CAPITULO 16 Y 17. ENTRAMPADO EN CAURIMARE. FINIQUITO TRAMPA Y DEFENSA.

 CAPITULO 16.
LA IGLESIA RATIFICA EL  FINIQUITO TRAMPA EN LA  OBRA GUATIRE.
 Pese al informe de auditoría  y a los informes  Lic. López, Lic. Parata, Dr. Konopnicki,  mis numerosas cartas explicativas de los graves errores cometidos por los representantes de la iglesia en funciones administrativas y la propia auditoria de Salt Lake City, se me comunica a través del despacho de abogados Rivas & Asociados, mediante carta del día 19 de agosto de 1999,  que la Iglesia no adeuda nada a F. jelinek construcciones C. A., me remiten al finiquito firmado y que para cualquier información adicional relacionada con el tema, la efectúe solamente con ese despacho de abogados.
DATO CURIOSO.
Esa instrucción del liderazgo de la Iglesia, ocurre, en agosto 99, cuando EL TEMPLO DE CARACAS ANUNCIADO EN 1995 Y CONSTRUIDO PARA FINALES DEL AÑO  1999,  ESTABA CASI CULMINADA PARA SER DEDICADO AL SEÑOR.  Para Diciembre de 1999 ocurrió el peor  desastre natural  en la historia de Venezuela, llamado el  deslave de Vargas producto de una fuerte lluvia fuera de  temporada, donde se calcularon que murieron entre 30.000 y 50,000 personas. Ese mismo día regresaba con mi familia de los EEUU, luego de hacerse efectivo el pago de la Iglesia,  dándole  entrada al aeropuerto  de Maiquetía lugar de la tragedia, solo  al Avión donde arribamos.
En ese momento toda mi fe en los líderes se derrumbaba. ¿Dónde estaba el discernimiento, la inspiración, la revelación, la justicia, la verdad? Todo indicaba, que realmente era un plan diabólico elaborado en mi contra, donde existía un gran poder oculto, que impedía cualquier acción contraria, que pudiera darme la razón y poner en evidencia a los responsables del inmenso fraude contra mi persona y  familia. Profundamente afectado, no me quedo otro recurso, que solicitar  ayuda de amigos,  ante la quiebra espiritual y  económica que presentaba. Me recomendaron un escritorio jurídico de gran renombre en Caracas. Me reuní con los abogados quienes me oyeron con mucho interés y no salían de su asombro, que la iglesia tratara de generar un juicio, con tantas evidencias en contra. Les expresé que no tenía dinero y ellos pensaron que tal vez esa era la razón por la cual la iglesia esperaba que F. Jelinek Construcciones demandara. Calcularon la demanda para ese momento,  en un $ 1.000.000 por los daños y perjuicios de los cuales era victima de manera sistemática y arbitraria. Les exprese que no deseaba hacer eso. Les dije que seguía siendo miembro de la Iglesia, les di mi testimonio de la iglesia, del libro de mormón y de Jesucristo. Decidieron entonces, que preparara una presentación de mis alegatos y argumentos técnicos, defendiendo las cifras y conceptos, que era el verdadero punto que sostenía  la Iglesia. Coincidieron con familiares y amigos, que me olvidara de escrituras, pensamientos y todas las demás cosas que consideraban adornos sin ningún efecto jurídico.  Así lo hice  El 9 de Agosto ante los asesores legales y financieros de las partes, además de  Osiris Cabral y Rafael Pino, ambos  líderes y Sumos Sacerdotes, que me conocían muy bien,  agotado y enfermo, hicimos una larga exposición  de todo el proceso Guatire por espacio de dos horas. No hubo ninguna representación  eclesiástica por parte de la Presidencia del área, a pesar de estar en Venezuela en ese momento y en el mismo edificio, uno  de los consejeros del Presidente Francisco Viñas y de ser un tema tan importante.  Quedaba demostrado con esta ausencia,  que era un asunto mercantil nada eclesiástico o espiritual .Lo temporal  tenía más valor o importancia, que el hermano espiritual  afligido en busca de la verdad y la justicia. Los representantes de la Iglesia guardaron silencio. La practica protocolar de asistir y callar, continuaba funcionando. Pero entre abogados se conocen y pude darme cuenta del respeto que infundía quien asumía en ese momento mi defensa en esa etapa inicial y la reserva de opinar que mantenía la representación de la legal de la Iglesia. Le expresé posteriormente al Presidente Viñas mi gran preocupación por la confrontación legal que se avecinaba, a la cual me lanzaban. Los abogados me solicitaron un poder amplio para actuar. Todos sabemos, que una vez que dejamos entrar a los abogados en asuntos de litigio, debemos dejar que estos trabajen y utilicen todos los recursos que conocen para lograr la victoria. Esa es la práctica del mundo tan criticada, donde la verdad se convierte en mentira y la mentira en verdad. Ese era el camino que tomaban los lideres que decían representar la Iglesia de Jesucristo.
