Propósito de nuestra existencia.
IDENTIDAD Y EL PROPÓSITO de NUESTRA EXISTENCIA
LOGRAR LA vida eterna
Felix Jelinek Maldonado
Antes de nacer, vivíamos con Dios, el Padre de nuestros espíritus. Todos los seres espirituales por ser sus hijos, somos literalmente hermanos y hermanas de la familia de Dios y cada uno de nosotros es valioso para Él. Recibimos, conocimiento, aprendimos y nos preparamos durante el tiempo que estuvimos en sus moradas celestiales, antes de nacer en la tierra, para llegar a ser autosuficientes, independientes y probados en todas las cosas, para regresar a su presencia..
Debido a su amor de padre, nos otorgó el don más grande que puede dar: el don de la inmortalidad y la vida eterna. Para recibirlo, era necesario que saliéramos de Su presencia y emprendiéramos una maravillosa y desafiante aventura de manera libre e independientes. Nuestro Padre preparó su proyecto de vida, que requería de un plan para rescatarnos, ante la plena libertad que teníamos para tomar nuestras propias decisiones, sin ser obligados mandados o compelidos. Por esta razón, no somos seres virtuales, clones, o robot biológicos, sino inteligencias organizadas con la imagen y todo el potencial del PADRE ETERNO.
En un gran concilio pre-terrenal, nuestro Padre nos presentó su proyecto de vida.. Cuando lo entendimos, nos sentimos felices, cantamos alegres himnos de alabanza y dos terceras partes de sus hijos lo aceptamos. Otra tercera parte libremente, No aceptó participar y decidieron seguir otra propuesta, se abstuvieron o fueron indiferentes. Pienso por la inmensidad de nuestro Universo, que este proyecto de vida ocurre en muchas otras esferas o planetas donde existen civilizaciones más o menos avanzadas, bajo la mayordomía de Dioses, bajo la regencia de Jehová.
La aventura terrenal implicaba salir de nuestro primer estado de inocencia, para vivir en medio de retos, desafíos, tentaciones, felicidad, sufrimiento, alegría, tristezas. Ante la plena libertad recibida, los riesgos que implicaba perder la inocencia y con ella la inmortalidad y la Vida Eterna, Jesucristo el hijo primogénito espiritual y unigénito en la carne, se ofreció redimir nuestros errores como nuestro hermano mayor, Salvador y redentor, mediante su sacrificio expiatorio. Su propuesta de predicar el arrepentimiento y el bautismo, para señalarnos el camino de regreso a nuestro Hogar Celestial, fueron aceptados y por esa razón estamos en esta tierra bajo su mayordomía como el Ungido del Padre para ser nuestro guía y maestro.
Habiendo madurado en la existencia premortal y aceptado el plan propuesto, era necesario nacer tomando un cuerpo de carne y huesos, para continuar aprendiendo como Almas humanas, es decir cuerpo y espíritu integrados en uno solo.
Las maneras como somos probados, varían entre el conocimiento espiritual alcanzado y los convenios realizados en la preexistencia, antes de venir a la tierra; por esta razón existe tanta variedad en las actividades, actuaciones y escenarios donde nacemos, nos desenvolvemos y desarrollamos los seres humanos.
Algunos escenarios:
· Limitaciones físicas, invalidez.
· Soledad, ausencia de familia, salud deficiente.
· Necesidades y sufrimientos. Explotación, esclavitud, malos tratos.
· Malos ejemplos de padres, familiares, compañeros y amigos.
· Otras formas de vida que afectan nuestro carácter y personalidad, aunque gran parte del dolor y del pesar que sufrimos, son el resultado de nuestras propias decisiones y desobediencia para recibir bendiciones o condenación de las leyes de Dios.
La vida está sembrada de dificultades, conflictos y necesidades por nuestra condición natural. Podemos estar inmersos en constantes necesidades, peligros y riesgos, que amenacen destruir nuestra existencia. Sin embargo, todos nos ayudan para avanzar, lograr y medir nuestro desarrollo y progreso.
