La Caridad el Amor puro de Jesucristo
CLARO MENSAJE
LA CARIDAD QUE ES EL AMOR PURO DE JESUCRISTO
NUNCA DEJA DE SER.
1 DE JUAN 14:18-21
Félix Jelinek Maldonado
8-5-2020.
EXPERIENCIA ESPIRITUAL EN QUARENTENA POR EL CORONA VIRUS-19.
Esta escritura de la Biblia, se refiere a la primera epístola que escribió JUAN llamado el amado probablemente entre los años 85 y 100 d.C., a una comunidad cristiana, que habiendo aceptado a Jesucristo no Vivían los principios y negaban de algunos de ellos. Murió de muerte natural pasado los 90 años y aun animaba a los miembros de la Iglesia, a vivir una vida consecuente con la comunión con DIOS y con CRISTO. Agregaría que hoy día, deberíamos recordar también su sacrificio expiatorio por todos nosotros.
LA EXPERIENCIA.
Hoy 8 de mayo del 2020, confinado en casa por la pandemia que azota al mundo, salí a media mañana a colocar una pequeña bolsa de basura en la puerta de la calle, que permanece solitaria desde el pasado mes de marzo. Antes recogí unos pocos mangos desprendidos de una generosa mata de mango que existe en la propiedad, e invite a mi pequeña nieta postiza Flor Esther que aún permanece en casa con su madre por la cuarentena, a acompañarme, para dárselos a alguien que pasara por la calle. Ella como siempre, con apenas días para cumplir los 3 años, estuvo muy dispuesta y alegre de participar. Para ello coloque los mangos en una pequeña cesta de plástico en sus manos, donde se podían ver amarillos, brillantes, muy gustosos y frescos.
Johana su madre, había salido a pie muy temprano, para buscar calmantes para un fuerte y persistente dolor que no podía aliviar por la falta de medicinas apropiadas para ello.
Luego me asome a la calle y vi en ambas direcciones. Al ver que no venía nadie, le dije a Flor ESTHER, que esperaríamos un ratito allí con la puerta entrecerrada.
A los minutos apareció su madre y le comente que esperábamos a alguien para regalarle los mangos. Señalando en dirección a una cuadra de distancia, se veía sentado en el borde de la calle, un hombre de aspecto pobre y necesitado. Me dijo ese SEÑOR espera a alguien allí y le pregunte si comía mango a los cual contesto que por supuesto. Le silbe llamando su atención y con las manos lo conmine a llegar donde estábamos parados con la puerta abierta y los mangos en la cesta, que tenía Flor Esther.
Al llegar le ofrecimos la cesta con los mangos. Sorprendido se sacó la franela por fuera y me pidió le colocáramos los mangos, haciendo con ella como un pequeño bolso. Flor Esther coloco algunos con sus manos. Ello me preocupaba por la cercanía de aquel hombre, que aunque con su boca resguardada, no conocía. Me di cuenta que el hombre de nombre Wilfredo de unos 45 años, al recibir los mangos comenzó a llorar. Mantuve la distancia y me preocupaba su cercanía. Tenía muy presente todas las medidas de alerta y precaución que teníamos que tener presente, ante el peligro de ser infestado, por el Corona virus y aunque no me siento a gusto con ello, cumplo con esa instrucción. Wilfredo entre sollozos expreso: SEÑOR disculpe, he orado para recibir ayuda. Estoy allí esperando a un hermano enfermo de depresión que tiene noches si poder dormir y no conseguimos las pastillas y tampoco tenemos dinero para comprarlas. Llegue a pensar que podía ser alguna estrategia para captar mi atención y actuar contra mí por su apariencia. Le respondí para despejar la duda, que era un lugar costoso, a lo cual agrego: que era cierto, pero habían solicitado alguna pastilla o inyección para dormir al personal de guardia y esperaban por ello. Con lágrimas en sus ojos, Se metió la mano en el bolsillo del pantalón y sacos una pequeña Biblia de mano. Busco una escritura que tenía marcada y comenzó a leerla. No pudo continuar y me acerco la pequeña biblia abierta en la escritura mencionada. La tenía marcada y comencé a pronunciarla. De inmediato el Espíritu me hizo entender, con toda claridad, el mensaje que recibía de mi SEÑOR, que no estamos siguiendo sus pasos, ni viviendo la caridad y el amor puro que nos enseña, porque sentimos miedo. La escritura señala:
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor, lleva en si castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a Él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar Dios a quien no ha visto? El que ama a DIOS, ame también a su hermano.
Termine de leer la escritura, sorprendido de poder hacerlo con tanta claridad, aun sin tener los lentes que me son indispensables.
Johana se alejaba con la niña y al escuchar lo que leía, regresó y permaneció en silencio a nuestro lado.
Entre para darle algo más a Wilfredo y me invito a hablar con su hermano Héctor que permanecía en la clínica Psiquiátrica cercana, donde atienden solo personas con recursos.
Me disculpe no hacerlo por las restricciones que existen y le ofrecí que me acompañara a orar allí en la calle. Lo acepto y pude sentir muy fuerte que el señor amaba a ese hombre, que continuo llorando durante la oración y me recordaba que su amor es puro e sufrido, benigno, no busca lo suyo. La pandemia nos une pero a la vez nos aleja de la CARIDAD que es el AMOR PURO.
Termine dándole mi número de teléfono para que me llame luego que pase la cuarentena e invitándolo a buscar a Jesucristo en el lugar donde vive, lo cual acepto.
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