CAPITULO 12 ENTRAMPADO CAURIMARE. DOLOROSO REGRESO CSS.

CAPITULO 12

FRUSTADO Y DOLOROSO  REGRESO DE SALT LAKE CITY.

Antes de regresar a Caracas muy abatido, sin poder hablar con el Profeta, y habiendo comprobado, que  existía un  informe muy bien manipulado en mi contra, entendí claramente que muy hábilmente habían construido una falsa imagen de mi persona, que me había cerrado todas las puertas y posibilidades de recibir ayuda, incluyendo la puerta del propio Profeta de la Iglesia. Recordaba todos esos hermosos discursos en las conferencias generales, que lo acercaban tanto a los miembros de la Iglesia. Esos inspirados mensajes, llenos de amor, de comprensión, mucha elocuencia,   de solidaridad y entendimiento hacia los débiles y necesitados y ahora me encontraba a escasos metros de ese hombre que tanto admirábamos, luego de un largo viaje de miles de kilómetros y tenia que regresarme sin que  escuchara la verdad.  En la carta que le envié, el 18 de Diciembre de 1996, poco antes de mi visita, le decía: "Querido Presidente, usted es el último peldaño de la larga escalera. Todos los líderes,  han guardado inexplicable silencio. Antes de caer vencido, alargo mi brazo hacía usted con desesperación y solicito su amorosa, sincera, justa y desinteresada  ayuda, solicitándole una entrevista personal, lo antes posible para presentarle numerosas pruebas que poseo. Esta carta la entregue en la oficina regional de Caracas, para ser enviado por el puntual e infalible correo o pouch, el día 20 de Diciembre-96. Al pie existe el nombre y la firma de quien lo recibió, que se puede leer más o menos así: Paúl Jemanor o Semanor, "recibido". Mi último intento escrito tuvo como respuesta otro silencio, aún más doloroso para nuestra familia que todos los anteriores. Para facilitar el trabajo de las autoridades generales, había hecho traducir al ingles toda la documentación y soportes, por un intérprete público muy calificado, de origen Judío-Polaco, que había estudiado en USA. Con ello aunque costoso para mí, me garantizaba que la información no fuera tergiversada o mal entendida al ser traducida. Este esfuerzo de llevar al ingles el idioma oficial de la Iglesia, para un mejor entendimiento del caso, también fracaso.

Decidí  contactar con amigos que tenía en SLC, la posibilidad de contratar un bufete de abogados, para que me asesoraran e iniciaran un acercamiento formal con la Iglesia. Concerté una cita con un  importante escritorio de  ubicado en el centro de la ciudad en medio de espaciosas, modernas y muy confortable oficinas. La apariencia de ellas era de mucho éxito, pero de gran costo. Por ello  antes de entrar en el tema, les informe que no tenía dinero para pagar consultas. Tratándose de un asunto con la Iglesia fundadora tanto del estado como de la ciudad donde operaban, fui recibido y escuchado por dos abogados,  a quienes después de explicarle muy superficialmente de lo que trataba, les entregue el material que había llevado al  Presidente de la iglesia, que no había sido aceptado en el momento que solicite la entrevista. . Ellos prometieron hojearlo   antes que regresara  a Venezuela y darme una respuesta. Así lo hicieron, me llamaron por teléfono y dijeron: Sr. Jelinek es un caso muy interesante, necesitamos más tiempo para poder darle una respuesta. Decidí entonces dejarle el material por mas tiempo y regresar a Venezuela.

Unas semanas después de regreso en Venezuela, recibí por envió rápido, el sobre con toda la documentación y una carta donde se me decía, que me anexaban todo el material y que no estaban interesados. La razón era, que ese escritorio, le realizaba trabajos a la iglesia en otros estados de la Unión, y ello representaba un conflicto de interés. Uno de los abogados muy joven por cierto, que me había recibido y escuchado con interés, miembro de la Iglesia y misionero regresado, me indicaba en la carta, que había decidido trabajar en forma independiente y me deseaba éxito en mi gestión. Espero que el hecho de haberme escuchado, no haya significado el fin de su trabajo como abogado en ese escritorio jurídico.  Un amigo en Caracas me dijo: "Félix que ingenuo eres, ¿tu crees que siendo Utah un estado mormón,  teniendo la iglesia tanto poder e influencia, con la importancia que debe tener como cliente,  con la proyección mundial que tiene esa iglesia y el trabajo que genera por honorarios profesionales, contratos etc. etc.,  existe alguien allí en Salt Lake City que va a tomar un caso de un simple latino y para colmo sin dinero, de un país del tercer mundo contra la Iglesia? Le dije que creía en la justicia y en la honestidad, mi interés no era pelear, sino que me escucharan de una manera más formal y seria. Además seguía confiando en la  veracidad de la iglesia. Estaba seguro que al ser escuchado, todo tendría un giro de 360 grados. Alguien interesado de manera real, en salvaguardar la dignidad y pureza de la iglesia como institución  y el nombre de sagrado de Jesucristo, actuaría. Desafortunadamente mi amigo tuvo razón. No ocurrió así y regrese a Caracas. Siendo recibido por mi familia como un gran ingenuo, que regresaba con nuevas deudas por el costoso viaje. Hubo interés de tomar el caso por parte de un abogado, de SLC, que tenía mucho interés de actuar contra la iglesia, pero las referencias que obtuve, no fueron buenas y no pretendía que nadie de aprovechara del caso, para hacer daño o cobrarse deudas viejas con la Iglesia.

