Encuentro con Ovni en Venezuela.

ENCUENTRO   CON OVNI.
Carretera  Carora estado Lara en Venezuela.
Félix A. Jelinek Maldonado
24-1-2020.
Estamos próximos a que sea reconocido  definitivamente por las potencias del mundo,  la existencia de otras inteligencias en el Universo, que demostraran tal y como el SEÑOR se lo revelo al Profeta Abraham  hace +- 4.000,  que no estamos solos y existen incontables inteligencias y mundos habitados. Conoceremos que somos visitados ancestralmente por seres del  espacio, provenientes de otras esferas de nuestro Universo,  para observar nuestra civilización y proyecto de vida, que algunos consideran un Zoológico planetario. Algunas nobles con buenos propósitos como Las inteligencias que siguen al Dios creador regente de este Universo Jesucristo  y otras perversas que siguen   planes espirituales opuestos, haciendo uso de la libertad universal para actuar y evolucionar que tienen todos los seres de materia espiritual. Por ello transcurridos 52 años, he decidido escribir esta experiencia que he relatado entre personas  que me conocen, como una persona realista, centrada en  investigar para hallar la verdad de las cosas que han existido, existen y seguirán existiendo. La historia: En octubre de 1968 viajaba en un  pequeño auto alemán Volkswagen  modelo escarabajo,  acompañado de   un amigo de nombre  Eduardo y  su novia Karina, quien  había invitado  a una amiga de nombre  Marisa que me presento días antes, con motivo  de una pequeña reunión de despedida,  que Eduardo  había promovido, con motivo de mi viaje a los EEUU a la semana siguiente. Con Marisa contraje nupcias en diciembre de ese mismo año y es la razón por la cual decidí quedarme Venezuela. Para ese  momento Yo  tenía 25 años, había renunciado a mi trabajo y viajaría al norte para  perfeccionar el inglés en el estado de Vermont estudios universitarios en Física y astronomía.  Era la medianoche de un jueves para viernes y habíamos salido de Caracas al anochecer.  Eduardo manejaba su carro con Karina  como copiloto y Marisa y Yo,  viajábamos  en la parte trasera. Conversábamos mientras subíamos una empinada cuesta por una estrecha carretera solicitaría con muchas curvas recortando camino, saliendo de la población de Carora en el Estado Lara, vía Mérida.  Estimábamos   llegar a nuestro destino al amanecer. Solo  observamos en ese trayecto,  pequeños  cerros desérticos   en el medio de una despejada y  clara noche.
Mientras avanzábamos lentamente, sentado  detrás del asiento  que ocupaba Karina, miraba a través de   la ventanilla cerrada de mi lado. Al llegar a una curva donde finalizaba la subida y se iniciaba el descenso, de repente pude observar lo que de inmediato asocie  a un objeto extraño, que se hallaba suspendido  a pocos metros del borde derecho de la carretera,  sobre una pequeña colina separada por un  pequeño precipicio entre la carretera  y el cerro. De inmediato lo identifique claramente  con un  Ovni y así lo exclame. Tenía forma  circular como  zaranda o plato de sopa invertido, que parecía estar  apoyado sobre algo que lo mantenía firme  en el aire, pero separado del terreno.  Le  exigí  a Eduardo que se detuviera, alertando, que teníamos un objeto extraño a nuestro costado derecho. Paró el vehículo y de inmediato impulsando el asiento de Karina hacia adelante, me baje  con mi cámara fotográfica Canon lista, que había cargado con un rollo nuevo de fotos  antes de iniciar el viaje a Mérida. (Importante ciudad turística al occidente del país, todavía a muchas horas de viaje desde el  lugar del avistamiento). Observe estando fuera del vehículo parado en el borde de la carretera,  el objeto, que  permanecía estático. Tenía una apariencia externa de metal como aluminio oscuro, con un  diámetro que calcule  de 6 metros, con una cúpula redondeada  de unos 2 o 3  metros de alto, que se desarrollaba desde  la base de la nave.  No se veía brillo, ventana   o movimiento alguno, pero si observe que en la parte inferior a lo largo de su perímetro,  "al menos en la parte que me era visible",  vi unos pequeños faros incrustados del tipo conocido como ojo de buey, que permanecían   encendidos  iluminando el entorno del  terreno donde se hallaba posado.  Sorprendido dispare el obturador de la cámara  varias veces, pensando que en cualquier momento despegaría y se alejaría, pero al mirar por el visor para tomar las fotos  colocando previamente  el lente a su máxima apertura   para recibir la mayor cantidad de luz posible  me di cuenta una y otra vez que no podía visualizar el objeto. Era como si estuviera tapado el visor con el protector o tapado con la mano. Revise para asegurarme que todo estaba bien   y dispare nuevamente el obturador  varias veces, sin poder ver inexplicablemente el objeto a través del visor.  