Mascotas Tata Félix Capitulo10.Yimbo-Bony-Pinchy-Bambu.

MASCOTAS DEL

TATA FELIX.

 

 

37. YIMBO. El  conejito Terminator:

     Un día Johana se apareció en casa con un conejito que le habían regalado en su trabajo. Era un bebe todo blanco, que coloco dentro de una caja en uno de los cuartos en el apartamento donde vivíamos. Allí creció, alimentándose de grama y monte que cortábamos en el jardín del edificio. Era muy tranquilo y silencioso. Un día lo encontramos fuera de la caja, de la cual saltaba con mucha facilidad y ya no quería estar dentro de ella. Así que un cuarto con la puerta cerrada  se convirtió en su casa. Las veces que se escapaba a la sala o a la cocina, los perros lo encontraban, ladraban sin hacerle daño y lo volvíamos a encerrar. Teníamos que colocar periódico en el piso para sus necesidades, lo cual retirábamos todos los días y lo reponíamos con periódicos viejos que eran abundantes en esa época. El nombre de terminator, se lo gano comiéndose las costosas botas de cuero  colombianas de Johana, zapatos de vestir,  carteras, cables de la computadora y del teléfono. Realmente  nos molestaba y pensamos en regalarlo, pero su ternura y que Johana estaba seguro que por lo gordo que estaba, sería servido en una mesa con varios comensales interesados en comer conejo alimentado en casa, se negaba a regalarlo. Soporto la ruina de cosas personales de vestir y aunque se molestaba, su amor hacia Yimbo impedía que pensara en regalarlo.

En una oportunidad salimos de viaje y lo dejamos encerrado en un baño con una perola pequeña con agua, pensando regresaren en dos días. El viaje se alargó por una semana. Estábamos preocupados porque le faltara el agua, porque solo le habíamos dejado esa perola pequeña y monte.  Pensé que lo encontraríamos muerto, lo cual sería muy doloroso por nuestro descuido. Nadie tenía llaves del apartamento. Así que al regresar de viaje, le dije a Johana que esperara abajo, mientras subía de prisa con toda la enorme preocupación de encontrar a Yimbo muerto por nuestra culpa  encerrado en el baño. Al abrir la puerta esperando lo peor, lo observe debajo del sanitario, acurrucado con la cabeza entre las patas como dormido. Al tomarlo,  sentí que estaba vivo y de inmediato le di masajes .Le  di de tomar agua  por la boca y de inmediato reacciono. Yimbo estaba vivo.  Yohana esperaba la noticia con angustia y al verme llegar sonriendo, supo que Yimbo estaba vivo.  Los perros  estaban en  la casa de la madre de Johana. La perola de agua la había volteado brincando, estaba totalmente seca, no había agua en el piso y solo se mantuvo con la sombra,  la humedad propia del baño y el pasto de lo cual tampoco había muestra.

Pasado un tiempo con unos 5 años de edad, no mudamos a una casa  grande con terreno, que Johana compro con un crédito del Estado, como funcionaria del estado. Allí Yimbo corría por el patio, los perros lo perseguían y retozaban sin hacerle daño. Un Día Johana lo encontró muerto en el patio. No pudimos enterrarlo por falta de un lugar con tierra y tuve que llevarlo en una bolsa y dejarlo en un sitio donde se  almacenaba basura. Fue doloroso tener que hacerlo, pero no había otra manera. Yimbo merecía quedarse con nosotros aunque fuera como abono para la tierra.

 

38. .BONY. La noble  y   alegre  perra.

     Fue otro regalo que le hicieron a Johana. Era una cachorra blanca con motas negras, muy cariñosa y juguetona. Dulce y para nada brava. La historia de Bony fue corta, pues al salir de casa y regresar a Caracas, el mantenimiento de las tres mascotas que quedaron NIEVES, BAMBU Y BONY, resulto una pesada carga para Johana, sin trabajo. Nieves pudo salvarse como lo conté anteriormente, cuando Johana la trajo a Caracas en un viaje. Bony murió por falta de atención médica. Nadie se ofreció a llevarla en un carro al veterinario y Johana presencio su agonía impotente llorando como una magdalena, viendo morir a su mascota. Bambu lo fui a buscar luego de la muerte de Bony y está conmigo en mi apto de Caracas. Merece una estatua a la pulcritud, compañía, y obediencia.

