CAURIMARE.  EL PODER DE UN DIRECTOR DE ASUNTOS TEMPORALES  ORGULLOSO Y SOBERBIO.

CAPITULO 13 y 14  

13.1 Elaboración de presupuesto de construcción AC21.
Este caso, marcaba definitivamente el fin de mi actividad laboral administrativa en las oficinas temporales de la Iglesia de Jesucristo de los Santos De Los Últimos Días,  mi relevo como Representante Regional y Director de la Iglesia en Venezuela.
Se elaboró el proyecto y el correspondiente formulario conocido internamente como AC21. Presenté a la consideración del Hno. José Jiménez en su condición de Gerente Regional, el presupuesto elaborado por Construcciones según los planos aprobados y la proyección de costos correspondiente. José lo observo detenidamente y me dijo: "Félix estas cifras son muy altas. No se ajustan a lo solicitado por el área. y me invitó a reducir significativamente la cantidad solicitada.   Así lo hice, donde pude, y regrese de nuevo a su oficina. Nuevamente lo reviso y me dijo: "Félix sigue estando alto,  bájalo más". Le dije que no se podía. Para hacerlo, teníamos que eliminar algunas partidas o modificar los planos ya aprobados por el área, SLC., y la ingeniería municipal. Agregué que corríamos el riesgo de usar, no solo la contingencia, sino de solicitar fondos adicionales. La otra forma para reducir el monto del presupuesto, era devolver los planos al área para que fueran modificados, pero el plazo para presentar la solicitud, atentaba contra nosotros y no nos permitía hacerlo. Las solicitudes tienen un tiempo de validez, por cuanto es dinero colocado en actividad productiva, que se compromete para una determinada fecha y debe estar disponible. Esa fue la información que recibí, cuando insistí en reenviar un nuevo AC 21 al Área.
José me contesto: -Félix si no quieres reducir la cantidad a solicitar, tendré  que ordenarle  a tu  analista de costo Giovanni Safina que lo haga-. Le conteste hermano José, es imposible con los mismos planos, y cómputos métricos, llegar a la cifra que el área ha considerado-. Además el país entraba en un proceso inflacionario acelerado, que afectaría los costos del proyecto de manera importante, en el mediano plazo. Insistió  en cumplir con la instrucción recibida. Salí de la oficina  preocupado  por la posición de inflexibilidad que se mantenía, en cuanto a no solicitar una cifra mayor que se ajustara a la realidad del proyecto, entregándole el presupuesto (AC21) con mis estimaciones y recomendaciones sobre su escritorio. José envió el AC21 a mi asistente de regreso a construcciones, para que fuera ajustado de acuerdo a las instrucciones recibidas del DTA Kradolfer de bajar los costos a como diera lugar. Esto significaba, reducir costos,  eliminar partidas muy importantes, como por  ejemplo: el Aire acondicionado, bajar la  altura de techos, que estaban previstos para colocar la  ductoria del aire, modificar la fachada toda de vidrio, justo hacia el lado oeste, donde le da todo el Sol de la tarde y otras partidas que no  recuerdo etc. Esos planos estaban aprobados y supuestamente no podían ser alterados sin la autorización de Salt Lake City y de la Ingeniería Municipal. Mi asistente de costos, me  presenta el formulario, que   me niego a recomendar, por su inviabilidad manifiesta. Ese AC21,  se había ajustado de  manera poco técnica, a la medida del Dta., y no de los planos aprobados, para complacer al DTA, que a toda costa insistía en reducir los costos, pero  manteniendo las dimensiones originales y la calidad del proyecto. Esto posiblemente era factible en otros países del Area, pero no en Venezuela, donde existen estrictas normas en la construcción.  Además las ordenanzas Urbanísticas eran muy exigentes en cuanto a las normas de construcción antisísmicas, que incrementan los costos de los proyectos.  
Continuar bajando los costos aun más, era realmente  imposible, sin que se redujeran los tamaños de las construcciones, se cambiaran algunos elementos constructivos y se afectara la calidad y el tiempo de la obra. Sin duda la región había tenido mucho éxito, ayudado por la enorme devaluación que sufría el bolívar ante el dólar, que había pasado de 4.30 bolívares por dólar en 1982 a  bolívares 53 para finales del año 91.  Tan solo había que obedecer, sin importar las consecuencias.  Ese no era mi estilo de hacer las cosas, ni antes, ni por encontrarme bajo presión para hacerlo. Mi experiencia y conocimiento se dejaban de lado. Se trabajaría con los planos y cómputos métricos  aprobados y se le prometió al contratista aprobar ordenes de cambio sobre la marcha del proyecto (que estaban prohibidas por el  Área)  para ir nivelando el monto de la obra, sin desobedecer la orden del Presidente de la Iglesia Hinckley de no otorgar ni un dólar más para ese proyecto.

