CAPITULO 7 y 8
7.1 SE AGUDIZA LA AVENTURA Y LOS RIESGOS.
Entro ahora, en una etapa del libro difícil, por su contenido. No pretendo que el relato se entienda, como una critica, resentimiento o venganza. Por el contrario, lo hago para que nunca más pase algo similar o peor, con ningún miembro o familia. Mi sincero deseo es que la iglesia realmente pueda cumplir la verdadera misión, que predicamos, que es la de ayudar a lograr la felicidad y la vida eterna del hombre. Que la verdad se sepa, se revise, se repare y se tomen los correctivos necesarios. Esa es mi verdadera aspiración.
Comienzo narrando, la parte oculta del comportamiento de algunos líderes, que debido a que actuaron ó siguen actuando de manera indigna, impropia, pecaminosa y contraria a lo que se predica. No actuaron en defensa del evangelio, de la rectitud y la integridad que nos exige Jesucristo sino en su propio beneficio. Dado a que agote todas las instancias, no me queda otro camino, que hacer público los hechos, para que sean del conocimiento de todo el liderazgo de la Iglesia y procedan de la manera como debieron hacerlo hace diez años. El procedimiento de verificación es sencillo. Solo se debe comprobar la verdad documentada por las dos partes y no por solo una y dársela a quien la tiene. Esto sería un juicio justo. Este es el conflicto mayor que existe en la iglesia de Jesucristo, generado por la conducta de los hombres con sacerdocio, la cual en la práctica, dentro de la Iglesia, es conocida como el uso de "los dos sombreros". Consiste esta practica, entre chistes y realidades, cuando los sacerdotes cumplen dos funciones ó trabajos distintos, dentro de la organización, bien sea esta ministrativa. Un trabajo de tipo eclesiástico, de carácter voluntario, sin remuneración de ningún tipo, que se califica de eclesiástico. Administrativa la que cumple el mismo líder, pero que es contratado para ejercer un trabajo especifico, profesional ó no, por lo cual recibe un salario y demás beneficios, que acuerda la ley del país en el cual trabaje. A este trabajo se le califica temporal. Esta práctica por algunos, sobre el uso de los dos sombreros, es utilizada, algunas veces por algunos líderes, cuando tienen que tomar decisiones, donde entran en conflicto ó deben ser consideradas las dos posiciones que tienden a ser separadas. Esto quiere decir, que de acuerdo al momento y el trabajo que realizábamos, deberíamos intercambiar los sombreros. Si ello me puede afectar en mi cargo temporal, ingresos y beneficios (sombrero administrativo), algunos dejan prevalecer este sombrero, quitándose el ministrativo. A esto se le llama conflicto de interés. Por lo tanto, se cambia el sombrero en función de la conveniencia personal o de la institución. Esto se refiere a la comodidad u utilidad, que se recibe a cambio de una determinada acción. La iglesia como institución de carácter divino y sagrado, no debe recibir beneficio u utilidad alguna, en desmedro de otro o sacrificando sus principios. Nunca estuve de acuerdo con esta práctica y así lo exprese en algunas oportunidades delante de importantes autoridades que hacían mención a ello. Sobre todos aquellos relacionados con la parte de accesoria legal. Más adelante se observara con absoluta claridad, como prevaleció en sombrero administrativo, en el caso de la familia Jelinek.
7.2. Supervisor de bienes raíces. 1983.
Fui contratado para llevar adelante el trabajo de buscar, encontrar, evaluar, seleccionar y tasar terrenos en todo el país de acuerdo a un plan maestro donde se señalaban las necesidades eclesiásticas en las diferentes unidades. Previamente y de acuerdo a ciertos requisitos de crecimiento y fidelidad, que se determinaba mediante el cálculo de fríos números, estadísticos, las unidades eran calificadas, para optar a una facilidad física adecuada a sus necesidades. Las propuestas eran analizadas tanto en la región como en el área temporal y se enviaban a Salt Lake City, para su aprobación definitiva, posterior compra y construcción de algún modelo y tamaño de capilla.
Conocí al Hermano Derrall Adams ya mencionado, que realizaba el trabajo de manera Free lance. El Hno. Adam se convirtió en un excelente instructor, al enseñarme y capacitarme en una actividad nueva para mí. Luego Adams trabajó conmigo en la presidencia y en el Sumo Consejo de la Estaca Caracas, antes de regresar a Usa-California con su joven y bella esposa en 1984.
Organicé el departamento de bienes raíces cumpliendo básicamente con el motivo de mi contratación y procedí lleno de optimismo y gozo, a cumplir de la mejor manera con mis nuevas responsabilidades. Nuestros ingresos equivalentes en dólares, se habían reducido de manera notable, producto del nuevo cambio de la moneda. El salario que percibía equivalente a $ 900 al mes como empleado de la Iglesia, al cambiarlos a bolívares, significaba una reducción muy importante, en relación a lo que devengaba como director y gerente de nuestras empresas. Ello nos obligo a ajustar de manera muy importante nuestro presupuesto familiar de acuerdo a nuestra nueva realidad. Con mucha frecuencia teníamos que hacer retiros de nuestros ahorros, cambiando dólares a bolívares, para tapar el déficit, tal y como me lo había alertado Marisa. Pero estaba seguro que el sacrificio valía la pena, al trabajar en la obra más maravillosa que puede existir. "Ayudar a construir el reino de Dios sobre la tierra, para lograr una sociedad justa, donde el amor al prójimo, deje de ser un mandamiento y se convierta en una practica libre y sincera". Un gobierno basado en una teocracia, donde el hombre reconozca y acepte a Dios, por su infinito conocimiento, pero que a la vez tenga libertad de pensar y actuar de acuerdo a su conciencia espiritual y no solo la memoria estimulada orgánicamente. Este sistema de gobierno en plena libertad, seguirá siendo la mejor alternativa, para que la humanidad pueda ser gobernada, mediante principios edificantes, iguales para todos, que nos eleven y saquen de la ignorancia, llevándonos a otros niveles espirituales, para continuar progresando dentro del marco de las leyes de Dios el Padre. Para mí, este era el ideal perfecto y trabajaba mentalizado que grano a grano, minuto a minuto, podíamos avanzar en ese digno propósito, fijando las bases para la segunda venida de Jesucristo, en este milenio.
