamientos espirituales y que algunos como líderes, predicamos desde el púlpito en las capillas y luego nuestra conducta fuera diferente en las oficinas temporales. Alertaba en privado y en pensamientos espirituales cuando me tocaba darles la necesidad de enseñar y compartir con mis compañeros de trabajo, nuestros sentimientos, del reto diario que teníamos de permanecer dignos, trabajar correctamente, dentro de los principios del evangelio, en una organización que generaba mucho trabajo con contratistas y se manejaba tanto dinero. Una vez escuche a un hermano en un mensaje espiritual en las oficinas, decir que Satanás, el espíritu que adversa el plan de Dios, trataría de realizar su trabajo dentro de la Iglesia de Jesucristo y no en otros lugares. Que su mayor esfuerzo sería en ella y no en otro lugar. Recuerdo un cuento, que escuche de un miembro que decía: "Una vez un miembro de la iglesia, con su familia, llegó a un lejano pueblo manejando su vehículo, un día domingo. Al buscar la capilla para asistir a sus reuniones como era su costumbre, se detuvo a preguntarle a un hombre en la vía ¿dónde le quedaba la capilla mormona? Este gentilmente le señaló como llegar a ella. El miembro condujo su vehículo hasta el sitio señalado y encontró la capilla, pero en la puerta estaba un hombre que se identificó como Satanás. Nuestro miembro, ante tamaña sorpresa, dedujo que esa no podía ser la capilla de su Iglesia, y rápidamente regresó al lugar donde estaba quien le había señalado la dirección. Paró el vehículo y le dijo: -perdone señor, me dio la dirección equivocada, buscamos a la Iglesia de Jesucristo. El hombre nuevamente le dijo: "señor esa es la capilla" a lo cual contestó el miembro diciendo, ¡pero allí está Satanás! Y el hombre le contestó ¿y dónde cree usted que Satanás está realizando su trabajo y mayor esfuerzo?
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