DE REGRESO EN CARACAS.

Escribí en una servilleta de papel de United Airlines, durante mi vuelo de regreso, lo siguiente: Querido presidente Hinckley, le escribo una breve nota al partir. Vine buscando justicia para tener paz y regreso sin ella y más confundido. Soy inocente, no Soy intransigente,  solo vine a sostener y defender la verdad y esta no puede ser cambiada, pues dejaría de serlo. Puedo tener muchos defectos. Pero nunca seré un chantajista, como he sido señalado en el falso informe que reposa en el edificio de las autoridades generales, del cual he tenido conocimiento por boca del Elder Ángel Abrea. Nuestro Padre Celestial lo sabe, Jesucristo mi salvador y guía lo sabe, mi familia, amigos y Yo también lo sabemos. Esta nota se la envié al Presidente vía correo interno de la iglesia desde Caracas a mi llegada a Venezuela. No se si le fue entregada al ser enviada en sobre cerrado de manera tan informal, lo importante era que su contenido, para mí si lo era. Es probable que por medidas de seguridad y ahorrarle tiempo al profeta, las cartas sean previamente abiertas y tomen rumbos diferentes. Lamentablemente de ser así, es otra manera de alejar a los líderes de la realidad del mundo en que viven. Tal vez se haya aplicado aquella norma que me toco enseñar en las oficinas cuando el hermano Cabral me asigno hablar "que hacer con el  papeleo,   en cinco pasos". Se trataba de desechar papeles cuyo contenido carecía de importancia y no acumularlos en bandejas de oficinas.   En este caso el mensaje estaba escrito de manera muy informal y manuscrita en una  simple servilleta de papel, que además tenía impreso un mensaje o propaganda comercial. Este problema seguramente se ha agravado después de las numerosas medidas de seguridad tomadas luego del acto terrorista contra las torres gemelas de la ciudad de New York.

Regrese el 14 de Febrero de 1997 de los EEUU, sintiéndome derrotado. Habían transcurrido casi 3 años de lucha desde la firma del finiquito fraudulento en las oficinas de la iglesia en Caracas y no había logrado nada, pese al cumulo de informaciones  que poseía y las numerosas cartas escritas. Pero afortunadamente herede de mis antepasados por el lado de mi padre, polacos, checos,  austriacos,  la tenacidad y por la española gallega y vasca, la combatividad y necesidad de mantener limpio los apellidos que me habían entregado mis padres. Así que pese a que todos me indicaban que era un caso perdido, opinión que compartían  también mi esposa e hijos, que comenzaban a distanciarme de mí, hasta el punto que conviví con mi esposa por un año bajo el mismo techo sin hablarnos, amargada,  dolida y muy necesitada para cubrir las necesidades básicas de nuestra casa. Para ayudar en la casa se vio obligada a preparar almuerzos todos los días los cuales  ofrecía. Era mirado  como el bobo fanatizado, arruinado y sin trabajo. Continué en la lucha con gran desgaste físico, emocional y espiritual. Esto se podía observar fácilmente en mi cuerpo deteriorado hasta el punto que alguien me pregunto muy sutilmente si tenia alguna enfermedad grave. Hasta se llego a pensar en  el peor mal del momento, el Sida, tal era la flacura. Le conteste que sí estaba enfermo, de la peor de todas las enfermedades. La que ataca al espíritu.

Recordé el mensaje del presidente Ezra Taft Benson, sobre el orgullo. En ese extraordinario mensaje dado el  1 de Abril de 1989. En el histórico tabernáculo de la Iglesia, enseñaba: "Cuando el orgullo se apodera de nuestros corazones, perdemos nuestra independencia del mundo y entregamos nuestra libertad al cautiverio de los juicios humanos" Que se haga mi voluntad Señor y no la tuya". Continuo. "El orgulloso no cambia su manera de pensar, para aceptar la verdad, porque eso implicaría reconocer que esta equivocado" El orgullo apaga nuestro sentido que descendemos de Dios, y que todos somos hermanos: nos separa y divide en clases. Terminaba su largo mensaje diciendo: El orgullo es la gran piedra de tropiezo para Sión y nos invitaba a despojarnos del hombre natural. El profeta nos dijo: que el orgullo nos afectaba a todos, en momentos diferentes y con distinta intensidad. Esto me hizo reflexionar, que tal vez este era el problema que existía para encontrar la verdad. La organización de Dios estaba contaminada de orgullo. El orgullo tiene otra característica, que raramente lo admitimos en nosotros mismos.  El orgullo impide el perdón a fin de mantener a la otra persona en el papel de deudor y de justificar sus malos sentimientos. Jelinek sin duda era el deudor y la iglesia  cobraba por ello. Tenía que aceptar que en la Iglesia existían JUDAS, que vendían su dignidad por dinero y poder.

Con todo lo que había pasado Félix Jelinek y su familia, era obvio por este mensaje del profeta para el mundo, que nosotros éramos víctima del orgullo, dentro de su propia iglesia, que muchos creíamos limpia, inmaculada y santa, al menos a sus niveles más altos.