PREGUNTA AL PSICOANALISTA.
23-05-07
Cada diezmilésima, cada milésima, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada mes, cada año, vivo tan solo conmigo. La vida es la dueña de mi cuerpo temporal, que atrapa a mi espíritu y del cual solo se puede escapar cuando se duerme ó se muere. El tiempo me acompaña de día y de noche, desde que sentí el calor de la vida, hasta que pueda sentir ó no la fría soledad de la muerte. Durante este viaje en el cual existo y permanezco como un elemento más de la naturaleza viva y a la vez como un instrumento social, el tiempo se convierte en mi amigo, pero también en un cruel enemigo con el paso de los años. El tiempo es el seguro e ineludible proceso para llegar a la paciente muerte. El tiempo es como el instrumento que utiliza la vida para generar su propia muerte ó suicidio.
Por lo tanto, mi vida solo la puedo vivir plenamente Yo, nadie más. No la busque, tan solo la recibí y estoy obligado a utilizarla, pues de lo contrario tendría que morir contra la voluntad y el mandato de vivir hasta que se cumpla con el proceso natural de existir y servir para algo ó alguien.
Sin embargo esta realidad tan única, tan individual y muy personal, es compartida, absorbida, entregada y usada por otros, que se adueñan sin querer o sin saberlo de esa vida, que no les pertenece. Limitando con ello la supuesta libertad que no existe en la materia manifestada. Materia que al hacerse presente, esta esclavizada en la forma y en el peso, a la energía y al movimiento de los átomos que la mantienen atrapada, hasta que llegue el tiempo de ser transformada sin dejar de ser materia.
Soy esclavo de mis necesidades fisiológicas ó biológicas.
Soy esclavo de mis pensamientos malos o buenos, que se generan continuamente en el escenario de mi mente, producto del conocimiento, educación, cultura, tradición, historia y genética, todo lo cual nos permite actuar, competir y ser comparado con otros de la misma especie.
Soy esclavo del trabajo asfixiante, capitalista y egoísta que compra el uso de nuestro tiempo y nos convierte en un costo más en la cadena del producto que se vende en la llamada sociedad, que no es otra cosa que una burda organización de desiguales, por el sistema económico, político, y social imperante.
Soy un esclavo de los afectos y de la responsabilidad, que surge en mi interior cada día que amanece y regreso a la vida, los cuales siento como una etiqueta de la cual no puedo desprenderme. Afectos que nos atan a las personas, a los animales, a los recuerdos del pasado, que nos limitan, nos hacen sufrir y complican nuestra existencia y la libertad para actuar.
Esta reflexión me hace preguntar: ¿ Para que se vive, donde esta la libertad, donde esta mi tiempo para usarlo libremente cuando lo quiero, deseo ó necesito?
¿Que parte de esa vida que día a día se agota, puedo dedicarla a lo que siento o quiero, sin tener que ser recriminado, esconderme para actuar, pedir permiso o el tener que dar explicaciones, sobre algo tan único, personal y finito, como lo es mi vida?
Le pregunto ¿Porque se trata de destruir, de criticar de estar inconformes, tratando siempre de encontrar respuestas y actuaciones adecuadas, que se adapten a las necesidades e intereses egoístas de cada quien?
¿Necesito ayuda, estoy equivocado? ¡Si tan solo soy un producto de la sociedad que me ha fabricado!
La individualidad es un derecho al nacer y ello debe ser respetado, siempre que no se contamine o transforme en egoísmo. La individualidad es necesaria para poder ser vencida y entregada para ayudar a otros, pero esto debe ocurrir por esfuerzo propio y no porque otros lo decidan, lo impongan o se adueñen de ella para lograr fines personales.
No hubo respuesta del Psiquiatra.