 Me preocupaba la imagen de la iglesia. Mis amigos  me comentaban  que el abogado contratado, demandaría penalmente. Le expresé al presidente Viñas, mi preocupación por la imagen de la Iglesia y  el bienestar espiritual de mi familia, que no creían más en las autoridades generales, después de haber leído su  última carta. Le indiqué que por el contrario, Yo mantenía mis esperanzas y confiaba en los sacerdotes al servicio del SEÑOR  para resolver problemas domésticos antes de irnos a buscar el conocimiento de los hombres afuera de la Iglesia.
El 19 de Agosto de 1999, (fecha estimada de la terminación del Templo de Caracas),  se me invitaba a una reunión en el    despacho de abogados del Dr. Yoel Rivas Martínez, Me hace entrega de una carta que textualmente decía: "En relación con el asunto planteado por Usted, luego de una revisión del mismo por parte de mi representada, la Asociación Venezolana De La Iglesia De Jesucristo De Los Santos De Los Últimos Días, cumplo con informarle que, referente al contrato de obra involucrado, existe un finiquito firmado en fecha 14 de Marzo de 1994, por lo que mi representada no adeuda nada por el mismo".
Nuevamente se enarbolaba el finiquito de manera inflexible y definitiva. La iglesia hacia uso de  la ley de los hombres. Se   hacia prevalecer y se le daba mas importancia a la firma de mi líder directo y Presidente de estaca Rafael Pino, que había actuado como Director de la asociación, basado en el contenido de  un documento falso, manipulado, donde como decían mis abogados, existía una apropiación retenida indebida de fondos. Reflexiono  ¿No ameritaba tamaña barbaridad una protesta de los cielos? Que cada quien saque sus propias conclusiones. La iglesia una vez más me invitaba a demostrar, lo que ya era un hecho conocido técnicamente. Solo que el conocimiento del mundo prevalecía sobre los líderes de la Iglesia, al menos eso quedaba demostrado por las cartas emitidas reiterando que todo estaba bien en SION. . Quede abatido y enfermo espiritualmente. Había cumplido con mi deber a Jesucristo y pagaba las consecuencias de mi fidelidad en   su propia Iglesia.
Termina el abogado Rivas agregando, "mi representada (la Asociación de la Iglesia de Jesucristo me ha solicitado, informarle que para cualquier comunicación adicional relacionada con el tema, la efectué solamente por escrito  a este  despacho" ¡!!!.  Todo esto en el nombre de Jesucristo. Las puertas y ventanas de los cielos eran cerradas  para Félix Jelinek y su familia, por el sacerdocio, pero enviaban para ello a un hombre del mundo no miembro a comunicárselo. Algo para mi increíble…….
El sacerdocio se ocultaba, siendo la Iglesia de Jesucristo y nosotros los Santos de Los Ultimos Días. Me remitían a la ley de los hombres  y no ante la ley de Dios, que profesábamos defender y cuyo procedimiento se encuentra en Doctrinas y Convenios para resolver los conflictos entre hermanos de la misma Fe religiosa.
Sobre el mismo terreno donde se edificaba la casa del SEÑOR en Caurimare, se había tejido y armado toda una trampa para destruirme con mi familia.
 Nadie escucho, hubo silencio y otros  ayudaron a armar  la astuta y diabólica  trampa, donde me mantuvieron entrampado desde 1994 hasta octubre de 1999. Los efectos han sido desbastadores y aun están presentes en mi vida a los 76 años de edad. Prueba de ello, es la soledad en la que me encuentro, enfermo sin recursos,  sin trabajo, siendo solo un miembro sin llamamiento en la Iglesia, sin poder entrar al templo,   con una familia totalmente ausente de mi vida,  que me culpa de no haberlos escuchado. Victima de murmuraciones  todavía a mi regreso a Caracas,  sobre versiones falsas alejadas de los verdaderos  acontecimientos que me toco vivir en la defensa de Jesucristo y su obra.  Curiosamente el liderazgo de la Iglesia, me niega la entrada a la casa del SEÑOR.

Esta carta  de los asesores legales, resultó otra bomba en mi familia Una especie de bomba inteligente, capaz de matar, el testimonio del espíritu pero  sin hacer daño al cuerpo. No podíamos creer que ante tantas evidencias escritas soportadas con informes de profesionales valiosos, incluyendo los informes generados dentro de la propia iglesia, se  desconociera la realidad oculta, de manera tan abierta y me invitara a litigar en tribunales. ¿Me preguntaba una y otra vez, que poder e influencia oculta, llevaba a estas actuaciones mundanas? ¿Que estaba sucediendo dentro de la iglesia, que mostraba un interés mayor en resguardar el dinero y darle mas importancia a las relaciones comerciales y legales, que a  la verdadera esencia y finalidad de la iglesia?