Mi familia me seguía fielmente en este proceso, que algunos consideraban descabellado, ingenuo y hasta tonto. Ahora viajaba permanentemente por avión y carreteras, levantándome muy de madrugada, buscando terrenos para construir capillas. También, servia como líder eclesiástico, vivía el evangelio y lo predicaba, ayudando a mis hermanos a encontrar el camino de Cristo, como la vía correcta para llegar a ser felices y mejores personas. Me gustaba mucho compartir este mensaje, y el conocimiento que había logrado, con los investigadores, hermanos y con otros líderes de gran espiritualidad y conocimiento. Trabajaba siete días al mes en la obra del Señor y no renegaba de ello, aunque como humano sentía la presión del entorno familiar. Era para mí lo más importante que podía habernos sucedido, sobre todo cuando recordaba aquella profunda crisis de soledad y vacío espiritual, que casi me llevaron al suicidio, poco antes de conocer la Iglesia.
7.3 Recibo oficio de Sumo Sacerdote:
Tan pronto llegué a Caracas, el presidente de la única Estaca que existía en la ciudad, Hno. Gonzalo Peña, profesor de música muy exitoso, me citó para una entrevista. Pensé que seguramente el Presidente, trataría de evaluar, mi condición espiritual, testimonio y dignidad, para conferirme el oficio de Sumo sacerdote, que por haber trabajado solo en misiones, no me había sido conferido. Así fue. Me fue conferido de sus propias manos, el 14 de Agosto de 1983. Tres meses después de mi retorno a Caracas. Fue maravilloso conocer en ese momento, como el oficio y la autoridad que recibía del Presidente Peña, era producto de una cadena de conferimientos, que comenzaba cuando los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, fueron ordenados sacerdotes por el Señor Jesucristo, en la iglesia original, lo cual encontramos en Juan 15:16. Luego José Smith y Oliverio Cowdery reciben la autoridad de las manos de estos tres apóstoles en 1829, cuando la iglesia es restaurada. Estos a su vez la entregan a los tres testigos Oliver Cowdery, David Whitmer y Martín Harris, quienes a su vez le entregaron la autoridad a Bringhan Young. Este a su vez a George Cannon, este a Heber J. Grant, este a Harold B. Lee, este a Bruce Redd Mc Conkie y este finalmente a Gonzalo Peña el 15 de Mayo de 1977, quien a su vez impuso sus manos sobre mí cabeza. La palabra AUTORIDAD es algo que debe ser escudriñada y revisada su aplicación actual en la iglesia, por las Autoridades Generales, luego que conozcan la verdad de los hechos en el caso Félix Jelinek. Por lo que se, la palabra autoridad, en la Iglesia, se refiere a la delegación de poder y facultades con las cuales se enviste a una persona, para que actué en el sagrado nombre de Dios el Padre y de su hijo Jesucristo, en la ministración de sus asuntos en la tierra. Hago especial énfasis en la palabra ministración y no administración. La primera esta directamente asociada con el bienestar de las personas y la segunda, con el manejo de los asuntos temporales. Por lo tanto, lo que el Señor desea y es su máxima prioridad, es que sus líderes se ocupen de la parte espiritual de las personas y mucho menos de las finanzas, su destino, políticas, normas, procedimientos, contratos mercantiles, legales, capillas, planos etc. etc. Todo esto es un trabajo importante, dada nuestra condición natural, para poder cumplir con las leyes de cada país, llevar los controles administrativos necesarios y adecuar los espacios y lugares a las necesidades de la gente y el crecimiento de la organización. Pero es obvio, que estos valores temporales y circunstanciales, privaron sobre la verdadera misión y visión que tiene la Iglesia de Jesucristo. Queda plenamente demostrado este hecho, en la manera como se manejo, el caso de la familia Jelinek, cuando se logro solo el beneficio de la institución o iglesia, en desmedro, menoscabo o deterioro de la otra parte. El verdadero amor, y la justicia, nunca regatea ó toma la parte de otro y mucho menos la verdad, puede ser desconocida o fragmentada por quien dice no solo representarla, sino de tenerla como joya preciosa de gran valor, como se canta en los himnos de la iglesia.
7.4 Mi línea de autoridad como Sumo sacerdote.
Luego de recibir el sacerdocio mayor, fui presentado y sostenido por la congregación, donde asistieron unas 1.000 personas como miembro del Sumo Consejo de la Estaca Caracas. Luego fui apartado en una ceremonia privada por el Presidente Peña y sus consejeros. Como miembro del sumo consejo, trabajé con un buen hermano también norteamericano, muy dedicado de apellido Jhon Harris, del cual aprendí mucho, al ser parte de uno de los dos comités del Sacerdocio, que conformaban en el Sumo Consejo de la estaca.
LINEA DE AUTORIDAD.
CAPITULO 8.
Reorganización Estaca Caracas.
Para el 22 de Abril de 1984, se había anunciado una conferencia en la Estaca Caracas, con la visita de una Autoridad General el Elder Thomas Fyans. En la tarde del día anterior a la conferencia, recibí una llamada en casa, donde se me invitaba a asistir a una entrevista con mi esposa y la autoridad visitante. Puntualmente asistimos y fuimos entrevistados. El Elder Fyans.
Era un líder que proyectaba un espíritu muy delicado y amoroso. Su trato era suave, calmado y muy claro en la manera de expresarse. El, nos informo, que la Presidencia de la Estaca seria reorganizada. La entrevista fue repito, muy espiritual. Una de esas entrevistas que dejan profunda huella y que nunca se olvidan, pues esta Autoridad General, además trasmitía una profunda paz y mucho conocimiento de su trabajo y de las escrituras. Nos despedimos cordialmente y regrese a casa con mí esposa, contenta por esta entrevista tan especial.
Fuimos nuevamente invitados en horas de la tarde del sábado telefónicamente a una segunda entrevista con mi esposa y el Elder Fyan. La autoridad visitante, nos esperaba con una sonrisa en sus labios, en la oficina de la Presidencia de la Estaca. Luego de realizar la oración siempre necesaria, cuando se trata de manejar asuntos del reino de Dios, me notifico, que el Señor deseaba, que fuera llamado como el nuevo Presidente de la Estaca Caracas. Me preguntó ¿si aceptaba? Me quede perplejo y muy sorprendido, no sabia que decir, todavía no tenia el año en Caracas. La iglesia había crecido mucho, desde que había salido de esta ciudad hacia el interior, cuando tan solo era una misión. Era un verdadero desconocido entre los miembros de la Iglesia en Caracas, que para ese entonces llegarían a 3.000 o 4.000 miembros. Con lágrimas en los ojos le dije: -Elder, debe haber alguien con más méritos y más conocido que Yo en esta ciudad. No Soy un hombre que trasmita como usted tanto amor y paz, por el contrario, agregue, tengo fama de ser duro, fuerte y muy exigente… El Elder Fyan me escuchó y con su pausada voz me contesto; -Hno. Jelinek no Soy Yo quien lo llama, es el Señor. Solo Soy un intermediario, un instrumento en sus manos para realizar el trabajo, que el espera que hagamos. Usted debe decidir ahora si acepta el llamamiento-. Ante mi desconcierto y silencio, repitió, una vez más, hermano Jelinek ¿Todo está bien con usted? ¿Acepta el llamamiento? Mi respuesta fue Si Elder, tratare de hacer mi trabajo para no defraudar la confianza que nuevamente el Señor ponía en mis manos. Luego el Elder Fyan agrego: -El Señor requiere de la ayuda de los hombres en la tierra según sus talentos y en el momento que estos le son requeridos para manejar sus asuntos, usted debe tener el talento que se necesita en este momento, para reorganizar, dirigir y presidir esta Estaca-.
