Yomar.Capitulo 5, El primer escorpion.
Allí aparecía de vez en cuando un joven alto, que la relojeaba. Así se refieren en el llano, a una persona que controla el movimiento de otra con un determinado propósito. Chequeaba la hora de entrada y de salida de Yomar, el camino que seguía a pie, hasta el lugar donde alquilaba una pequeña habitación, donde apenas podía moverse, pero era su refugio y nadie la molestaba. Un día el largurucho hombre, la espero, se le puso al lado caminando, le ofreció acompañarla por la hora y el lugar un tanto solo por donde caminaba. Por allí transitaba con miedo para ahorrar camino de regreso al cuarto donde dormía. Siempre la acompañaba a pie o en un taxi que le era asignado allí mismo donde laboraba Yomar. Enrique así se llamaba era muy atento muy cordial y muy caballeroso. Yomar en su inocencia no aceptaba invitación de nadie, su propósito solo era trabajar e independizare. Ese joven insistió tanto transcurrido un año de conocer a Yomar que ella decidió aceptar tener un noviazgo para conocerlo mejor. Al principio fue hermoso se sentía por primera vez en tanto tiempo querida por alguien que la llevaba de la mano, le expresaba que la amaba, sin sentir el miedo a que su madre y hermanos le habían creado, cuando se relacionaba con sus compañeros de clase. Yomar insistió en casarse formalmente, pero Enrique la convenció que primero era mejor vivir en pareja, para conocerse mejor. Al pasar el tiempo Yomar empezo a descubrir cosas extrañas en Enrique. El taxi que tenía se lo pagaba una hermana para que produjera algo. Tenía una hija a la cual durante su noviazgo nunca la fue a ver o saco a pasear. Fue policía municipal y al tiempo se enter0 que lo expulsaron de cuerpo, porque casi mata a una persona a golpes… Toda esa información la fue conociendo poco a poco Yomar, pero decidió seguir adelante. Yomar sola e insegura de la situación que vivía, porque siempre quiso casarse de blanco y ser ejemplo para sus hermanas menores, confió en las promesas de Enrique, que aparentaba ser correcto y tener sanas y buenas intenciones.
Yomar luego de cobrar una quincena de trabajo, dio cuenta que le faltaba dinero en su cartera. Todo señalaba hacia la persona en la cual confiaba y convivia. Luego supo que a Enrique, lo apodaban el escorpión en la zona donde Vivian. Se levantaba a las mujeres solas, les sacaba el dinero y las ponía a trabajar para sus vicios de drogas y licor que sabía ocultar muy bien. Al llegar una noche con los ojos vidriosos, le pidió prestado a Yomar, que había cobrado su salario. Esta al verlo agresivo, le dio todo el dinero sin objetar nada. Luego el escorpión le revisaba la cartera y se le encontraba dinero dobladito o escondido, le gritaba, le pegaba y la dejaba sin comida ni agua como castigo. Jomar supo de inmediato que se había equivocado y había sido astutamente engañada, por ese hombre que realmente era otra persona. Ya había caído en su red y le era muy difícil desligarse del control que ejercía sobre ella. Cuando era castigada, dormía entonces obligada en el suelo hasta que amanecía y se marchaba. Mientras el vago escorpión continuaba durmiendo, hasta que le pasaba el efecto del licor y la droga. Pasaban las semanas, y el escorpión dormía todo el día mientras Yomar trabajaba de 6 am a 8 pm. Luego el escorpión se levantaba y salía a comprar droga con el dinero que solicitaba Yomar como adelanto de su quincena. El escorpión resulto ser un hombre violento, vulgar que se emborraba con frecuencia. Aprovecho la inocencia de aquella inocente muchacha pueblerina, sin ninguna educación sobre su sexualidad, para satisfacer sus instintos animales, sin preocuparse cómo prevenir embarazos, no deseados. Yomar trabajaba muy bien en la línea de taxi muy cómodamente pero hubieron ciertos incidentes con esta persona con Enrique de celos y escándalos en su sitio de trabajo. Para evitar otro altercado Yomar fue llamada a la oficina y recibió su último pago, ya que no les convenía ese tipo de situación en la empresa que generaba Enrique, bajo los efectos del alcohol o droga.