A raíz de esta carta entré en una profunda depresión, donde tengo que ser atendido nuevamente por el médico internista Samuel Chocron de origen Judío, quien luego de realizar todos los exámenes que consideró prudentes, me informó, que mi salud estaba bien, pero que presentaba un cuadro severo de stress. Que  ello se originaba por el rápido consumo por angustia, de una sustancia, relacionada con la hormona tiroxina,  Mis problemas existenciales continuaron y empece a tener dolores en el pecho y los brazos. Mi esposa decidió llevarme al Dr. Jimmy Levi, médico cardiólogo, también de origen Judío, quien atendía a nuestras respectivas madres.
Escribí una carta con mi voluntad en caso de muerte, donde señalaba las causas que podrían generarme un infarto. El Dr. Levy, se refirió que posiblemente las causas eran producto de un estado de tensión permanente, recomendándome relajación y descanso y dejar el tema que me afectaba de lado. Una recomendación imposible de cumplir.
Estábamos  quebrados  sin dinero ni trabajo. Nuestra entrega a la iglesia había sido total, desde el momento que acepte trabajar para el SEÑOR en desde 1983. Mi esposa preparaba almuerzos para venderlos y poder costear los gastos más elementales en nuestra casa. Parte importante de esos almuerzos, eran adquiridos por hermanos en el PBO, que nos ayudaban, algunos de los cuales  habían sido mis compañeros de trabajo. 
CAPITULO 17.
OBLIGADO A BUSCAR DEFENSA PENAL.
No dejándome la iglesia otra alternativa y llevándome al terreno de la lucha legal, comencé a recopilar y ordenar por fechas todos los documentos. Me reuní con los abogados y especialistas para presentar una demanda formal. Tanto los abogados que me asistirían como los técnicos en ejecución de obras y manejo de contratos de la construcción en Venezuela, estaban tan seguros de obtener resultados positivos, que todos sin excepción y conociendo que no disponía de dinero para sufragar sus gastos, aceptaron  defenderme y cobrar luego de ganar el juicio.
Juntos elaboramos un cuadro final demostrativo de los errores cometidos por la Iglesia en el finiquito y proceso de la obra, al cual le acompañe la auditoria final al proyecto en el aspecto financiero realizada por  el Lic. Oscar Parata.
El informe era preciso y detallado. 1. Se  había trabajado con toda la documentación que Yo poseía como contratista, pero que llevaba las firmas y sellos de las personas involucradas por la Iglesia, que habían desaparecido en ella. 2. Que el finiquito firmado, era falso y fraudulento, falso, por cuanto no se consideró para su elaboración valores reales y tampoco se aplico los procedimientos acostumbrados de cierre de obra en la construcción en Venezuela. Además la iglesia obviaba las cifras retenidas de manera arbitraria. 3. No se había utilizado el procedimiento arbitral acordado en el contrato firmado entre las partes, en el caso de discrepancias y las cartas mencionando esa posibilidad fueron totalmente ignoradas por la iglesia. 4. Recomendaba efectuar un nuevo cierre trabajando sobre las verdaderas cifras. 5. Explicaba un total desconocimiento por parte del personal de la iglesia y sus auditores de los procesos administrativos que rigen los contratos de construcción en Venezuela. Una sólida y muy bien soportada, argumentación inicial, donde  como era lógico suponer, los hábiles  abogados, se reservaban otras acciones, para esgrimir  de ser necesario.
Toda esta información se la hice llegar al Presidente Viñas mediante carta que finalizaba diciendo: Espero que este cuadro e información ilumine la mente de tantos contadores y auditores de la Iglesia y de aquellos líderes que sin ser técnicos, tienen el don del discernimiento para conocer la verdad.
Tuvimos una última reunión en las oficinas de la Iglesia en Caracas. Mis abogados preparaban una demanda millonaria por daños materiales, morales, económicos y todo lo que consideraban valido ante la ley. El jefe del escritorio de abogados  como ya lo exprese,  era un  abogado especialista tanto en el campo mercantil como penal, muy ocupado y de reconocida experiencia. Sin duda las indagaciones que deben haber efectuado los abogados de la Iglesia, del escritorio jurídico, que me asistía  y el camino que seguiría el juicio, origino un cambio en la conducta de los abogados de la iglesia, quienes deciden entonces comenzar a realizar con prontitud una primera oferta, tratando de llegar a un acuerdo.  La posibilidad de no poder defenderme y de ser vencido, sin ningún tipo de gastos extras para la Iglesia  dada la bancarrota que presentaba, quedaba de lado.  El abogado de la iglesia, Dr. Joel Rivas, me llama a casa y me informa, que por instrucciones de SLC., tanto los presidentes Viñas y Quero están fuera de la negociación, por cuanto el caso había llegado a altos niveles del obispado presidente y la primera presidencia de la Iglesia. Un abogado del mundo, no miembro, siguiendo expresas instrucciones,  le decía a un miembro, Sumo sacerdote, que sus líderes del sacerdocio de manera directa quedaban fuera de toda participación.  Que estaban dispuestos a realizar  una primera oferta con la condición de firmar   por supuesto un nuevo documento.

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