Mascotas Tata Félix. Capitulo3. Mariposa,Batalla,Ninoska, El negro.
MASCOTAS DEL TATA FELIX.
4. PERRA. MARIPOSA. Alegre escapista.
Era una perra criolla recogida ya adulta, que mamá escucho aullar en la calle en un amanecer luego de una noche de cohetes celebrando el año nuevo. Era grande con pintas marrones, blancas y negras, muy cariñosa y juguetona. Mamá la encontró muy asustada, se veía que se escapó de alguna casa, porque era una perra cuidada. Mamá la quería mucho, porque era alegre y juguetona como ella. Permanecía siempre cerca de mama. Nunca fue reclamada por algún vecino, lo cual hizo pensar a mamá que corrió mucho tratando de escapar de los ruidos y explosiones de los cohetes que para esa época eran muy abundantes. Cuando se perdía dos o tres días escuchábamos decir a mamá, "Mariposa anda de fiesta buscando novio y se va aparecer preñada". Su vaticinio ocurría a menudo y fue la causante que mamá llegara a tener más de 30 perros a los cuales amaba y cuidaba, contra las protestas de mi padre. Los perros se comían los huevos de las gallinas, hacían huecos, desenterraban plantitas que papá había sembrado y esto le molestaba mucho. Yo escuchaba a las protestas de papá, pero callaba, porque quería más a los perros que los huevos de las gallinas. De una camada de 5 cachorros nació Batalla, que por sus características era muy consentido de mamá. Se fue quedando en casa, hasta llegar adulto. Le puso batalla porque fue el único de esa camada que lucho por su vida, para no morir de moquillo, enfermedad mortal entre los cachorros. No había la facilidad que existe hoy día de vacunarlos y los cachorros crecían en casa cuidados, pero sin medicamentos. Además eran muchos y Papá no toleraría esos gastos extras.
De Mariposa observe su alegría, su libertad para escaparse y regresar a casa.
5. PERRO. BATALLA. Disperso-Juguetón.
Era un macho negro con pintas marrones y hocico como de oso. Fue hijo de mariposa de mediano tamaño, muy cariñoso y juguetón, nacido en la casa y único sobreviviente de esa camada, nos divertía mucho buscando palos y pelotas que le lanzábamos lejos para que los buscara. Era muy travieso y se divertía persiguiendo los gallos y gallinas que tenía mamá, que a los espavientos y gritos de nosotros corriendo tras Batalla, perseguía las gallinas. A los gritos obedecía y mamá lo encerraba en un patio interior cercado para terminar con la persecución, que alguna que otra vez terminaba con una gallina muerta del susto o por fatiga. Batalla al final de su juego solo la miraba la gallina tirada sobre el terreno con su lengua afuera de tanto correr, pero no la lastimaba. Cuando eso ocurría, mamá exclamaba: ¡mañana comemos gallina cazada por Batalla! Por hacia ese anuncio supuesto no estando papá en casa. Ordenaba quitarle las plumas metiéndola en una gran olla con agua caliente y al día siguiente, se servía sopa de gallina. No se hablaba en la mesa de cual gallina era, pero nosotros sabíamos cuál había sido la victima de Batalla.
De Batalla observe su inocencia de cachorro travieso.
6. PERRA. NINOSKA. Sentimental aulladora.
Era muy linda cruce de perro criollo con Golden retriver, marrón con pintas blancas. Muy cariñosa y juguetona sobre todo con mamá a la cual le saltaba y la lamia cada vez que la veía salir al patio. Aullaba a la hora de la comida esperando que mamá abriera la puerta del patio con las ollas servidas. Jugaba con los otros perros corriendo alrededor de la casa sin parar, hasta que se detenían con la lengua a fuera agotados. Les llamaba la atención los gatos, que huían despavoridos, cuando comenzaban aquel juego que duraba unos minutos. Todo un rito diario por parte de mamá, que preparaba una hoya muy grande donde les ponía pellejo, hígado, bofe, sobrados de la comida y hasta corazón picado, con algunos huesos, que el marchante italiano de la llamada pesa, hoy carnicería, le daba como ñapa a mamá por sus compras semanales de carne.
De Ninoska me quedo su cariñosa y amor con todos los de la casa.
7. PERRO. BUFALO. Manso desobediente e inocente.
Hijo de otra camada de mariposa. Muy cariñoso y aullador de color negro. Mamá lo quería mucho. Le puso búfalo, porque su cabeza grande y peluda sobresalía de su cuerpo. Era muy inofensivo incapaz de morder o de pelear con otro perro, pero le gustaba salir tras la jauría persiguiendo gatos u otros perros que pasaban por la calle o algún motorizado que detectaban subiendo la cuesta con la ruidosa moto Vespa, que esperaban y perseguían hasta una cuadra más arriba. Producto de esas persecuciones durante una cuadra, los perros de mamá hicieron caer en una profunda cuneta para el desagüe de las aguas de lluvia, al repartidor motorizado de la farmacia Sucre, que comenzaba a acelerar tan pronto comenzaba a subir la empinada cuesta que pasaba enfrente de nuestra casa. Por supuesto el ruido era mayor y todos los perros encabezados por el negro, se ponían en alerta esperando que pasara el repartidor en su moto. El negro dirigía la cazaría y era el primero en adelantarse y salir corriendo, tan pronto la moto se acercaba a nuestra casa. El repartidor comenzaba a lanzar patadas sin bajarse de la moto y en una de esas patadas voladoras que lanzaba tratando de acertar alguno de los perros, perdió el equilibrio y cayó a la cuneta maldiciendo y gritando que mataría los perros. Le avise a mamá de la amenaza y solo respondió: "que arregle la moto para que no moleste con su ruido cada vez que sale a repartir las medicinas". Meses después de ese incidente, mamá se levantó muy de mañana como siempre y al salir al patio, encontró a Mariposa, Batalla, Ninoska, Búfalo y al negro muertos. Lloro como una magdalena y la escuche gritar que quien lo había hecho, lo pagaría de alguna manera. Luego por una vecina supo, que había sido el repartidor de la farmacia, que se jactaba de haber limpiado el camino por donde subía ruidosamente haciendo su trabajo. No transcurrió un año, cuando mamá nos informó, que el repartidor había sido atropellado con su moto y le habían fracturado una de las piernas. Mamá lo vio sentado en la farmacia un día y cuando llego a casa nos dijo "se le acabaron los repartos al zagaletón que ahora llaman el cojo"… Nunca más paso con su moto por frente de nuestra casa y durante un tiempo hizo sus repartos a pie.
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