Yomar perdió su trabajo, saliendo de un sitio donde se sentía segura y ganaba lo suficiente para mantenerse sola. Salía acompañada de la persona que le había mostrado otra cara y había generado el conflicto en la Agencia, por el cual fue retirada. Sabía que Enrique era hombre vicioso que no podría responder por ella. Regreso con el escorpión al mismo hospital donde ya había dormido en una banca, que pensó jamás volver, al recordar frio y aquel banco helado, rodeada de personas desconocidas, de la calle, buscando seguridad donde pasar la noche. Al día siguiente Yomar y Enrique salieron de allí con mucha hambre. Ambos entraron y a Yomar y se le ocurrió algo que jamás pensó haría: le pidió al dueño de la luncheria que si no podía darle desayuno, a cambio ella le trabajaba o le pasaba coleto al establecimiento, el hombre se conmovió ante aquel pedido y le dijo que pasara que tenía algo para mí que le podía dar el cargo de ayudante de cocina y de fregar los platos. A partir de allí Yomar se le empezaron a cuartear las manos que tanto cuidaba al utilizar cremas, de tanto fregar y cortar verduras. El cabello largo de YOMAR se fue resecando por el calor de la cocina, la falta de cuidado y poco a poco su apariencia juvenil fue sufriendo un cambio no deseado. Cortaba largos pedazos de carne y tardaba aproximadamente medio día en esa actividad, que para ella resultaba muy pesada, pero tenía que hacerlo para poder comer.
Yomar le empezó a tener mucho miedo a Enrique porque era un tipo violento. La dejaba encerrada en el cuarto con llave cuando Yomar regresaba del trabajo, hasta que Enrique regresaba por la noche drogado, abusando de ella. Cenaba o desayunaba con las empanadas que Yomar traía de la Lonchería. Un día en la mañana luego de una noche de terror, abusos y golpes, Yomar lanzo por una ventanita que había en la pared del baño, un papel, solicitando ayuda. Pedía urgente auxilio y que llamaran a su madre Lucinda, lo cual no quería hacer, pero estaba obligada hacerlo. Anoto la dirección del lugar temblorosa, que el papel callera en las manos del Escorpión al pasar por el lugar, alguien de su banda que se lo diera. Lucinda recibió la llamada de auxilio y de inmediato comisiono a sus tres hijos varones, para que rescataran a su hermana del escorpión. A los días, todavía encerrada y comiendo, los sobrados que una mujer del lugar que le los pasaba por una pequeña ventana, se aparecieron sus tres hermanos, que habían averiguado que el escorpión era un Ex policía, de mal vivir, expulsado por corrupción y mala conducta. Cuando ya salían de regreso con Yomar hacia el pueblo el Encierro donde vivía su madre, alguien le aviso al escorpión lo que pasaba y este se presentó, en tono altanero intimidando y envalentonado a los hermanos de Yomar, utilizando su experiencia como ex policía. Desconocía que esos tres hermanos eran recios como su padre Juanote y bien podían darle una severa paliza al citadino, lo cual ocurrió. El escorpión resulto además ser un gran cobarde, ante la presencia de otro hombre. Se creía muy macho ante las mujeres indefensas. Yomar tirada en el piso del cuarto, esperando un fatal desenlace entre los golpes que sus hermanos le propinaban al escorpión, lo escuchaba pidiendo clemencia. El hermano mayor de Yomar sacó una pistola y se la puso en la cabeza gritándole "fuera de aquí basura, cuento tres y te pierdes". Enrique salió huyendo como alma que lleva el diablo. Nunca más se supo de él, salvo una vez que Yomar años después tras la ventana de un Bus que salía del terminal de la ciudad donde lo había conocido, alcanzo a verlo mendigando entre la gente, que hacia colas para viajar.