Entonces  pensé que desde la nave obstruían o controlaban la cámara,  pensando tal vez  mi presencia con la cámara en la cara  podía representar algún peligro o accionar en contra la seguridad  de la nave. Sin miedo pero con precaución,  trate de comunicar  mis  pensamientos de paz y tranquilidad, para infundir confianza ante el hecho increíble que estaba viviendo. Comencé a observar que desde la parte inferior de la  base de la  nave,  se desprendía  hacia la tierra  como un gas o humo blanco que se mantenía bajo el perímetro de terreno que cubría la nave. Nuevamente pensé que se  preparaba el ambiente para que un tripulante bajara a tierra, lo cual me hizo pensar que la nave si parecía estar tripulada. Fue cuando escuche  a Karina gritar frenéticamente  desde el interior del carro como mucho temor, pidiéndole a Eduardo  que se marcharan  inmediatamente del lugar. Eduardo me grito  que subiera de inmediato al vehículo  o me dejaría... Marisa  en silencio mostraba más entereza  y valentía, ante el suceso, sin bajarse del carro. Luego nos comentó haber tenido una experiencia con objetos voladores en la Argentina su país de origen.  Por unos   segundos que me parecieron  eternos,  me quede observando el objeto que permanecía  a unos  20 metros de distancia, cuando me di cuenta que se acercaba un carro subiendo la cuesta, que  al verme parado acelero la velocidad, pensando tal vez fuera un intento de atraco. Vi entonces como Eduardo comenzaba a alejarse despacio  con su carro,   descendiendo por la carretera  mostrándome que hablaba en serio ante los gritos de su novia. Esto  ciertamente me intimido ante la posibilidad de quedarme solo en ese lugar aislado. Ello  me obligo a desistir de la experiencia y correr tras del auto para  subirme. Lamente mucho dejar el Ovni en el mismo lugar, que lo había observado. Mire varias veces hacia fuera para ver si lo veía partir, pero las montañas no me permitían tener visibilidad.  Ya dentro  del auto,  había mucha confusión y hasta justificaciones. Comentaban   que posiblemente se trataba de alguna antena  de comunicaciones de radio o TV  de alguna estación, lo cual desmentí categóricamente, siendo el único que pudo observar y vivir la experiencia estando  más cerca y por mayor tiempo.  Tal vez  pasaron  unos 5 minutos,  pero el impacto del avistamiento colapso a mis amigos que  en todo momento  permanecieron dentro del vehículo sin duda atemorizados.  Teniendo la cámara con las fotos tomadas, estaba seguro que con  la claridad en la oscuridad de la noche,  la figura y las luces que circundaban la nave, saldrían en las fotos tomadas con la máxima apertura del lente y con el  mayor  tiempo de la exposición del obturador, para recibir la luz  de los faros de la nave.   De regreso en Caracas, lleve el rollo de fotos a revelar, con las 12 o más fotos que pude tomar, sacando antes  el rollo completo de 36 exposiciones sin ser usadas, para garantizar que las fotos tomadas no fueran afectadas. Le avise al dueño del local de revelados, que conocía por ser cliente de su negocio, que  tuviera cuidado con ese rollo, que tenía unas fotos  especiales tomadas sin flash en la oscuridad, solo usando la máxima abertura del lente. No le mencione que se trataba de un ovni avistado, para evitar despertar algún interés personal   A los pocos días mi sorpresa  fue mayor,  cuando me devolvió el rollo, informándome   que todo había sido velado y que no había registro de ninguna foto por mala que haya sido la toma o la exposición. Algo increíble que  termino con otro hecho increíble. Tengo experiencia tomando fotografía de noche de día y bajos condiciones ambientales diferentes y nunca me había pasado algo semejante. Además se trataba de una buena y moderna cámara, que ya había utilizado varias veces. Finalmente saque mis propias conclusiones sobre esta experiencia única: 1. Ciertamente  estuve en la presencia de un Ovni, estando en pleno uso de mis facultades físicas y mentales. 2. La cámara si  fue bloqueada de alguna manera a la distancia. 3. Percibí el deseo mutuo de establecer  contacto, pero la situación no pudo darse por el temor que invadió a mis amigos, que ante su amenaza de marcharse, origino mi rápido regreso  al auto alejándonos rápidamente del lugar. 4. Aunque deseaba se manifestara, si existían tripulantes  o no en la nave, no sé cómo hubiere actuado, ante la presencia real  de seres bajando de la nave en medio de  la noche  en medio de ese gas o humo blanco que se mantenía  entre la parte inferior de la  nave y el terreno. 5. De una cosa si estoy seguro, no todas las personas están preparadas para este tipo de experiencia. Para esa época era estudioso del maestro de la India,  Swami   Paramahansa Yogananda, discípulo del Yoga Sri Yukteswar.  La práctica de la  meditación y el control de mis emociones, hicieron posible  ante esa experiencia única,  disipar  el miedo    

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