Conclusión:
la individualidad se adquiere al nacer, pero ha sido producto de un proceso de integración de elementos diversos que cumplen cada una función de contribución integradora de necesaria utilidad para lograr el todo. La individualidad en la sociedad se convierte en una maravillosa oportunidad para ser utilizada en beneficio de pocos ó para estar al servicio incondicional de una minoría, bajo supuestos interpretaciones del amor mal entendido.
¿Por lo tanto que es amor verdadero?
El amor verdadero es mucho más que una atracción química ò física pasajera, que se disipa en la medida que las personas se conocen.
El amor verdadero es algo mucho mas profundo, pleno, sentido en el corazón, abundante, que llega a copar todo nuestro ser, generando reacciones y sentimientos muy personales, siendo uno de los más importantes el complacer en todo, ayudar siempre, aunque esto pueda ser percibido en algún momento por otros, como una molestia o demostración afectiva excesiva.
Sin embargo, la atracción física y el interés que se desarrolla entre las personas, sin duda son parte de los elementos que componen el amor, pero también lo son, la confianza, la comprensión mutua, el compañerismo, los ideales comunes, la solidaridad, la pureza, el sacrificio, la generosidad, la preocupación mutua, la fe en el trabajo, la ayuda desinteresada al necesitado, para que el amor deje de ser un acto egoísta y exclusivo de una persona. Cuando la apariencia física desmejora y envejece con el paso de los años, son los otros elementos nutrientes mencionados que se han cultivado por años, los que mantienen unidos los lazos del amor en el tiempo. De allí los fracasos, divorcios y separaciones que se deben al hecho de que nunca existió amor verdadero, sino interés en las apariencias, en lo sexual, en aquellas cosas que satisfagan las necesidades egoístas, como el tener compañía, casa, comida, atención permanente y seguridad.
El amor verdadero, puro, sentido y profundo, NO TIENE EDAD, nunca será egoísta ó propiedad exclusiva de alguien. Sobrevive al paso de los años, a las enfermedades, penas y dolores, a la pobreza, las privaciones, necesidades extremas y a las decepciones, que por momentos pueden ser causas de perturbación en las buenas relaciones entre parejas compañeras y luchadoras.
El amor verdadero se desarrolla mediante el aumento de la preocupación permanente entre el uno y el otro y no solo en un solo sentido. Se construye entonces la confianza mutua, la lealtad, la fidelidad, la sinceridad, la comprensión, la tolerancia, demostrando cariño y afecto tanto en las palabras como mediante las expresiones corporales y atenciones en la vida diaria.
El amor verdadero evita ofender, humillar, criticar en los momentos de tensión, de estrés, de diferencias y cansancio, sencillamente porque nunca hará daño.
El amor verdadero se nutre cuando nos olvidamos de nosotros mismos y desarrollamos una preocupación constante hacia el otro ser a quien se ama, colocándolo siempre en el primer lugar de nuestros deseos y preferencias, cuando actuamos y tomamos decisiones en la vida, aunque una de las partes se haya equivocado.
El amor verdadero se fortalece y se afianza, cuando se canalizan y unen las metas comunes y se establece con claridad el objetivo que se quiere alcanzar practicando y compartiendo los ideales e intereses de la vida en común, nunca tratando de imponerse sobre el otro y mucho menos logrando el silencio obligado del otro, para no generar peleas y conflictos.
El amor verdadero siempre esta dispuesto a dar y sacrificar, para auxiliar a la persona aunque se deje de amar.
El mayor enemigo del amor verdadero es no entenderlo y practicarlo a la manera de cada quien. Los resentimientos, las recriminaciones permanentes, las inconformidades producen constante desgaste en las relaciones y generan tristeza, frustración y depresión. Cuando se hacen presentes, nunca suma, solo restan afecto, y van mermando el sentimiento de amar, endurecen el corazón, lo consumen y ahogan poco a poco, hasta asfixiarlo.
El amor verdadero es algo muy difícil de lograr en nuestra sociedad por el nivel de ignorancia que existe y el interés solo en lo material, temporal.
Nota:
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