ARREPENTIMIENTO.

LLAMADO AL

ARREPENTIMIENTO.

Zacaríís Jelinek Maldonado

5-6-20

Se nos está llamando al arrepentimiento de la misma manera como sucedió con el pueblo en los tiempos de Noé, antes del diluvio Universal. A sus advertencias, solo lo escucharon su esposa, hijos y esposas, en total 8 personas,  entre pobladores lejanos, moradores y vecinos. Los animales entraron arriados mansamente a la gran barca construida, por Noé y sus hijos, siguiendo las instrucciones del Señor.

Hasta el último momento Noé fue tildado de lunático, por construir un barco  tan grande de madera en una zona que se presume desértica, pero con la presencia de muchos animales concentrados en ese lugar. El diluvio ocurrió según lo  anunciado por el Señor, que había manifestado su enfado y arrepentimiento por su creación, dada  la iniquidad y la maldad humana, que observaba.  Llovió copiosamente de manera ininterrumpida  por 40 días y 40 noches. De ocurrir en esta época, probablemente  miles sobrevirian en lanchas, barcos de todo tipo, submarinos y hasta en inútiles, tanqueros y  portaaviones inútiles  a la deriva, abarrotados de gentes de todos los lugares como sardinas en lata.

El Señor le prometió a Noé,  con la señal del arco Iris, que no ocurriría un nuevo diluvio, sino que los últimos días, la tierra sería abrazada por fuego y la cizaña sería quemada como rastrojo. Ahora los científicos estudian esta posibilidad ante el  posible choque de meteoritos de gran tamaño  en curso  hacia  la órbita de la tierra. Aún muy distantes, pero lo suficientemente grandes para producir incendios en cadena al impactar con la atmósfera, compuesta de oxigeno e hidrógeno, altamente inflamables, en una escala inimaginable. Ello  puede desaparecer la vida en el planeta, como sucedió en la época de los dinosaurios. A este proceso de sanación, se le conoce como la necesaria purificación o bautismo de fuego de la noble y hospitalaria tierra, contaminada, mal tratada por sus propios hijos, a los cuales acogió para ayudarlos a crecer como civilización.

Resulta difícil entender ¿cómo podrían morir más de 7 mil millones de personas?  Sería un cataclismo catastrófico  en un pequeño planeta, donde la vida iría  muriendo  por asfixia, enfermedades pulmonares, por  una atmósfera contaminada, por la falta de cosechas, alimentos y agua contaminada. La fragilidad de nuestro sistema para la vida, estaría afectada durante un  largo  periodo de tiempo, luego  del cese de la tormenta de fuego y de las explosiones por los impactos de la cola de uno o varios  meteoritos, que  ingresarían como un rosario en cadena atraídos por la gravedad,  en distintos puntos de la tierra, tal y como sucedió puntualmente   en Sodoma y Gomorra.

El  llamado al arrepentimiento, es el pesar  por reconocer y    sentir que algo  se ha hecho, dicho o dejado de hacer. En función de la falta cometida, este pesar puede ser más o menos  profundo, doloroso y duradero. El daño que el género humano se está haciendo a sí mismo y la vida en la tierra alejado de Dios, puede ser irreversible. Por eso el llamado al arrepentimiento de los profetas modernos, ante  la preocupación que existe en los cielos, por el cumplimiento de los tiempos señalados en el apocalipsis. Los humanos conscientemente  nos estamos suicidando.

Se nos ha dotado del Don del arrepentimiento para ayudarnos a eliminar este pesar espiritual. Nadie esta excepto de poder  sentir, que  ha actuado de manera indebida o impropia. Esto ese debe a que para percibir este sentimiento, la sabiduría de un Padre amoroso, permitió que tomáramos cuerpos físicos desde el vientre de nuestras madres, bajo el orden e influencia de su hijo amado Jesucristo. Luego recibimos  la compañía del Espíritu Santo, para que pueda inter-actuar con nuestros espíritus en cualquier momento y en cualquier lugar. Podemos mediante este espíritu externo al nuestro, discernir entre lo bueno y lo malo. Ambas realidades en oposición   nos  permitir actuar tomando nuestras propias decisiones  en  la más completa libertad, para auto-edificarnos o destruirnos.  El arrepentimiento no solo esta  relacionado con la sexualidad, la falta a la castidad, la fornicación y a la práctica de relaciones contra natura,  tiene un significado más amplio, para sanar las almas humanas que actúan de maneras diferentes  cubriendo todas las actuaciones que van en contra de las leyes y principios de nuestros padres espirituales.

Nuestro Padre Celestial, Conociendo nuestros corazones y manera de pensar, estableció formas de ayuda durante nuestra estadía terrenal,  corregirnos ante las debilidades humanas, como la oración, la presencia de profetas, pastores,  ángeles ministrantes, ordenanzas, dones, escrituras, que conforman  todo un mapa de ruta para guiarnos, con un  maravilloso manual de instrucciones ya utilizado en otros mundos,  el evangelio. Además nos dejó un abnegado   dedicado y único maestro y salvador voluntario, para rescatarnos, redimiendo nuestros errores, Jesucristo. De manera que la decisión de arrepentirnos o no siempre será algo absolutamente personal. Por eso se dice que el rescate es colectivo pero la salvación personal.