Esta fue la primera vez que entendí claramente, que el Señor nos permite desarrollar nuestras habilidades naturales o talentos, para realizar una actividad o trabajo, entregándonos oportunidades de servirle a través de los llamamientos. Estas oportunidades a su vez nos ayudan a crecer y ganar experiencias. Continuo la entrevista y me dijo, -piense Presidente en quienes podrían ser sus consejeros para entrevistarlos ahora mismo-. Apenas conocía algunos hermanos, así que decidimos escoger entre quienes habían sido entrevistados por la Autoridad General.
8.1. Llamado sostenido y apartado, como Presidente de la Estacas Caracas.
Al día siguiente, un domingo del mes de abril, muy temprano en la mañana, luego de las entrevistas de rigor que estaban programadas, nos reunimos, con el Elder Thomas Fyans y hablamos sobre nuestros sentimientos espirituales, sobre algunos nombres de los hermanos entrevistados que podían ser los consejeros de la nueva Presidencia de la Estaca. Nuevamente fueron entrevistados dos de ellos bajo oración y finalmente la nueva Presidencia de la Estaca Caracas estaba conformada bajo la dirección del Elder Thomas Fyan. A las 10 a.m. comenzaba la conferencia de la estaca y el salón de la capilla de Campo Alegre estaba totalmente lleno. Calculamos que había más de 1.000 personas. Tomando la palabra, el Elder Fyan, luego de la oración de apertura de la conferencia, y cantar uno de los habituales himnos, para ponernos todos, a tono con el espíritu necesario y abrir la conferencia, anunció los relevos de las autoridades y solicitó, el voto de agradecimiento de la congregación, para todos los que eran relevados de sus llamamientos. Seguidamente propuso el sostenimiento de la nueva Presidencia de la Estaca. Las manos se levantaron unánimemente. Una vez más recibía el apoyo y era sostenido por los miembros. Cuando fui invitado a ofrecer mí testimonio, y agradecimiento ante la congregación, por este nuevo llamamiento tan importante, que recibía con mucha sorpresa, recuerdo que dije: – No se porque el Señor me había llamado a ese cargo tan importante, siendo un desconocido prácticamente en la estaca… -Agregué que con toda seguridad, existían otros buenos hermanos con más méritos y que aceptaba el llamamiento con agradecimiento. Ofrecí mi testimonio de la veracidad de la iglesia y del libro de mormón. Expresé que era una persona, que me faltaba la manera de expresar mi amor, aun entre mi familia. Que era de muy poco dado a mostrar mis sentimientos y afectos. Que trataría de ser justo, responsable y honesto en mis actividades como presidente. Finalicé diciendo: -me gusta el orden, la disciplina, el trabajo la honestidad ante todo, y cumplir las metas acordadas-. Me presenté ante la congregación como un líder que daba inicio a su primera actividad como presidente de la Estaca amonestando sin saber por que lo hacia.
Al terminar la conferencia, un hermano me espera frente al pulpito entre los hermanos que se acercaban para conocerme y otros para felicitarme. Se me acerco y me dijo: -Presidente le regalo este vídeo con su mensaje en la conferencia-. Luego se me acerco otro hermano mayor de edad con su esposa y me dijo, que estaban inactivos de la iglesia, que había sido un empleado del PBO en Caracas y curiosamente había sido despedido por denunciar un hecho de corrupción que no fue esclarecido. Esta fue la primera campanada que recibí con apenas meses de haber ingresado en las oficinas. Me dijo: -Presidente hemos esperado este momento, mi esposa y Yo ansiosamente. Deseamos una entrevista con usted ahora mismo, si le es posible-. No recuerdo si esa misma noche luego de ser apartado por el elder Fyans ó al día siguiente, recibí al Hno., con su esposa. Fui informado de su lamentable caso, que había concluido con una acción injusta en contra de su persona. Por informar un hecho de corrupción me dijo, con lágrimas en los ojos, fui despedido. Ambos se activaron nuevamente y comenzaron a trabajar de nuevo en la obra. El mensaje grabado en esa conferencia aún lo conservo.
Programa de reunión y publicación en prensa USA.
Tuve muy poco tiempo como presidente de la Estaca Caracas. Sin duda, fui llamado para reorganizarla. El Señor me utilizo como su instrumento para corregir algunas actividades ajenas al evangelio y ayudar a otros hermanos a encontrar y lograr el camino a su arrepentimiento. Recordar esto parece innecesario, pero tiene mucho que ver con el uso de mi talento y características de conducta que también desempeñe, como empleado en las oficinas de la Iglesia. Pienso que también fui colocado allí, para alertar sobre la necesidad de limpiar el vaso por dentro. El mensaje fue claro, cuando el mismo día de mi llamamiento como Presidente de la Estaca Caracas, se me acerco aquella pareja mayor. El llamamiento me brindaba cierta protección y blindaje, ante los hechos que se sucederían en las oficinas administrativas.