 

39. PINCHY.  El gato  ciego. PINCHY  

        Es de color negro con la blanca y botas blancas. originalmente creí que era gata y luego de llevarla al veterinario para operarla, supe que era un gato, cuyos testículos estaban ocultos sin desarrollarse. La  rescate del techo  del vecino en el 2016 por tener  pinchados sus dos   ojos, por la  diabólica cerca de concertinas,  que alguien   colocó sobre la pared divisoria con el vecino. Luego de una bendición con imposición de manos, sobre su cabecita, PINCHITA comenzó a ver algo mejor, hasta el  punto que pude observarla acercarse agazapada,   bajo la ventana de la sala por las mañanas,  moviendo su cabecita negra para arriba y para abajo, donde diariamente les coloco cambures a los hermosos y desconfiados azulejos, que allí desayunan todos los días. Aprendió a subir al techo por una escalera  caracol de hierro, que construí en el exterior,  que me permite observar el majestuoso Ávila por las tardes,  las idas y venidas de las  ruidosas Guacamayas y Loros, volando al atardecer de norte a sur,  que se han adueñado de los cielos del este de Caracas, principalmente  por la presencia del hoy mejor mantenido pero sin animales  Parque del Este, primero llamado del Este, luego de Betancourt y  ahora de Miranda. Pinchy sube con cierto temor detrás de mí y   pegada al borde del muro o cornisa que existe  a lo largo del techo de platabanda,  camina insegura escuchando los pajaritos que llegan por las tardes a dormir entre las ramas de una frondosa y muy generosa mata de mango que con puntualidad todos los años nos ofrece sus deliciosos mangos de bocado. Vista al verla en la cornisa desde la planta baja de  más bien parece a contraluz  una lechuza que una gata. Una mañana muy temprano, escuche maullidos en la escalera y al abrir la puerta, allí estaba PINCHY  bajando la escalera, con un pequeño pajarito entre sus fauces,  que conocemos como Reinita, por su coronita blanca alrededor de su cabeza. Al presentarme su increíble trofeo,  me moleste mucho. Reviví mi rechazo a los gatos de mamá cuando era niño, por sus cacerías de pájaros de todo tipo.  Traté de reanimar  el pajarito aún caliente con mis dedos masajeando su pechito, pero no tuve éxito. No tenía herida o  rastro de sangre alguna, pero sin duda murió del susto, al ser atrapada en el techo por la terrible felina, que ya no me engaña más con su total ceguera. Pinchy cuando hace algo indebido y la reprendo, corre  asustada y choca contra las paredes y muebles de la casa. Pinchy se convirtió en una gata adulta y comenzaron a parecer los gatos para enamorarla. Orinaban, marcaban territorios, pero la limitación de PINCHY, le impedía que saliera al jardín.  