Perdonar a los demás.
Félix Jelinek Maldonado.
25-8-2008.

Además de procurar el Perdón de nuestros  propios pecados, debemos estar dispuestos a perdonar a los demás.  Parece algo muy difícil, pero es una maravillosa oportunidad para practicar la humildad y la mansedumbre.

El SEÑOR DIJO: Debéis perdonaros los unos a los otros, pues el que no perdona las ofensas de su hermano, queda condenado ante el Señor, porque en el permanece el mayor pecado. YO EL SEÑORperdonaré a quien sea mi voluntad perdonar, mas a vosotros os he requerido perdonar a todos los hombres. (D. C. 64:9-10)

En las circunstancias cotidianas de la vida, seguramente seremos ofendidos por otras personas, a veces sin querer y a veces intencionalmente. Es fácil  volverse amargado, enojado  o querer   venganza en esas situaciones. Pues esa no es la manera del SEÑOR.

El enseño:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a  los que aborrecen, y orad  por los que os ultrajan y os persiguen Mateo 5:44.

 Dio el ejemplo perfecto del perdón cuando estaba en la cruz. Refiriéndose a los soldados romanos que lo habían crucificado, rogó: 
Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen. Lucas 23:34.

Oremos pidiendo fuerzas para perdonar a los que nos hayan hecho daño. Abandonemos los sentimientos de enojo, amargura y venganza. Busquemos en los demás lo positivo, en lugar de concentrarnos en sus faltas y magnificar sus debilidades. Permitamos que DIOS sea el juez de los hechos dañinos de otras personas.

Tal vez sea difícil olvidar los sentimientos heridos, pero podemos lograrlo con la ayuda del SEÑOR. Nos daremos   cuenta de que el PERDÓN sana heridas terribles y reemplaza el veneno de la contención y el odio con la paz y el amor  que solo DIOS puede dar.

Nota:
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