Al terminar la reunión el Elder Fyan me informó, que tenía que dar inicio a mi primer trabajo como Presidente. Me sugería convocar tribunales de amor, hoy llamados consejos disciplinarios, para restablecer el buen rumbo de la Estaca. En ese momento, entendí la razón por la cual había sido llamado. El Hno. Mark Payne, fue el secretario llamado por Dios para que nos ayudara en la nueva Presidencia, en ese difícil pero necesario trabajo. Pese a una grave enfermedad en su vista, que casi le impedía leer, el buen hermano Payne, realizó un trabajo muy dedicado y excelente como secretario de la estaca, procesando y recabando información, archivando y llenando informes estadísticos, y elaborando los informes de los consejos disciplinarios que íbamos efectuando, que eran enviados a Salt Lake City. Como Presidencia en la Estaca, realizamos algo más de veinte consejos disciplinarios, en poco más de un año. Recuerdo que cuando terminábamos con uno de los últimos consejos disciplinarios, le comente al Hno. Mark Payne: -siento, Mark, que pronto seremos relevados de nuestros llamamientos, nuestro trabajo ha terminado-. Mark me miro y no dijo nada, pero seguramente pensó: ¿Lo acaban de llamar y esta pensando que será relevado? Lo normal es que un Presidente de Estaca, permanezca en su cargo entre 5 y 6 años en su llamamiento. El buen hermano Mark, nunca se quejaba, pero sentía que le exigía demasiado. Pasaba mucho tiempo en la oficina de la estaca cumpliendo con su llamamiento de manera abnegada y era un fiel compañero durante muchas noches que nos quedábamos trabajando en la estaca, poniendo las cosas en orden. Mark sabía por su fuerte testimonio, que no trabajaba para mí, sino para nuestro Padre Celestial y su hijo Jesucristo. Ame mucho a este hermano abnegado, trabajador digno y de gran humildad.
Mi querido Mark en el lugar donde te encuentres, y si llegas a leer este relato, siento de corazón, haberte exigido tanto.
Continué hablando con Mark, y le dije: -el Señor requerirá de un hombre que trasmita el amor que Yo no sé expresar-. Así ocurrió, poco tiempo después fui relevado. Mark viajó con su esposa e hijos a USA donde seguramente vive, pues nunca mas supe de el y su familia. En mi reemplazo, el Señor llamó a un joven muy amoroso y cariñoso que venía de ser obispo. Su nombre Jorge Chacón. Ingeniero en sistemas, graduado en la Universidad de Bringan Young en Provo-Utah, con honores Cum Laudem. Jorge también ingreso a las oficinas a su regreso de Utah, como supervisor de operaciones y mantenimiento.
Siendo Yo un desconocido para la mayoría de los miembros de la Estaca Caracas, el buen Hermano Alejandro Portal, el mismo que me había dado aquel sabio consejo en 1974, del que hable en mis inicios, me recomendó emitir unos volantes, donde informara a los miembros quien era Yo, de donde venia, que había hecho etc. etc. Así lo hice inmediatamente. De esta manera los miembros tendrían conocimiento del nuevo líder llamado, a quien la gran mayoría desconocía por completo, pero que habían apoyado, sosteniendo su mano derecha en alto, el día de la conferencia.
8.2. Consejero y sensor espiritual. Steve Gulbransen.
Conociendo el Señor de mi poca experiencia para ese importante llamamiento y la difícil tarea que tenía por delante, puso en mi camino, al muy poco tiempo a Steve Gulbransen. Trabajé con consejeros extraordinarios, muy espirituales y fieles a la obra del Señor, como Horacio Nieto argentino y Jesús López, venezolano. Pero Steve Gulbransen, de origen Norteamericano, que trabajaba en Venezuela como director ejecutivo de un importante banco mundial, era un hombre realmente muy especial. Lo llamaba, nuestro sensor espiritual en las reuniones de Presidencia. Este hermano, realmente era un hombre de mucha experiencia, conocimiento, pureza y ternura espiritual. Sus ojos azules reflejaban su transparencia, calidad humana y su amor por las cosas de Dios. Steve era un verdadero santo (seguidor) ó discípulo de Cristo. Cuando nos hablaba y daba algún pensamiento espiritual que le asignábamos antes de comenzar alguna reunión de trabajo, su amor, ternura, y pensamientos espirituales que preparaba, fortalecía nuestros espíritus. Cuándo me tocaba realizar las oraciones para buscar la guía de Dios y tomar decisiones, antes de someter el asunto a la consideración de los miembros de la Presidencia, le preguntaba a Steve ¿Presidente Gulbransen que siente? Y el, algunas veces en momentos difíciles, con lágrimas en los ojos, y mucho sentimiento, nos expresaba lo que pensaba. Por lo general tuve la suerte de contar con consejeros muy inspirados, cuyos consejos siempre eran los más acertados. Tuvimos maravillosas experiencias en la Presidencia de la Estaca, pero recuerdo una en especial, poco antes de marcharse Steve a Inglaterra, transferido por el Bank of América. Se trataba de una reunión donde analizábamos la situación de un hermano que había transgredido severamente. Por las pruebas presentadas y los informes que habíamos recibido, como Presidencia, la falta cometida era grave y muy evidente. No solo lo afectaba a el como miembro y persona, sino también seriamente a su familia. No me gustaban los tribunales llamados de amor. Sentía de manera muy personal, que de alguna manera nos entrometíamos en la vida privada de las personas, que eran tan iguales que nosotros. Tiempo después fui capacitado, sobre el nuevo nombre dado a esos tribunales, que pasaron a ser consejos disciplinarios. Me sentía mas cómodo con esa denominación, que implicaba la necesidad de mantener el orden y la disciplina en la iglesia, ayudando a los hermanos que faltasen a buscar y lograr su arrepentimiento, tratando de ser justos y misericordiosos, ante la debilidad de uno de nuestros hermanos. Las sanciones se mantenían, como consecuencia a la falta a la moral y a los principios del evangelio. Pero deberían ser aplicadas en casos extremos muy bien tipificados. Me deje llevar, reconozco por mis sentimientos, como hombre natural, pues conocía a la esposa e hijos, del hermano convocado al tribunal de amor. Antes de reunirnos para tratar como Presidencia el caso, ya tenía formulada equivocadamente en mi mente una decisión. Esta actitud era sin lugar a dudas errada, pero sentía que ese hermano, le había fallado a su esposa e hijos y mis sentimientos se orientaban mas hacia la disciplina y la sanción, que llevarlo a lograr su arrepentimiento sincero. Nos retiramos a orar a nuestra oficina en la Estaca, luego de reunirnos con el Sumo Consejo, el cual estaba conformado por doce hermanos. Nos arrodillamos como Presidencia para orar, como siempre lo hacíamos, para lograr la guía del espíritu, ante ese hecho que realmente me molestaba en lo personal. Indique a mis consejeros que haría la primera oración. Al concluir, continuaba el juicio que tenia en mi mente. Conociendo de la gran importancia que tienen los consejeros en el manejo de los asuntos de Dios, pero principalmente en consejos disciplinarios, miré a Steve y le pregunte: Presidente Gulbransem ¿Cuál es su sentimiento, que piensa? El buen y muy espiritual consejero, me dijo lo opuesto a lo que Yo sentía y pensaba. De inmediato le formule la misma pregunta al otro consejero, que creo recordar era el hermano Jesús López y este confirmo lo expresado por Steve. Me sentí mal conmigo, ambos tenían sentimientos iguales, pero diferentes al mio, así que sin ninguna duda, no estaba en sintonía con el espíritu y tampoco con mis buenos consejeros que respetaba y apreciaba. Mi espíritu estaba privando sobre la inspiración que nos ofrece el espíritu del Señor, que dejaba de lado. Sin mediar más palabras, y aceptando internamente que tenía un problema, optamos por regresar al salón dónde estaba reunido el Sumo Consejo a la espera de la decisión de la Presidencia. Solicité continuar con los análisis del caso. Para mi sorpresa, había un sumo sacerdote que tenía algunas observaciones y comentarios importantes que no habían sido tratados y nos alertaba de la posible decisión de tomar una medida muy severa. Finalmente Gulbransen tenía razón, mí sensor espiritual mí buen consejero, me había salvado de cometer un grave error, al dejarme llevar por mis sentimientos. Recordé cuando me bauticé, las palabras del misionero que me confirmó como miembro de la Iglesia. Había dicho -recibí el Espíritu Santo para que sea tu compañero y tu guía, permanente-. Es él quien nos ayuda e inspira, sobre todo en los asuntos espirituales, pero especialmente cuando trabajamos para el Señor. De allí la importancia de tener dignidad, la humildad necesaria y buenos consejeros, para tratar de tomar decisiones justas, correctas y sabias. Aquella enseñanza ó bendición que decía "y recibe el influjo del Espíritu Santo" es real. Solo que debemos tener la disposición y las condiciones necesarias, que permitan se manifieste dentro de nosotros la voluntad de Dios.
