COLUMNA DE LUZ. EXPERIENCIA REAL.




COLUMNA DE LUZ 
EXPERIENCIA REAL

Representación solo del tubo de luz y su proyección vertical.
FELIX A. JELINEK MALDONADO
En  una calurosa noche de Enero del  año 1997,  época de sequía en Venezuela,  entre las 11 y 12  de la noche, me encontraba tendido sobre una colchoneta,  en la parte superior de una construcción que servía como área de servicio en la finca. Sobre los dos cuartos para deposito, había   construido  un tanque de bloques y cemento, a una altura  de unos 8 metros sobre el terreno. Tenía  una capacidad de unos 20.000 litros de agua y con esa altura, teníamos la suficiente presión para abastecernos por gravedad,  sin tener que usar hidro-bombas.  Estando la casa de campo construida en medio de la sabana o llano, sin cerros o colinas a la vista, en un área de más de 100 kms del cerro más cercano,   se  podía desde allí  observar todo el entorno de la oscura sabana,  hacia los cuatro puntos cardinales. También las  casas distantes de los vecinos, la mayoría solas o  alguna iluminada con la luz de tenues velas, que parecían apagarse en la lejanía. Con frecuencia al faltar la electricidad por largos periodos de tiempo, subía al techo del tanque, acompañado de mis fieles mascotas, Barbara, Viky, Cleo y Dober, buscando la brisa fresca de la noche y el silencio profundo de la noche. Este era solo interrumpido  por el canto lejano de  grillos,  alguna que otra ave nocturna, como los  llamados mochuelos, pequeños búhos cazadores de ratas y culebras o el ladrido lastimero  de algún perro encerrado  solo en la lejanía. Allí me encontraba acostado, mirando el cielo estrellado ante la imponente oscuridad de la noche sin luna. Con largos intervalos entre días, pero con frecuencia, podía  escuchar apenas el paso  de aviones a gran altura sin luces  seguramente del narcotráfico, llevando su cargamento desde Colombia a las islas del Caribe. A unos 80 kms se encuentra una base de la fuerza área y por esa razón cruzaban el espacio aéreo a gran altura, a esa hora y sin luces de posición, buscando pasar desapercibidos.
Para esa época me encontraba  en un profundo estado depresivo, viviendo las consecuencias de la trampa que fue hábilmente armada por  "sacerdotes indignos" que decían estar al servicio de JESUCRISTO, (que continúan sin arrepentirse del grave daño que originaron),  luego que lograron armar y registrar toda una falsa historia contable, para poder justificar mi despido de las oficinas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos. Las razones y  su estrategia,  las escribí  con detalles en Verdades ocultas en el nombre de Jesucristo y luego mucho más resumida en Entrampado en Caurimare. Ambas publicaciones pueden ser leídas en  https://Felix jelinek2.blogspot.com/. La razón fue por denunciar corrupción a nivel de  empleados expatriados y otros subordinados  complacientes,  que trabajaban  bajo la autoridad de un  Director de asuntos temporales  (DTA), con responsabilidad directa   para ese momento de 5 países, entre ellos Venezuela.
Allí me encontraba  totalmente solo, con una pistola Beretta 9 mm, pensando en el suicidio, frustrado, sintiéndome estafado espiritualmente por la traición de mis propios hermanos en Cristo, que escuchaba con frecuencia hablar desde los púlpitos de las capillas, de su dignidad, testimonio, conversión y lealtad hacia Jesucristo. Observaba las estrellas y me preguntaba ¿PADRE  DONDE ESTAS, porque ha sucedido todo ello ante tus propios ojos, en tu Iglesia?
Con la  miraba hacia el  oscuro espacio estrellado sin nubes, de  repente pude observar un  luz  muy fuerte y  blanca que aumentaba de intensidad, como dentro de un conducto o tubo, que surgía  desde la profundidad  de la oscura    noche, con dirección  hacia el lugar donde estaba. Parecía como el haz de luz de un gran  faro piloto  o  una linterna  de gran potencia,  cuya luz  se acercaba a enorme velocidad  hacia mi persona.  Estando solo en la finca y no estando preparado espiritualmente en ese momento, por haber  dejado de orar, alejado de la Iglesia y  sin usar ni portar  mis investiduras sacerdotales,  sentí miedo. De un salto me puse de pie  buscando la escalera para  bajar del tanque y regresar a la casa. En ese momento pude observar como la luz que había visto proyectarse, se regresaba o retraía hacia el punto donde había surgido y  se resumía en si misma con la misma velocidad con la cual se había manifestado, regresando   la oscuridad que existía.
Luego  al bajar, pensé en la experiencia que tuvo José Smith cuando oró al SEÑOR buscando recibir respuesta ante sus dudas y conflictos que vivía la Iglesia, poco antes de ser asesinado. Ese no fue mi caso,  en ese momento estaba lleno de angustia,  desesperanza,  mi espiritualidad era débil, estaba muy triste y defraudado con los líderes de la Iglesia.  Solo pensaba en quitarme la vida y poner fin a todo. Pude  controlar mis pensamientos suicidas, pensando en Jesucristo sin tomar pastillas antidepresivas,  acudiendo al testimonio  que tengo desde que nací, 30 años de mi maestro, antes de conocer su iglesia restaurada en Caracas Venezuela.
Luego al leer la respuesta del SEÑOR a José Smith, que se encuentra en Doctrinas y Convenios 121 conocido como el libro de las revelaciones para nuestra época,  cuando José le imploro intercediera ante los conflictos  y persecuciones que vivían los miembros de la Iglesia. Leyendo y releyendo  esa escritura varias veces,  pude lograr entender y sobrellevar mi sufrida prueba hasta el día de hoy, que sigo viviendo sin que exista alguna reacción por parte del liderazgo de la iglesia a nivel de las Autoridades Generales en Salt Lake City-Utah.

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