¿Porque el Espiritu Santo no tiene nombre?
EL ESPÍRITU SANTO
SIN NOMBRE.
Félix Jelinek Maldonado.
13-5-2020.
El Espíritu Santo y la señal de la paloma.
Siendo este miembro de la Trinidad de DIOSES, un cuerpo no visible, que manifieste su identidad, gloria, energía y pureza, nuestro Padre Eterno lo ha presentado en la forma simbólica de una blanca paloma, para dar testimonio de su pureza sagrada, de su amor y servicio, sellado en los cielos, para cumplir su divina misión consoladora en la tierra, ante la ausencia física del Padre y del Hijo, ocupado en actividades propia de su reino en este Universo de mundos sin fin habitados o no, por criaturas del género humano..
Como cristianos conocemos que existe la Trinidad de DIOSES, conformada por el PADRE, el HIJO y el ESPIRITU SANTO. Conocemos a DIOS como ELOHIM el supremo y ETERNO PADRE. Al HIJO como JEHOVA O JESUCRISTO su hijo amado: pero solo nos referimos al tercer miembro de la Trinidad como el ESPÍRITU SANTO. Las responsabilidades, tareas o actividades de los tres Dioses en sus diferentes oficios, están estrechamente unidas y entre lazadas, pero son independientes en su acción, en torno a la presencia y autoridad del PADRE ETERNO. El dirige, monitorea y supervisa la gestión de todas las funciones ministrativas espirituales y administrativas temporales, de su plan de Inmortalidad y Vida Eterna. Proyecto diseñado espiritualmente, para que toda su progenie espiritual, reciba los beneficios y bendiciones, de todos los componentes de su glorioso proyecto de vida, para regresar a su morada celestial con conocimiento y probados en todas las cosas.
La sagrada misión del Espíritu Santo y por ello su condición de ser llamado por ese nombre, es mantener su pureza condición sagrada, para darnos a conocer la vida, identidad y existencia del Padre y del Hijo. Solo a través de él, conoceremos de su inteligencia, conocimiento, gloria, santidad sabiduría y amor, todo lo cual se resume en la Omnisciencia, omnipresencia y omnipudiencia de ambos Dioses gobernantes de nuestro Universo, definidos como ALFA Y OMEGA, es decir sin principio ni fin de días.
De los tres Dioses unidos en el mismo propósito de guiarnos hacia la inmortalidad para alcanzar la vida eterna, el poder del Espíritu Santo para actuar, permanece a nuestro servicio en la tierra de manera permanente, para aquellos que decidan buscar a Jesucristo. La compañía permanente como un Don divino, lo reciben los que arrepentidos y bautizados, deciden seguir a Jesucristo. Por esta razón mantiene su condición de un cuerpo espiritual, para poder inter-actuar como energía cuántica, con el espíritu humano, que está integrado por un cuerpo físico más denso y pesado, sometido a las leyes de la tierra, para poder permanecer en ella con su forma y existencia como alma humana.
LA BLAFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO Y EL PECADO IMPERDONABLE.
Siempre tuve especial interés en conocer esta enseñanza que parece tan fuerte salida de la boca del SEÑOR, en Mateo 12:25-29. Ahora con más conocimiento la puedo entender:
· El Espíritu Santo al igual que Jesucristo, que tomo un cuerpo para sacrificarse, poder sentir, sufrir y morir al igual que todos los humanos, voluntariamente se sacrifica al dejar de tomar un cuerpo físico para ayudarlo en su muy difícil misión de rescatar a sus hermanos, que abandonan el proyecto de vida de nuestro Padre Eterno Elohim en la tierra. Por eso el Señor cuando expulsaba a los espíritus endemoniados, que entraban en cuerpos ajenos, sintió el irrespeto y el reto desafiante de quienes viendo en persona como actuaba en el nombre del Padre, dudaron de su poder y los blasfemaron al comentar que usaba el poder del diablo.. Mucho peor serían las blasfemias en contra del espíritu Santo cuando actúa unido en propósito con el Padre y el Hijo para actuar como un instrumento de ayuda al hombre en su lucha contra el adversario.
· La misión del Espíritu Santo es sagrada, edificadora de ayuda amor, entrega y servicio total por nosotros. Por eso el Señor solo nos avisa y reprende de no usar el descrédito ante un ser tan especial, que solo cumple una función de defensa y ayuda para todos los humanos.
Elohim y Jehova se han manifestado y presentado personalmente a los hombres en diferentes épocas, para enseñarles sus sagrados propósitos, por ello sabemos quienes son. No ocurre lo mismo con el Espíritu Santo, que se mantiene como instrumento espiritual comunicador entre lo divino y lo terrenal. Por eso no podemos asignarle nombre alguno, recordando el nombre con el cual lo llamo Jesucristo EL CONSOLADOR.
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