Gracias Steve, en el lugar donde te encuentres, te recuerdo mucho y me hiciste mucha falta. Sobre todo, estos años de crisis y soledad extrema a la cual he sido sometido. Se que será muy doloroso para ti conocer todo lo que he pasado.
La partida de Steve otro misionero regresado, casado y con una bella familia, me afecto mucho. Me sentí solo, muy desanimado, y abrumado por los problemas que íbamos encontrando en la Estaca. De la misma manera como me sentí cuando mis misioneros Chever y Hard, se despidieron de mí. Pero esta es la realidad de la iglesia. Formamos buenos equipos, nos compenetramos, nos hacemos buenos amigos y de pronto, tomamos rumbos diferentes. También debo disculparme ante Steve, y su bella esposa e hijos, por las muchas horas y exigencias de visitar ramas y barrios, apartándolo los domingos de su compañía y la de sus pequeños hijos. Steve al igual que Mark, nunca se quejaba, obedecía con humildad, pero podía sentir que a veces tenía mucha presión sobre sus hombros. Steve también sabia con absoluta claridad, que el no trabajaba para mi, sino para nuestro Padre Celestial y Jesucristo.
En una de mis cartas dirigida a una Autoridad General de la Iglesia en SLC-Utah años después en medio de la profunda crisis en la cual vivíamos con mi familia, generada dentro de la propia iglesia, exprese que, me sentía como el soldado abandonado ante el enemigo en el frente de batalla por sus superiores. Como respuesta recibí una carta muy especial, donde esa autoridad y líder, me decía, que podía comprender todo lo que estaba pasando, que me apoyaba, pero que no podía hacer nada, dado a que no tenía la autoridad o mayordomía para hacerlo. Agregaba que de interceder por mí, probablemente se ganaría una amonestación de su líder inmediato. Sobre este hecho he reflexionado mucho, me toco muchas veces hablar del orden en la Iglesia, de la línea de autoridad y lo que se conoce como llaves y mayordomías que tiene cada llamamiento. Pienso ahora, fuera de la burbuja protectora llena de buenos conceptos, que de buena fe oxigenan nuestro entorno, puedo apreciar, que muchas veces, somos nosotros mismos los que anudamos nuestra propia cuerda, que en un determinado momento nos impide actuar con libertad. Con frecuencia asumimos posiciones considerando que los de fuera de la burbuja están equivocados y nosotros somos los puros de corazón. Que ante hechos evidentes, presumimos a ultranza la pureza del liderazgo inmaculado y confiamos ciegamente en sus actuaciones. No se trata de desconfiar o vivir en permanente duda. El exceso de confianza en que todo esta bien en Sion, nos aísla del mundo y nos impide muchas veces percibir la realidad y la verdad que exista en torno a ella... La autoridad tal y como la asumimos en el sacerdocio, puede ser mal entendida. Existen dos sacerdocios en la Iglesia, uno mayor y otro menor En mi opinión y dada mi experiencia, existen tres tipos. 1. El que es llamado por alguien digno que tiene la autoridad para serlo y actúa con dignidad, consultando al Señor y espera, antes de actuar, recibir la inspiración a través del Espíritu Santo, antes de ejercer su sacerdocio. 2. El que habiendo recibido el sacerdocio y teniendo la autoridad, actúa de manera digna, pero sin orar, consultar, presentar nombres ó situaciones y mucho menos toma en cuenta los sentimientos de sus consejeros si los tiene. Este es el sacerdocio que podría llamarse ejecutivo. Considera que tiene el llamamiento, la autoridad y la compañía permanente del Espíritu Santo a su servicio, que lo apoya e inspira en todo, sin necesidad de invocar el nombre de Dios. Considera además que esta libre de la contaminación del mundo, y por lo tanto su dignidad es permanente y a toda prueba. Sus actuaciones tienen validez, pero no son inspiradas y sus posibilidades de equivocarse en sus actuaciones ó en llamar a otras personas a cargos dentro de la Iglesia son numerosas. 3. Este es el sacerdote, que habiendo recibido la autoridad de manera legitima e inspirada, por otro sacerdote, la ha perdido delante de Dios, al entrar en iniquidad, trasgresión, haber actuado de manera contraría al evangelio, no tomando en cuenta la inspiración de Dios que ha perdido. Su actuación puede ser desvastadota para la espiritualidad que debe permanecer en los asuntos de Dios. Lamentablemente entre los tipos 2 y 3, están las mayores actuaciones del sacerdocio en la iglesia de Jesucristo. La calidad en cuanto a la cantidad de sacerdotes que tiene la iglesia hoy, no es la misma que antes. Nuestro sistema de vida, el orgullo, la soberbia, la sobre vivencia laboral, las altas exigencias con nuestro tiempo, la agitada vida social, los viajes, los medios de comunicación, la facilidad tecnológica, las innovaciones y transformaciones, la comodidad, el confort de todo lo que nos rodea, el consumismo, todo ello más otras cosas mundanas, han incidido para que la palabra sacerdocio de Dios, este contaminado, no se ajuste en una buena parte a lo que realmente debe ser la autoridad de Dios delegada en los hombres, para ministrar su reino en la tierra. Pareciera que prevalece la autoridad del hombre entregada a otro hombre, para administrar los asuntos de los hombres y su sociedad, de acuerdo a su conveniencia ó intereses personales. De mantenerse preservada la calidad en cuanto a la dignidad del sacerdote y la necesidad de consultar y recibir la inspiración necesaria, que deben esperar recibir todos los poseedores del sacerdocio o al menos la inmensa mayoría, la espiritualidad en la iglesia se vería en muchas mas acciones de tipo espiritual, orientadas al servicio y se reflejaría mucho mas que las llamativas facilidades físicas, incluyendo los templos o casa de Dios.
