Mi despedida.

28-8-2015

LAS DOS ÁGUILAS CUYO VUELO FINAL QUEDÓ TRUNCADO.

Un día,  el águila mayor de luz, me dijo: si quieres volar tan alto, como Yo, para conocer mi Universo y  ayudarme a poblar mundos sin fin, tienes que nacer en una esfera, que preparare para mis hijos, que deseen seguirme. Respondí SÍ quiero Águila Mayor y tomándome entre sus alas me coloco en este planeta azul que llamamos tierra para adquirir el conocimiento y la experiencia que me ofrecía el águila mayor. Me dijo: como tu existen millones que tendrán las mismas oportunidades de volar muy alto, hasta llegar al lugar donde existe mi morada o gran nido. Crecí y comencé a volar en círculos, muy cerca de la tierra observando la carroña dispersa en los campos enfermos por la depredación de la fauna animal y vegetal. Parecía un gallinazo o zamuro, pues mis plumas estaban ennegrecidas  por el humo, el hollín y la contaminación del ambiente donde aprendí a volar. Trate de elevarme, pero escuche al Águila Mayor que me preguntaba estás solo…. No es bueno que lo estés, te daré  ayuda idónea para que sea tu compañera. De repente a mi lado estaba una joven y hermosa águila, que revoloteaba, retozaba, volaba en círculos, se lanzaba en picada,  cortejándonos   y  amándonos mutuamente; iniciamos nuestro vuelo juntos. El viento jugaba con nosotros y nos lanzaba contra las nubes. Mi compañera se escondía tras ellas, y de repente aparecía veloz hacia donde me encontraba volando en círculos, hasta sentirse segura de mi presencia.

De repente se hizo un profundo silencio, cesó el canto del viento  tras una nube muy negra apareció un pequeño halcón, que muy rápidamente centró su atención en mi águila compañera. Sorprendida con su habilidad  de vuelo, juventud y sus rápidos movimientos, mi águila compañera lo siguió confiadamente. Desde mi posición aún cercana, le grite, ten cuidado en un halcón entrenado para cazar, pero ella no me oyó. Se sumergió en las nubes oscuras cuando de pronto escuche un  grito y varias detonaciones. Me lance en caída libre y observe cazadores furtivos que armaban sus escopetas y seguían el vuelo del Halcón, que les traía su presa. Mi compañera alcanzada por un disparo cayó hacia el vacío dando giros fuera de control. El  hábil Halcón la seguía en su caída y cuando trate de acercarme para rescatarla solo y sin la ayuda del Águila Mayor,  fui alcanzado en mi cola y perdí la capacidad de dirigirme hacia el lugar donde pensé había caído mi águila compañera. Escuché al Águila Mayor de luz que me pregunto: Donde esta tu compañera? Respondí la perdí, el halcón la llevó a una trampa y cayó dando tumbos herida en una de sus alas. Búscala grito….. De inmediato me lancé al vacío recuperado de la herida y volando en círculos, pude verla sobre la saliente de un risco. (Esto ocurrió en octubre del 2016 cuando la traje y la cure en Caracas.) Pensé que estaba muerta, pero al posarme a su lado pude ver que abría sus ojos, que reflejaban mucho dolor  y lágrimas… con un débil sonido muy apagado me dijo escuche tu alerta pero no te hice caso….PERDONAME…. Yo le dije. Tu debes perdonarme, Yo me aleje de nuestra Águila Mayor y tras el Halcón,había una poderosa ÁGUILA NEGRA.  Me confié y pagamos el precio de mi torpeza.

Las águilas nacen humanas.

Durante toda mi vida pero en especial durante los últimos años,  me sentía inmerso en este mundo vacío, sin espacio, para ser libre y hacer lo que quería, atado desilusionado, desconcertado, e impotente, no aceptaba los comportamientos absurdos, vanos cargados de violencia de contención, carentes de valores e ideales edificantes del ser y de su espíritu. Este cuadro me alejo del amor que me brindaba JOHANA mi águila compañera, cada día, cada momento. Me sentía rechazado por todos, sin amigos sin familia, solo Johana soportando mis cambios de carácter y mí pesada carga que se sumaba a la de ella que actuaba como un verdadero regalo de DIOS en medio de la soledad que me acompañaba. Tal y como lo había pedido en oración durante una fuerte crisis espiritual en septiembre del 2006. La tome entre mis alas y volé hacia el cielo. Allí encontré al águila de luz mayor, que me dijo. Haz cumplido tu misión, ella vivirá y será tu compañera para siempre en mi reino.  (Siento que ello ocurrirá cuando ambos dejemos este planeta.)

 Sanados, regresamos a la tierra ya no como águilas, sino como personas. Buscaba una buena razón  que justificara mi  nueva existencia y me aferre a las escrituras y al evangelio de Jesucristo para vencer la impotencia que me asfixiaba dentro de una cómoda casa que logramos adquirir y terminar con mucho sacrificio y desgaste, con mi águila compañera Johana. Solo Jesucristo y Johana me tendían sus manos y aunque quería tomarla y aferrarme a ellas, el estrés que me acompañaba lo impedía.  Divagaba y divagaba, para calmar mi intranquilidad. Largas horas de pensar y escribir, otras donde mi mente estaba en blanco donde acudían actores negativos que criticaban todo lo que ocurría en mi entorno. Luchaba por entenderme a mí mismo en silencio, mientras Johana sufría cada momento un desgaste emocional, por sus propias cargas, más la que yo sin darme cuenta le sumaba a su ya pesada alforja. Luego un día Johana habló largamente. Le prometí no interrumpirla, cosa que con frecuencia hacia. La escuche primero con molestia por sus duras recriminaciones y afirmaciones del descuido del cual había sido objeto por años,  decía. Me hizo sentir lo equivocado que estaba y lo lejos que había estado viviendo tan cerca como una pareja de casados. Me hizo ver que todo mi programa para encontrarme conmigo mismo en la soledad de las horas mientras ella trabajaba, habían sido en vano, improductivas, mis criticas y rebeldía ante el sistema imperante, me habían alejado de ella. Johana una y otra vez me lo había alertado, pero Yo seguía inmerso en mi mundo  angustiante de soledad, defendiéndose de calumnias, mentiras y falsas acusaciones, de parte de seres, a los cuales siempre ayude, pero que unidos trataban de destruirme y poner en duda mi Sagrado apellido. Mientras pensaba en lo que me decía, escuche su grito desesperado de su partida. Sentí una profunda tristeza, un mayor dolor  y vacío interior en todo mi ser, que de pronto se estremeció. Solo  Johana  era capaz de llenarlo con sus cariños y palabras siempre oportunas para sacarme de ese mundo de aislamiento que me rodeaba. Falle y falle en darle amor y cariño, creí que era lo suficientemente fuerte para soportar mi carga y la de ella. Todo de repente hizo explosión en Johana y en la casa. La necesidad de renovarme, parece que llego tarde a la vida de Johana, que fue atrapada por los flirteos de un hombre oscuro, que antes fue el halcón entrenado para atrapar presas,  que con gran astucia, comenzó a controlar su vida. Tengo un conocido que me decía, una y otra vez, el astuto hombre la atrapó en su red donde se encontraba en ese momento.

Esta historia continuará y será parte de mis escritos.

 

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