Yomar regreso a casa donde Lucinda destruida. Su aventura luego de 5 años de haber partido de su casa, había terminado en un rotundo fracaso. Durante 4 años se mantuvo casta, luchando contra las tentaciones y la relación con personas diferentes, algunos siempre interesados de sacar provecho de la soledad de una joven mujer. Lucinda la recibió muy fríamente como siempre, regañándola, insultándola y sacándole en cara sus errores sin reconocer para nada que había ayudado a tejer la tela de araña que envolvía a Yomar con sus reclamos, castigos y falta de afecto. Sus pensamientos ante ese recibimiento sin ninguna manifestación de amor por parte de su madre y hermanos, eran morirse y acabar con todo de una vez.
Con todo lo flacucha, larga y débil que estaba, Yomar teniendo 20 años, asumió el reto al enterarse al llegar a casa de su madre de manera obligada, que estaba embarazada de 7 meses. Su inocencia al perder sangre por debilidad y agotamiento, lo asociaba con su periodo de menstruación. La figura alta y muy delgada de Yomar no manifestaba embarazo alguno. Sorprendida por la afirmación que le echaba en cara su madre Lucinda, comenzó a preocuparse por la salud del niño, por La vida de drogadicto del padre de la criatura, lo cual no garantizaba la salud del bebe por nacer. Tampoco había asistido a control médico alguno, lo cual aumentaba los riesgos que él Bebe naciera con defectos. Aun en su estado de gravidez flaca y muy débil, realizaba sola todo el trabajo doméstico en la casa para ganarse la comida y el alojamiento, como una manera de pagarle a su mamá por los errores cometidos. Se levantaba al amanecer y dejaba todo listo para que sus hermanas muy arregladas, perfumadas y bien alimentadas, se fueran a sus trabajos, mientras ella soportaba todos los días el palo de agua que originaba Lucinda con sus quejas y reproches, viendo crecer su barriga que disimulaba muy bien, cuando tenía que salir para realizar algún mandado y evitar los comentarios del barrió como madre soltera. Hasta una chaqueta larga se ponía en ese infierno de calor al salir, para que no se notara que esperaba un bebe y surgieran los malos comentarios de siempre.
Finalmente a los dos meses de haber llegado a casa de su madre, derrotada, frustrada, utilizada y engañada, Yomar dio a luz a un hermoso varón, que llamo Juan Carlos en recuerdo de su padre Juan Bautista. Las necesidades inmediatas que ella generaba y ahora con su bebe, la llevaron a tener que trabajar inmediatamente, comenzando en un negocio de una ferretería importante que había en el centro del pueblo, recibiendo y ordenando mercancía. Allí conoció a una hermana cristiana, muy fanática de su religión que pensó que sería más cordial, ya que conocía a Lucinda desde hace muchos años. Pero no fue así al preguntarme si era bautizada en su religión, le respondí que no había llegado el momento. Esto genero un cambio radical en su comportamiento hacia Yomar. No la tomaba en cuenta y la ignoraba. En un momento se encontraron solas y Yomar le pregunto: ¿Por qué la indiferencia? Le pregunto si era que no desempeñaba bien su trabajo, a lo cual respondió: "PENSE QUE ERAS BAUTIZADA EN MI RELIGION, ADEMAS ERES MADRE SOLTERA, Y PARA MI NO CUMPLES CON LAS ESPECTATIVAS, NO ME SIENTO COMODA ESTANDO A TU LADO." AL OIR Yomar esta respuesta tan dura, no supo que decir. El ambiente se hizo muy pesado entre los otros compañeros de trabajo, pero necesitaba el empleo. Tenía que callar y ser mal vista, pero tenía que atender las necesidades de su bebe. Luego de esta acusación injusta por otra mujer que decía amar a su prójimo, Yomar entro en una profunda depresión. El silencio la embargo y comenzaron a surgir en su mente la figura de actores no deseados, que le sugerían terminar con todo de una vez.
Comentarios
Publicar un comentario