Todos somos hermanos e hijos de Dios, entonces lo que pase con mi hermano y más aun dentro de la iglesia, no puede ser problema tan solo de otro. Si este no actúa, otro debe hacerlo y si este tampoco actúa, otro debe hacerlo, hasta que llegue a las autoridades generales de la Iglesia. Si tampoco estas actúan, entonces algo muy serio esta pasando a los niveles altos de la organización. Para salvar a alguien en peligro de muerte, por un incendio se deben llamar a los bomberos, si estos están cerca, pero si no lo están ó estándolo no actúan, no se requiere de la autoridad de nadie, para salvar a esa persona ó familia en peligro de muerte. Lo demás que se quiera justificar es simple burocracia administrativa. En nuestros casos fueron muchas las solicitudes de ayuda, siguiendo las "políticas, normas y procedimientos" para encontrar una solución espiritual digna y justa a nuestro caso. Sencillamente todas fracasaron hasta hoy. Aunque se trate de justificar, la no actuación oportuna, se alegue el estar sumergidos en el trabajo, la avanzada edad de algunos lideres limite ver la claridad del camino, o los halagos y buenos informes, hagan sentir que todo esta bien en Sión, estamos obligados a acudir en el auxilio de nuestros hermanos. La verdad, la justicia y el oportuno auxilio, jamás deben ser abandonados, ocultados y mucho menos reemplazados por dinero. El verdadero sacerdocio de Dios debe estar siempre vigilante, que este se mantenga en lo posible, fuera de la contaminación y la influencia del mundo. Este es un verdadero reto permanente, donde los escenarios de nuestras mentes se ven permanentemente invadidos por publicidades que nos incitan al consumismo, el juego, la distracción, al conocer y querer tener la nueva tecnología.
Continué con mi trabajo tanto eclesiástico como temporal a tiempo completo. Poco a poco fui consolidando mi liderazgo ante mis hermanos en Caracas, dando el ejemplo y trabajando incansablemente con todos los otros lideres por construir la obra de Dios.
Me disculpo ante aquel maravilloso equipo que conformaba la Presidencia de la Estaca, el sumo consejo y los Obispos para aquel entonces, por el exigente compromiso que implante, para dar cumplimiento a nuestras metas y deberes eclesiásticos. Siempre enseñe, que si aceptábamos un llamamiento, aceptábamos realizar todo el trabajo que ello implicaba, sin dar excusas.
Grupo sacerdotes stka Caracas.
Me preocupaba el hecho, de que planificábamos el trabajo, delegábamos, y entregábamos asignaciones y algunos hermanos justificaban el no haberlas podido cumplir. Eso exigía aun mas trabajo, para los que si estaban siempre dispuestos a trabajar, a recorrer la segunda milla con frecuencia. Recuerdo un sueño que tuve, luego de la partida de Steve Gulbransen a USA.
8.3. Sueño con el Presidente y Profeta Spencer W. Kimball.
Siendo Pte. de STK, Soñé que había viajado a una conferencia general en SLC en el mes de Abril. Me encontraba en las afueras del tabernáculo, rodeado de mucha gente, como es la costumbre, esperando se abrieran las puertas, para entrar y tomar los asientos, de acuerdo al orden establecido, con la guía de los correspondientes acomodadores. De repente en el sueño, Soy llamado por una persona que se identifica como uno de ellos. Este me dice:
-Presidente Jelinek acompáñeme-. Abrió una de las enormes puertas del tabernáculo, e invitándome a entrar, me indico me sentara, justo en los asientos que se encontraban en el centro del inmenso e impresionante salón del Tabernáculo, tan imponente y lleno de historia. Obedecí, muy extrañado y le pregunte ¿y los demás hermanos no van a entrar? A lo cual contestó: -me indicaron que solo usted Presidente-. Me encontraba confundido y muy sorprendido. Veía hacia todos lados, esperando se abrieran las puertas del tabernáculo, para ver entrar a los hermanos que esperaban afuera. Esperé con gran impaciencia. Increíblemente no había absolutamente nadie, absolutamente nadie, dentro del tabernáculo. Tampoco había música del coro y los sillones ubicados en el estrado ó lugar donde se sientan las autoridades generales de la iglesia, permanecían vacíos. Las grandes puertas permanecían cerradas. Muy preocupado y a punto de buscar una de las puertas y salir, pues pensaba en el mismo sueño, que lo que ocurría no era posible y seguramente no era real, observé que se dirigía hacia donde estaba el micrófono en el pulpito, la figura pequeña, encorvada, muy anciana y cansada del profeta y presidente de la iglesia, el Elder Spencer W. Kimbal. Siempre sentí algo muy especial y mucho amor hacia ese extraordinario y muy humilde profeta. Lo recuerdo durante su visita a Caracas Venezuela, en Enero de 1975. Para ese entonces todavía Yo no tenia dos años de haber sido bautizado. El Presidente Kimball, nos visito si mal no recuerdo, acompañado de su inseparable esposa Camila. Las oraciones de esa conferencia estuvieron a cargo de dos pilares en el sacerdocio, a quienes admiraba y respetaba mucho. Rubén Darío Pacheco y Alejandro Portal Campos. Ambos marcaron profunda huella en mi vida y desarrollo dentro de la Iglesia. En esa maravillosa oportunidad, el Profeta, nos exhorto a hablar del evangelio restaurado y a realizar la obra misional de la mano con los misioneros de regla. Este profeta tan especial para mí, había superado graves enfermedades, había sido operado del corazón, y de la garganta. Su voz a consecuencia de ello, era ronca y profunda.