Enviaba a Nievecita para espantarlo, que bajaba corriendo ladrando, pero una vez regreso lastimeramente chillando. El terrible gato la enfrento y la ataco con sus garras. Finalmente las hormonas de PINCHY,  la llevaron a tratar de familiarizar con el terrible gato, que la llamaba por las noches, con sus molestos  y desgarradores maullidos de amor. Pinchy escapada de casa,  peleo y  regreso asustada,  muy rasguñada, con una herida visible en su cuerpo, luego de lo que pareció su primera experiencia amorosa. La lleve al veterinario DR. Bertorilli, el mismo que salvo a BONGO el perro cazador  recogido, ya muerto, que traje del llano   hace unos años. Pinchy se recuperó y afortunadamente no salió en estado y sigue sin ser madre. Hoy  en la Venezuela de hoy, los animales y mascotas están desapareciendo. Los tiran a la calle, se los comen, regalan o le aplican  la eutanasia. Solo los muy ricos pueden tener mascotas y sobre todo gatos. La misión Nevado, que se recibió con mucho agradecimiento por los amantes de los perros, hoy  se asemeja al decreto de guerra a muerte en la época de nuestra independencia. Mi mascota Nievecita la perrita anciana, la respetaba, pero la mantenía lejos, con sus gruñidos. Pinchy se mantenía distante y no entendía la agresión por parte de un miembro de mi nueva familia,  siendo tan mimada y protegida. Dada la severa crisis y ante la falta de alimentos para mascotas, tuve que traerme del llano a mi segunda mascota, otro perro criollo recogido de nombre Bambú, que por su tamaño, mi enfermedad y falta de vehículo, no había podido traerlo conmigo a Caracas. Bambú es cariñoso, educado, muy limpio, ya está bañado y muy recuperado y se ha hecho muy amigo de PINCHY. Muy pronto la veré durmiendo entre las patas del  cariñoso Bambú, que ahora duerme al lado de mi cama. Un día, note a PINCHY muy mal, la lleve de urgencia al Veterinario y diagnosticaron que estaba envenenada. La atendieron de urgencia, pero cuando me informaron el presupuesto para dejarla hospitalizada, tuve que decidir aprender cómo atenderla y cuidarla en casa. Me vi obligado a curar gatos, lo cual es muy difícil y nunca lo había hecho. Compre gruesos guantes y luchando con sus uñas y patas y hasta mordidas, pude terminar el tratamiento y PYNCHI se salvó. Su mal estado permitió que lograra hacer mi trabajo de curador  sujetándola fuertemente.  Aprendí a darle sus medicinas escondidas entre carne molida. Ya curada, nuevamente hubo un combate con el terrible gato color café con leche.   PINCHYTA apareció en casa  cojeando en tres patas y es imposible atraparla. Nuevamente tiene una gran herida en el lomo y una pata trasera muy inflamada con una herida sangrante. Como he podido la he curado a la distancia aplicándole una inyectadora a la distancia con agua oxigenada, pero sigue andando en tres patas. Ahora la llaman la  gata ciega y  coja. Al llevar al veterinario para castrar a PInchy creyendo que era gata para terminar con las peleas y desgarradores maullidos nocturnos, resulto que no era gata sino GATO. Sus testículos no eran observables pues están escondidos en una bolsita que no termino de desarrollarse. La sigo llamando PINCHY, caza pajaritos y en dos oportunidades por su ceguera  se ha caído de la platabanda intentando cazarlos. Se desempeña con gran habilidad por su olfato y bigotes. Cuando se asusta se lleva por delante las paredes y objetos que se interponen a su paso, pero cuando está tranquila se desenvuelve con precaución y poco tropieza.

