EL SUICIDIO TÚNEL LLENO DE OSCURIDAD.
EL SUICIDIO.
Un túnel lleno de oscuridad ante la ignorancia
SOBRE EL PROPÓSITO DE LA VIDA.
Félix A. Jelinek Maldonado
18-12-14
REVISADO 8-7-21
ZACARÍAS
VOLUNTAD EN CASO DE MUERTE. Así llame un mensaje pensando en suicidarme, luego de ser entrampado en el caso Caurimare en Caracas Venezuela, luego de ser traicionado y engañado por mis propios hermanos espirituales en la Iglesia de JESUCRISTO. A la manera propia de una empresa corrupta del mundo, mediante falsos artificios contables, fui difamado, arruinado de manera fría y calculada, en 1994. Algunos con poder, autoridad y beneficios ocultos, buscaban protegerse de mi presencia, que les resultaba incómoda para otros fines, eliminándome como líder de la Iglesia. Luego de superar ese doloroso plan de descalificación, nuevamente doce años después, fui acusado falsamente y de manera interesada, de violencia contra la mujer, donde nuevamente con falsas acusaciones penales, promovida por familiares y trabajadores a mi cargo, se me impidió entrar a mi hogar, lugar de trabajo para completar un importante proyecto turístico financiado por el Estado. Lo más lamentable fue que en ambos casos estuvieron involucrados miembros de la Iglesia de Jesucristo de los SUD. Sintiéndome defraudado y engañado ante el afán de poder y lucro, pensé en el año 2006 suicidarme. El haber conocido el sacrificio de Jesucristo, su plan de salvación y el amor de un Padre Celestial por sus hijos, impidió que en mi difícil prueba y soledad, intentará ponerle fin a mi vida.
El 7 de julio pasado, recibí la triste y sorpresiva noticia de la muerte de un buen amigo ex compañero de trabajo, con el cual mantenía contacto por WS y correo electrónico. MI AMIGO decidió poner fin a su vida luego de la celebración del 5 de julio fecha de nuestra independencia. Fue uno de los millones de compatriotas, que decidió marcharse de Venezuela hace unos 4 años con su familia, residenciándose en un lejano país Europeo. Para la gran mayoría, este estado de probación y aprendizaje, resulta muy difícil, pero para otros, el recuerdo, la tristeza, el sufrimiento oculto y la impotencia de lograr edificar su hogar como joven profesional como lo estaba haciendo en Venezuela, seguramente quebró su esperanza de retornar a su amada patria. Muy afectado por la crisis que vive nuestro país, como abogado, reunía información y se asesoraba con personas sobre nuevas ideas, para contribuir a la reingeniería de la política en Venezuela y la reorganización del país, pensando en un nuevo proyecto social. Estaba seguro de presentar una alternativa diferente a lo existente, que ha sumergido a Venezuela en una tenebrosa oscuridad, depurando los errores e intereses del pasado y del presente. Mi último aporte en mayo de este año a sus inquietudes, apoyaba su idea, al compartir la imperiosa necesidad de contribuir a un nuevo orden, no solo social, sino espiritual. Le sugerí conocer el proyecto de vida que nos ofrece JESUCRISTO mediante su Evangelio, que va mucho más allá de una actividad tradicional, folclórica, pasiva y contemplativa. Le sugerí buscar la inspiración de los cielos, para lo cual era necesario ser manso y humilde de corazón, para recibir la ayuda y la inspiración que buscaba. Ningún hombre por instruido que sea, puede igualar o superar el plan de Salvación de Jesucristo, sin despojarse del orgullo y la soberbia, que caracteriza al hombre natural. Esta especie humana, abunda en la política mundial y en la mal llamada libertad democrática, de abundancia y privilegios para pocos, miseria y necesidad para muchos.
Para todos nosotros pero especialmente para los que deciden abandonar voluntariamente su prueba, existe la MISERICORDIA de nuestro Padre Celestial y el amor puro de Jesucristo, que lo sufrió todo por nosotros durante su expiación y la entrega de su vida en la cruz teniendo apenas 33 años y una familia que dependía de Él.