En mi sueño, Comenzó a hablar en medio de la soledad del tabernáculo, con su característica voz. Me sentía muy confundido. Pensaba: ¿como es posible que el Presidente me hable a mi solo?, ¿por qué no entran los demás hermanos? ¿Qué esta sucediendo? No entendía lo que el Presidente hablaba, tan solo lo observaba y escuchaba su voz. En medio de estas dudas y lleno de angustia, desperté del sueño. La interpretación que pude darle a esta experiencia, tenía que ver con la frustración que sentía como líder, de que algunos hermanos no cumplían con sus llamamientos, y ello me obligaba a exigirles más y más a quienes si lo hacían, para poder completar nuestras metas. Esta situación se había agravado, con la salida de Steve Gulbransen de la Estaca y de Venezuela, que siempre estaba como un motor encendido, listo para cumplir con algún trabajo o asignación extra. El sueño me indicaba claramente, que lo importante era, que como Presidente de la Estaca, hiciera mi parte del trabajo y siguiera el ejemplo del Presidente Kimbal, quien muy anciano, enfermo, por su avanzada edad y con grandes limitaciones para moverse y hablar, hacía su parte y asistía a las conferencias generales de la iglesia, aunque al final de su vida estaba imposibilitado de hablar a la congregación. Asistí a sus últimas conferencias, donde permanecía con la cabeza baja en silencio, durante toda la reunión. Pero verlo de lejos, era imponente ver aquella imagen de un hombre que había dedicado toda su vida al Señor trabajando incansablemente y con mucho sacrificio físico en su obra. Una vez viéndolo en ese estado, solo sentado y con la cabeza baja, reflexione: ¿Será que el Señor a través de la imagen de su profeta en silencio, quiere manifestarnos que no lo escuchamos, que estamos fallando y que no puede brindarnos nuevos conocimientos, porque no cumplimos ó actuamos como El espera de nosotros? Recordé la escritura en D.C. 105:5, que dice: y no se puede edificar a Sion sino de acuerdo con los principios de la ley del reino celestial; de otra manera, no puedo recibirla. Para que más revelación e inspiración al profeta, si las cosas que enseñaba ese extraordinario hombre y profeta tal vez no se estaban siguiendo…
En la iglesia hay mucho simbolismo y con mucha frecuencia debemos reflexionar sobre sus significados. Para mi lo que pasaba con ese extraordinario profeta, requería que todos los miembros y principalmente los líderes, meditáramos y reflexionáramos, viendo cada uno hacia adentro y no tan solo hacia fuera.
Continuando con el sueño, interprete que el profeta con su ejemplo, me enseñaba ante mi inconformidad que sentía en mi llamamiento, lo importante que era hacer el trabajo individual y predicarle o enseñarle a tan solo una persona . Sin duda ese era el mensaje que recibía una vez más a mis oraciones. Era muy bendecido, por recibir respuestas tan especiales y claras. Testifico de su veracidad de la manera más sincera.
Para ese entonces, la mayoría de los hermanos que trabajaban en las oficinas temporales, (PBO) eran miembros de la Estaca Caracas que presidía. Esto me permitía compartir diariamente con ellos, intercambiar opiniones, estudiar las escrituras juntos, participar en diferentes actividades de tipo espiritual. Por supuesto, dada mi doble condición de empleado y líder, algunos, me hacían preguntas sobre lo que era debido ó no en el manejo de los asuntos temporales, en los cuales participaban de manera directa o indirecta. Siempre traté de practicar lo que predicaba, y de ser honesto primero conmigo mismo. Esto lo aprendí de mi padre, por lo tanto no era difícil para mí, ejercitar lo que ya era una conducta heredada en nuestra familia.
Me comporté tratando siempre de permanecer digno y honesto. Me preocupaba el hecho de conocer por mi llamamiento, que en algunas actuaciones, no se vivían los principios que expresábamos en nuestros pensamientos espirituales y que algunos como líderes, predicábamos desde el púlpito en las capillas y luego nuestra conducta fuera diferente en las oficinas temporales. Alertaba en privado y en pensamientos espirituales cuando me tocaba darlos la necesidad de enseñar y compartir con mis compañeros de trabajo, nuestros sentimientos, del reto diario que teníamos de permanecer dignos, trabajar correctamente, dentro de los principios del evangelio, en una organización que generaba mucho trabajo con contratistas y se manejaba tanto dinero. Una vez escuche a un hermano en un mensaje espiritual en las oficinas, decir que Satanás, el espíritu que adversa el plan de Dios, trataría de realizar su trabajo dentro de la Iglesia de Jesucristo y no en otros lugares. Que su mayor esfuerzo sería en ella y no en otro lugar. Recuerdo un cuento, que escuche de un miembro que decía: "Una vez un miembro de la iglesia, con su familia, llego a un lejano pueblo manejando su vehículo, un día domingo. Al buscar la capilla para asistir a sus reuniones como era su costumbre, se detuvo a preguntarle a un hombre en la vía ¿dónde le quedaba la capilla mormona? Este gentilmente le señalo como llegar a ella. El miembro condujo su vehículo hasta el sitio señalado y encontró la capilla, pero en la puerta estaba un hombre que se identifico como Satanás. Nuestro miembro, ante tamaña sorpresa, dedujo que esa no podía ser la capilla de su Iglesia, y rápidamente regreso al lugar donde estaba quien le había señalado la dirección. Paró el vehículo y le dijo: -perdone señor, me dio la dirección equivocada, buscamos a la Iglesia de Jesucristo. El hombre nuevamente le dijo: "señor esa es la capilla" a lo cual contesto el miembro diciendo, ¡pero allí esta Satanás! Y el hombre le contesto ¿y donde cree usted que Satanás esta realizando su trabajo y mayor esfuerzo?
Paralela a la actividad eclesiástica, fuimos adquiriendo terrenos para construir capillas para hacer más cómodas las actividades de los miembros y ofrecerles facilidades físicas adecuadas según el crecimiento de la obra en cada zona o región del país. Por lo general visitábamos dos o tres lugares, seleccionábamos aquel que reuniera las mejores condiciones de conformación, ubicación y facilidad de transporte para los miembros y contratábamos las tasaciones correspondientes, para obtener el justo precio y entrar a negociar con el propietario.
Habían transcurridos solo dos años desde que había sido llamado como Presidente de la Estaca.
8.4 Relevo. Nuevo llamamiento, Representante Regional.
Una tarde recibí una llamada telefónica del Presidente del área cuyas oficinas estaban en Lima-Perú. Se trataba del Elder Burton Howard. Una autoridad general miembro del 1er quórum de los 70, al que casi no conocía y que tenía fama de ser un líder muy serio y con imagen de duro.
Elder Howard Autoridad Visitante.