 

40. BAMBU. PERRO  El pegote.  Salvado en la raya de morir ahogado.

 

Es un perro color canela clara, de tamaño mediano, ahora gordo y de pelo brillante. Una  sábado por la tarde Yohana recibió una llamada de una amiga, que le informaba, que una perra callejera que se la pasaba en un Centro Comercial, había tenido una camada de 6 perros y estaban dentro de una caja en un rincón del estacionamiento del Centro comercial. Que el vigilante le había dicho que le habían ordenado ahogarlos en un tobo de agua  para  evitar su proliferación de perros callejeros y que hasta esa noche tenían tiempo de salvarlos. La amiga de Johana se llevó uno y cuando llegamos  esa misma tarde, quedaban dos hermosos cachorros criollos. La madre nos veía con ojos de alarma y corría  por el estacionamiento buscando los que faltaban. Los llevamos a casa y fueron amamantados con tetero por Johana. Pasado un tiempo crecieron y Johana regalo uno de los cachorros que parecía un clon de Bambú, donde al poco tiempo murió en un patio donde cuidaba. Una tarde poco antes de morir, pasamos en auto  para verlo y apenas salió a la reja que cercaba el terreno donde estaba.

Bambú creció y se quedó definitivamente con nosotros, siendo un excelente guardián en la nueva casa donde vivíamos.  En una oportunidad Bambu corrió un largo trecho  por la carretera principal detrás del carro donde viajaba su dueña, que pudo darse cuenta por el retrovisor. Para  suerte de Bambú quien manejaba, lo hacía a poca velocidad y al detenerse tuvieron que subirlo al carro, jadeante, agotado con una lengua afuera larga y seca. Bambú pudo sortear los  numerosos vehículos que transitan diariamente por esa carretera.  Lo llamo el pegote, porque al ser traído a Caracas, se convirtió mi nueva una mascota  y tan siempre pendiente de mis movimientos en la casa.  Me acompaña en todo momento, se hecha a mis pies y duerme en mi cuarto sobre una manta, que todas las noche le pongo para aislarlo del frio piso.  Lo saco todos los días para que haga sus necesidades con su  correa. Una tarde me sorprendió, porque un hombre de aspecto mal cuidado, se me acerco para pedirme algo y si no es porque lo llevo atado a la correa, se abalanza contra el hombre que no pudo alcanzar por el jalón que tuve que hacer para evitar mordiera al hombre.  Viajo conmigo durante un tiempo y siempre se comportó de manera ejemplar durante los viajes de 5 o más horas. Se sube a la platabanda para ver cuando salgo y cuando llego. Es en extremo tolerante con otros perros y sobre todo con Pinchy que se le acerca y se refriega con su cuerpo. Come en su plato y bambú es incapaz de gruñirle o retirarla de su plato de comida.  Cuando soy visitado por amigos y miembros de la Iglesia, los escanea y saluda a a algunos. A otros se mantiene a distancia en alerta, pero sin mostrar ninguna agresividad.  Bambú también ha sido víctima de la llamada dieta Maduro, por lo costoso de los alimentos para perros. Bambú aún vive,  tiene unos 10 años y seguramente será mi última mascota.

 

Me imagino en el milenio rodeado de todas estas mascotas, alegres a mi lado, cada una ofreciendo su presencia y recuerdos de tantos años de vivir entre animales extraordinarios y muy queridos.

 

Termino esta historia de mis animales y mascotas, relatando la historia de la última mascota de mamá, que l acompaño por 18 años durante los últimos años de su vida ya muy anciana.

41. LA ÚLTIMA MASCOTA DE MAMA FLOR NERON CARA DE PAPELON.

Teniendo mamá un poco más de 70 años, uno de sus  nietos  más cercano, Roycito que vivía en otro apto pero en la misma residencia,  se presentó con un cachorrito de Doberman que le habían regalado y  no lo dejaban tener en su casa. La abuela Flor muy amante de los animales pero sobre todo de los perros, lo recibió con mucho cariño. Le habían puesto por nombre NERON,  tal vez por su apariencia feroz, con  orejas cortadas y su rabo chucuto. Ese horrible y despreciable nombre, para nada  tuvo  que ver con la dulzura, carácter amigable y mejor compañero que desarrollo Nerón durante los 18 años que acompaño fielmente a  mamá Flor, casi hasta su muerte en el 2003. Por su color marrón  oscuro  debió llamarse chocolate, aunque mamá  cuando jugueteaba con él desde su  mecedora, le llamaba muchacho, o Nerón cara de papelón por su largo hocico.   Realmente era  como un niño hiperactivo, solo que muy obediente,   dócil, silencioso, limpio  y mejor compañero.

Mamá Flor vivía sola con Nerón en su apartamento de los Chorros en Caracas, quien todos los días presuroso,  tanto en la mañana como por las tardes, bajaba hacer  sus necesidades de manera increíblemente discreta, en un pequeño terreno o patio de servicio  anexo, que también utilizaban mis mascotas. Subía obedientemente y rápidamente   corriendo al llamado de mamá, que le hacía desde el apto. Roycito y Yo  con frecuencia, visitábamos a la abuela y ambos se alegraban mucho cuando Roycito cantaba y nos divertíamos tocando el cuatro. Nerón corría alegre  por una pequeña terraza   emitiendo un ladrido sin fuerza y apagado en la medida que envejecía. Mamá le decía "Viejo"cuidado de caes en el resbaloso piso, o  deje de correr... Otra característica de Nerón, era que teniendo Yo perros y viviendo al frente de mamá,   siempre fue muy amigable, nunca hubo tan solo un conato de pelea o gruñidos entre ellos.  Se echaba frente a la puerta cerrada de hierro, que mamá abría para que entrara la brisa por las tardes. Otras veces mamá  se  sentaba bajo la frondosa  mata de mamón hermano de la vieja mamona Enriqueta,  mirando el Ávila que amaba.  Nerón  esperaba con la puerta abierta  las visitas, avisándole a mamá con su ladrido apagado  que alguien la visitaba.