El superar las adversidades, da al ser humano fortaleza espiritual, forja nuestra confianza ante Dios, engendra respeto y ayuda a asegurar el éxito de nuestro propósito en la vida.
Para este sabio propósito hubo un diseño y un plan inteligente.
· La Creación y organización de la tierra para la vida. Abraham 3:24-25
· Colocar un velo para no recordar nuestra vida anterior, dando a todos la misma igualdad y libertad para crecer, aprender y decidir juntos.
· Implementar un plan de redención mediante la expiación o sacrificio de Jesucristo para rescatarnos de los errores y desvió del camino.
· Nacer, vivir y morir para poder resucitar y recuperar la inmortalidad.
· Disponer del arrepentimiento y el bautismo, ordenanzas y doctrinas del Evangelio para poder alcanzar la exaltación y la Vida Eterna. Regresar a la presencia del Eterno Padre para llegar a ser Dioses y poblar mundos.
· Reconocer, que no existe otro nombre en el Universo, mediante el cual podamos ser salvos, que no sea nuestro maestro y guía JESUS EL CRISTO.
Escrituras que así lo señalan:
ü Hebreos 9:28 "Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra
Los retos, pruebas, desafíos y tentaciones que se presentan como obstáculos en nuestro camino, son permitidos por un Padre sabio y amoroso:
ü Poder probarnos a nosotros mismos.
ü ganarnos su confianza, para recibir nuevos tesoros espirituales y responsabilidades en este Universo.
ü Aceptar las enseñanzas del Evangelio de Jesucristo, nos permiten que las falsas enseñanzas de los hombres no nublen nuestra visión, podemos a ver con más claridad el camino correcto, que aceptamos libremente transitar.
También debemos conocer el plan de miseria del adversario:
· Su diseño pretende convertir a los espíritus divinamente creados en criaturas limitadas, dependientes de los apetitos de la carne, esclavizados, viviendo en la miseria por sus propios errores o malas tradiciones de sus antepasados.
· Entender la libertad como algo transitorio, al cual hay que sacarle el máximo provecho por la visión y perspectiva finita de la vida, sin eternidad. Persuadirnos a usar indebidamente el don del albedrío, induciéndonos astutamente a que tomemos decisiones, interesadas y egoístas, cultivando el orgullo y la envidia en lugar del amor y el servicio al prójimo.
· Nos impulsa a satisfacer el deseo de adquirir poder personal, motivando el orgullo, a permanecer oculto en nuestro ser, impidiendo que la humildad y la mansedumbre se manifiesten en las personas, como debilidades que no se deben expresar ante el prójimo.
· Hábilmente la miseria física y espiritual apresa a aquellos que ceden, Al no arrepentirse se convierten en robots que no ejercen control sobre su vida, sino que tienen un destino fijo. Vivir su propio infierno, sin posibilidad de cambio, ignorando a su Salvador Jesucristo.
· El plan de miseria, trata de confundir, haciendo ver a Dios como inexistente, distante o producto de la mente humana.
Conocemos de su existencia mediante su maravillosa obra, porque existimos en ella, recibimos un planeta con todo lo necesario para vivir independientes, que seamos felices, auto edificando nuestro progreso eterno. La escritura así lo señala: "Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Dios envió a su Hijo al mundo para seamos salvo por él." (Juan 3:16-17.)
ü PROMESA DE ALMA 26:22 en el Libro de Mormón. La humildad nos abre la puerta al arrepentimiento y la Fe nos abona el camino, permitiendo que la semilla del evangelio germine y la luz de Jesucristo la alimente para que pueda crecer y dar fruto.
Cuando morimos, nuestro espíritu abandona el cuerpo y pasamos a la siguiente fase de nuestro viaje de regreso al mundo de los espíritus. En un futuro, todos los que hayan nacido en esta tierra, se irán levantando de la tumba, con nuestros cuerpos físicos perfectos. Todos resucitaremos y el propósito de Dios se habrá culminado, para continuar existiendo de eternidad en eternidad, con nosotros sus hijos.
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