Algunos lo semejaban al famoso actor Humprey Bogart sin el cigarrillo y el sombrero, por su puesto. Me dijo con voz fuerte y clara, pero con su estilo muy peculiar: -Presidente tengo dos noticias para Usted, una buena y la otra mala, ¿cual quiere que le diga primero? Muy sorprendido y algo preocupado de escuchar esa voz por primera vez, le dije: Presidente, dígame la mala primero. El, de inmediato me respondió: -lo vamos a relevar de su llamamiento como Presidente de la Estaca Caracas-. Enseguida pensé, tal vez, se me paso la mano, he sido muy duro como líder. Tantos consejos disciplinarios realizados en tan corto tiempo… Alguien debe haberse quejado a las autoridades…Todas imágenes tipo flash, que pasaron por mi mente ante su afirmación. Quedé en silencio y escuché su fuerte voz otra vez por teléfono, que me sacaba de esas dudas… ¿Esta allí todavía presidente? Y le contesté realmente preocupado: Sí Elder Howard. Me pregunto: ¿acepta el relevo? Y agregue: por supuesto, Presidente. De inmediato, me dijo nuevamente con su voz fuerte y clara: -Elder Jelinek ahora le daré la buena, ¿desea escucharla? Le dije: sí Presidente. Afine mi oído, concentre mi vista en un punto del escritorio y espere la noticia. Luego dijo: -el Señor lo ha llamado como Representante Regional en Venezuela, en reemplazo del Elder Portal Campos. ¿Qué dice pregunte? Quedé en silencio. Nuevamente me repitió la noticia. No podía creerlo. Escuché nuevamente la fuerte y muy directa voz del Elder Howard, cuando me volvió a preguntar ¿está allí presidente? Y le dije que si, preguntó ¿acepta? Y respondí que sí. Seguidamente me felicitó y me invitó a viajar a la conferencia general en Salt Lake City, para ser sostenido, apartado e instruido de mis nuevas responsabilidades. No podía realmente creerlo, sustituía al Elder Portal, uno de los hombres que más admiraba en la Iglesia en Venezuela, un verdadero líder que me había ayudado a crecer y ha resolver mis problemas familiares y que respetaba por su ejemplo y dedicación a la iglesia.
Fui oficialmente relevado como Presidente de la estaca Caracas, sostenido y apartado en mí nuevo llamamiento por el Elder Burton Howard, el 1 Abril de 1986 en la ciudad de Salt Lake City Utah.
Consideré que ese nuevo llamamiento aunque de mucha utilidad, ya que se trataba de capacitar de manera permanente a los lideres, sobre la doctrina restaurada, motivarlos, asesorarlos y velar porque se mantuviera el crecimiento de la Iglesia acorde a los principios de verdad y justicia en las unidades que tenia asignada y que para ese momento abarcaba a toda Venezuela, estaba acompañado de la oportunidad de recibir instrucción de autoridades con mucho conocimiento, lo cual me fascinaba, pero también pude darme cuenta por primera vez en la iglesia, de lo que era trabajar de manera solicitaría sin consejeros. Viajaba casi siempre solo, no tenía con quien conversar, compartir y retroalimentarme en cuanto a decisiones que aunque eran muy pocas, se realizaban previa asignación de la autoridad presidente, visitante o asignada. Realmente los Representantes Regionales en ese momento fungíamos como asistentes de las Presidencias de área por todo el mundo. Viajaba cumpliendo asignaciones de las autoridades generales o acompañándoles en su trabajo. Durante este llamamiento, les exprese a mis presidentes de área, mi opinión de la soledad de ese llamamiento, que aceptaba obedientemente. La responsabilidad de estudiar y estar preparado para capacitar a otros lideres, era mayor y debía estar siempre listo. Como Representante Regional, era, capacitado por Autoridades Generales. Eso me edificaba y hacia cada vez mas sólido mi testimonio de la veracidad de lo que predicábamos. Viajar con ellos era para mi una gran oportunidad de compartir doctrina, cambiar puntos de vista y darme cuenta, que las enseñanzas de Jesús eran tan perfectas, útiles y universales, que era muy difícil, terminar algún dialogo, donde quedaran diferencias o puntos de vista por resolver. Luego de ser instruido de manera directa, en conferencias o seminarios, instruíamos a los líderes locales, en especial a las presidencias de estacas.
Yo un simple miembro, que hacia unos 13 años no sabía nada de la Iglesia, que básicamente mis conocimientos religiosos se limitaban para 1973 a conocer el catecismo Católico, al cual le agradezco haberme dado a conocer a Jesucristo y su evangelio, en mi niñez, enseñaba y capacitaba a hermanos nacidos en la Iglesia, o con muchos más años en ella. Pero entendía plenamente, que esa era la forma como trabaja el Señor, en la edificación de su obra para nosotros. ¿Me preguntaba porque Yo? Luego aprendí en mis estudios, como trabaja el Señor para la edificación de su obra, que es para nuestro beneficio. D.C. 35:13,14. Por lo tanto llamo a lo débil del mundo, a aquellos que son indoctos y despreciados, para trillar a las naciones, por el poder de mi espíritu. Recordaba a los misioneros, a mi presidente de rama Hermano Vargas, cuando dando mis primeros pasos como miembro me decían, -siga adelante hermano Félix, no tema, el espíritu Santo le acompaña todo el tiempo. El Señor sabe lo que hace…
Trabajé poco tiempo bajo la dirección del Elder Howard, pero este hombre, dejo una gran huella dentro de mí, me enseñó doctrina avanzada que saciaba mi tremenda curiosidad de saber más y más.
Detrás de aquella apariencia de hombre duro e inflexible, existía un hombre muy claro, correcto y hasta con un buen sentido del humor. Un maestro de la India, Ski Swami Sivananda, enseño que el buen humor, es un signo de vida y de crecimiento espiritual. Elder Howard, fue un buen Presidente y le estoy muy agradecido por el breve tiempo que compartimos juntos en la obra del Señor.
Nota:
Continuación del libro Verdades Ocultas en el nombre de Jesucristo, cuyo manuscrito lo termine hace más de 20 años, que iré publicando hasta completar con la conclusión final. Esta es la continuación de lo publicado anteriormente con el título de mi "Bendición Patriarcal".
Los que deseen voluntariamente apoyarme en la publicación, otros libros, y artículos, considerando mi edad estado salud, que amerita operaciones quirúrgicas que no estoy en condiciones de cubrir, para continuar produciendo, aportando mis conocimientos y experiencia, pueden colaborar con sus generosas donaciones en mi cuenta del Bank Of América, No. 898047890388 o a mi cuenta PayPal, utilizando el e-mail felixjelinek2@gmail.com También a mi nombre en Banesco cta cte. No 0134-1057-74-0001003092 Para más información requerida, pueden utilizar mi correo o el whatsapp 0414 9116887.
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