Transcurrieron los años y ambos eran dos ancianos de avanzada edad. Mamá llegando a los  90 y Nerón con otros 90 como equivalencia. Una noche mamá siendo casi las 12, me llamo por teléfono angustiada y me dijo. Junior  Nerón está muy intranquilo,  camina todo el apartamento, y le  llegaba al lado de la cama, la  lamia la mano que ella le extendía y se echaba a su lado sobre una manta que mamá le tendía para aislarlo del frio  piso de granito.   Cuando llegue pasado unos minutos, Nerón como siempre salió a recibirme, apenas se mantenía en sus patas. Tenía dificultad para mantenerse parado. Fuimos al cuarto de mamá, se  echó al lado de la cama y pude darme cuenta que estaba mal, su mirada era triste y de despedida. Llame a un veterinario de guardia nocturna, que se presentó como a la hora. Lo observo y llamándome aparte me dijo:"ese perrito esta por morir de viejo". Le pondré un tranquilizante, debe tener dolores y dormirá. Mamá pendiente de lo que hablamos,  escucho desde su cama  y dijo  con mucha lucidez y claridad, ¡no quiero que lo duerman Nerón debe morir de manera natural!. Le prometí que así se haría. El veterinario se marchó sin darle nada de acuerdo con el deseo de mamá. Yo encontrándome  engripado  con fiebre alta  y mucho malestar, me fui a mi apartamento. A la hora mamá me vuelve a llamar y me dice JUNIOR ven, Nerón no me responde, me lamio la mano se echo en la manta y no se ha levantado, ¿que le dio ese veterinario pregunto? Acudí y al tocar a Nerón me di cuenta que había muerto. Le dije a mamá para no angustiarla,  que lo llevaría al veterinario para ver que le pasaba, evitándole sufrimiento. Llame a mi Hijo Nicolás, quien acudió rápidamente. Hablamos, lo sacamos cargado del cuarto y lo llevamos al carro de Nicolás.  Casi todas las mascotas de mamá y mías eran enterradas en el jardín de la propiedad Flores de Mayo. El noble y gran Nerón no tuvo esa suerte, pues siendo de madrugada de gran tamaño y  encontrándome enfermo para abrir un hueco profundo como siempre lo hacía cuando una mascota nos dejaba, decidimos que Nicolás se lo llevara. Nunca supe el último destino del gran Nerón, aunque por la hora, es posible que Nicolás lo haya dejado en algún terreno baldío camino  de  vuelta a su casa.

Nerón "CARA DE PAPELÓN, EL MUCHACHO"como lo llamaba cariñosamente  mamá,  fue su más fiel y querida mascota, mereció ser enterrado como muchos otros en la propiedad Flores de Mayo que mamá tanto quiso y lucho para dejársela a sus hijos, cumpliendo  también con el deseo de nuestro Padre.  Nerón se despidió de mamá Flor aquella noche. Cosa que Yo no pude hacer,  estando en el interior, cuando poco tiempo después Mamá murió en una casa hogar, dada la dificultad para valerse por sí misma y la atención permanente que requería su estado, al perder una pierna un tiempo antes, al sufrir una caída a su avanzada edad.

Así como existen personas buenas espirituales,  amorosas y serviciales., también existen maravillosos  perros como Nerón, que cumplió con creces una maravillosa misión de acompañar a una persona en la tercera edad durante 18 años,  que vivía sola como mamá, que tanto hizo y sufrió por los animales durante toda su larga vida.

Mamá siempre decía, que el día que se muriera le dieran su corazón a los perros en memoria de como los amo. Solo  algunos tienen la oportunidad de conocerlos, de convivir  y compartir con ellos como lo señala la biblia en el Génesis. Los  animales fueron creados para compañía y solaz del género humano. Ellos tienen otro nivel de inteligencia y nos aman sin hablar, Solo su mirada y sus movimientos con la cola nos expresan su cariño.

Sin duda alguna, ellos como seres espirituales que son, también resucitaran  como nuestras mascotas y formaran parte de ese maravilloso reencuentro que el SEÑOR nos ha reservado en su maravilloso plan de vida para que seamos   felices. Un DIOS Omnisciente todo lo puede lograr. Tengo mucha FE en eso y espero ese momento de gran gozo, poder tocar y hablarle a NERON cara de papelón.

 

 

POSDATA: Cuando los años pasen y los nuevos propietarios de las Flores de Mayo, realicen sus excavaciones para demoler y construir su nueva historia,  seguramente dirán: En este lugar murieron felinos, perrunos y aves, por la cantidad de huesos que serán encontrados. Cada uno de ellos a lo largo de más de 80 años, formo parte de la historia de los JELINEK MALDONADO.

 

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