Este lamentable y doloroso hecho del suicidio, ocurre en el momento en que la soledad y la tristeza se adueñan de la persona que aun con una buena formación y valores familiares, conocen muy poco del verdadero propósito de la vida. La realidad diaria, lejos de su país y seguramente de sus padres, fue minando su fortaleza, apagando su deseo y necesidad de vivir al lado de sus seres queridos. Este estado de auto menosprecio hacia uno mismo, termina dominando y controlando nuestra mente y espíritu. Lamentablemente este oscuro momento, se convierte en una manifestación de ignorancia hacia el propósito de DIOS como el PADRE al darnos la vida para ser probados en todas las cosas y prepararnos para vivir con Él en su morada eterna. Sentirse incompetente para luchar, fomenta la derrota ante las adversidades, retos y conflictos propios de un mundo, que vive en la oscuridad y las tinieblas. Por ello rodeado de vida y de seres que ama y les aman, son dominados por los conflictos y vencidos por los retos y la presión existente oculta, en un sistema cruel y egoísta, hechura de una sociedad esclava del consumismo en medio de una gran desigualdad e indiferencia hacia la necesidad, el sufrimiento y el bienestar de los otros.
El suicidio separa el cuerpo del espíritu, pero no acaba con la vida espiritual pero si detiene temporalmente el desarrollo del alma. La necesidad de que lleguemos a la vejez pese a las condiciones físicas deterioradas, es un proceso que no podemos detener y entender, pero sin duda es la maravillosa oportunidad para acumular todo el conocimiento y la experiencia que podamos, para estar preparados ante nuevas realidades por vivir en el futuro. Apreciaremos lo importante y necesario que es nuestro cuerpo físico para aprender y servir, cuando nos separemos de él.
Otros en su mundo banal, están en un proceso de suicidio diariamente, cuando viven apegados a los vicios que los apresan y van minando su salud día tras día. Cuando nuestra mente y cuerpo están contaminados, nuestro espíritu también lo está y por lo tanto, vivimos en estado de riesgo y debilidad permanente, cuando no cultivamos la espiritualidad y lo dejamos como algo que puede esperar. El momento del quiebre o de la inmolación, puede aparecer bajo cualquier circunstancia y momento inesperado.
Ciertamente la mayoría de los suicidios ocurren, bajo severa depresión que sin duda tiene que ver con la vida personal, familiar, la salud y todos los componentes que estimulan nuestro cerebro, sistema glandular y nervioso. Estos son activados por realidades, que afectan nuestra sensibilidad y la manera como vemos, comprendemos y aceptamos las cosas. Por esta razón edificar un testimonio sobre la necesidad de la espiritualidad en nuestra vida, nos ayuda a evitar que los dardos encendidos emanados de una sociedad enferma colectivamente, penetren nuestra debilitada coraza protectora y eliminen el deseo de vivir.
Las personas que cometen suicidio sujetos a conflictos o estrés, que limitan su razonamiento y su libertad en un determinado de manera consciente, simplemente deciden dejar de existir buscando prematuramente poner fin a su estado de impotencia para salir de la oscuridad. Su decisión frena su progreso temporalmente. Para todos sin excepción, existe el espíritu de compasión, ternura y el perdón ante la misericordia de DIOS, la expiación y el sacrificio de su hijo Jesucristo, para redimir todos nuestros pecados, faltas y errores que hayamos cometido durante nuestra vida en la tierra.
Promesa que le envió al espíritu de mi amigo en el estado del mundo espiritual donde se encuentre. Seguiremos relacionados trabajando y sirviendo para acercarnos cada vez más a la presencia de Padres Celestiales, justos y amorosos, que esperan por nosotros. En tu nuevo estado de tránsito, tendrás mucha ayuda de familiares y personas ministrantes que te ayudarán a corregir el error cometido. Tanto en este mundo como en el espiritual existen todavía millones de hermanos espirituales esperando se completen sus ciclos de existencia. Los espíritus suicidas, son recibidos como todos los que abandonan este estado terrenal. La enseñanza continua y los siervos del SEÑOR te ayudarán a completar tu aprendizaje y podrás retomar el camino que abruptamente decidiste abandonar. El amor puro de Jesucristo es incondicional y el asumió tus errores como los míos en el monte Getsemaní, para que puedas retomar tu cuerpo y resucitar.
Pronto nos reencontraremos y seguiré siendo tu amigo, compañero y hermano.
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