13.2. Alerta al Gerente Regional José Jiménez.
Alerte al hermano, Jiménez que este AC21, elaborado al gusto y no ha la verdadera necesidad,  traería,    solicitudes de fondos adicionales.  Por esa firme posición, se incremento mi calificativo de rebelde, desobediente y conflictivo. Siendo que trabajaba para la empresa del Señor en asuntos espirituales y no para los hombres, mi obediencia era con Dios Padre y su hijo Jesucristo. Deben existir mas de treinta escrituras, tanto en la Biblia, antiguo y nuevo testamento, Doctrinas y convenios y el libro de mormon,  que señalan la importancia de obedecer a Dios en todas las cosas relacionadas con su reino y edificación, para beneficio de la raza humana. Obediencia en el sentido espiritual, significa hacer la voluntad de Dios, no la de los hombres, que entienden por obediencia, docilidad, sumisión, sometimiento, subordinación etc. Las leyes de Dios son previsibles, justas, perfectas, no cambian, son para todos. Las leyes de los hombres son imprevisibles, a veces injustas, no son perfectas, cambian, no son para todos los hombres. Escuche a un líder ante este razonamiento preguntar a la congregación ¿Dónde debíamos colocar nuestra confianza? Además en D.C. 105:5 se puede leer la revelación que recibió José Smith a las orillas del rió Fishing-Missouri el 22-6-de 1834, que dice: "Y no se puede edificar a Sion (esto incluye sus facilidades físicas), sino de acuerdo con los principios de la ley del reino celestial; de otra manera, no la puedo recibirla"
Tener libertad para pensar, experiencia, razonar, opinar y ofrecer otras puntos de vistas, era calificado de  conflictivo o rebeldía, pese a que estos elementos están considerados en el plan de Dios desde el   concilio de los cielos, donde todos sus hijos espirituales decidimos lo que haríamos en la mas completa libertad ante nuestro Padre Celestial. Desafortunadamente el tiempo me dio la razón, y los posteriores eventos legales con el contratista, confirmaron mis pronósticos.
Finalmente el AC21  se envío tanto al Área como al Lago Salado, sin mi recomendación como responsable del departamento de construcciones.  A las semanas regreso de Salt Lake City-Utah, aprobado. Me llamo la atención que al pie del formulario, se había escrito en forma manuscrita y en ingles "Aprobado NI UN DÓLAR MÁS"…y venía con la firma del Presidente  Gordón Hinkley.   Pensé en ese momento, que el Presidente actuaba, en virtud de la  elevada cifra de dinero mal gastada e improductiva utilizada en el pasado en esa propiedad. Un terreno con todo el pasado que ya he relatado.   El hermano José Jiménez no conocía el pasado y toda la historia oscura de ese terreno.  De allí su actuación, en ese momento de obedecer al    DTA., Kradolfel, que ejercía una gran presión sobre la región para lograr los resultados que quería de manera impuesta, utilizando la autoridad y el poder mal entendido.
Se procede rápidamente  a preparar toda la documentación para abrir el concurso correspondiente. El tiempo de validez para iniciar la construcción corría y la instrucción del Presidente Hinkley pesaba mucho en el Area y la Región Venezuela..  Comenzamos a tener problemas con la asociación de vecinos del lugar, que se negaban a dar su visto bueno al proyecto, por temor a la supuesta música y mensajes por parlantes, exceso de vehículos y de personas en el área residencial, que es costumbre por otras congregaciones religiosas.   Sin embargo, hicimos frente a esta situacióndemostrando, que sus inquietudes eran injustificadas. Seguimos avanzando y reuniéndonos con los vecinos para aclararle sus dudas y contestar sus preguntas, durante algunas noches, donde éramos invitados y se nos permitía dialogar y exponer nuestros argumentos. Finalmente tras algunas reuniones en su sede y apoyado por el Arquitecto Juan Molina,  uno de los socios  de la empresa ganadora  del concurso Caurimare,  Consorcio Ribeiro Molina  quien no era mormón, pero si conocía muy bien como funcionaba la Iglesia  por su relación laboral con la misma, logramos la aprobación de los vecinos y de la Ingeniería Municipal. Fue importante para los vecinos escuchar una opinión de un no miembro, para la toma de su decisión, que finalmente fue favorable a la Iglesia.

13.3. Se  ordena incluir en el concurso Caurimare a una  Empresa peruana   sin experiencia en Venezuela por instrucción del DTA Kradolfel.
Fui  llamado a la oficina del Gerente Regional José Jiménez, quien me informa de una empresa de reciente registro, cuyo propietario era del Perú, y estaba interesada en concursar o licitar en el proyecto. Caurimare repito, por sus dimensiones, representaba un trabajo importante para cualquier contratista.   José me indica, que su propietario  venía recomendada por Phillipe Kradolfer, el DTA  que había trabajado en el Perú, con la iglesia como Gerente regional. Le conteste que esperaríamos por su carpeta  y demás documentos, para evaluarla, como lo indicaba la política al respecto. Agregué que siendo una empresa, de muy reciente registro  en nuestro país, y sin operación alguna, podría confrontar algunos problemas para calificar. El sistema de calificación que habíamos diseñado tanto en  construcciones, como en finanzas, era realmente  exigente después de los fracasos y de las irregularidades que habíamos encontrado en construcciones de la región Venezuela.  Ello había sido debido  a la muy mala calidad tanto profesional como administrativa, que habían tenido empresas anteriores, que estaban en el registro de contratistas de la Iglesia y que habían ingresado en el pasado, con el apoyo interno.  Se trataba de repetir una situación ya superada, pero esta vez la recomendación la hacia un DTA., y el no obedecerle, ponía en riesgo algunos puestos, entre ellos el mío como jefe de construcciones. Esta empresa pertenecía  al Ingeniero  que me invito a cenar en Lima, pero preferí esperar los acontecimientos. Pude comprobarlo  posteriormente durante su primera visita  a nuestras oficinas y así se lo hice saber al hermano José Jiménez. Su nombre que no recuerdo, debe estar en los archivos del concurso en ese proyecto.
Recibí instrucciones muy precisas de incluir en el concurso a la empresa peruana, pese a que no calificaba. Esta llamó  solicitándome los requisitos para concursar.  Le fueron entregados la lista de requisitos,  requeridos por la Región, para optar a la calificación previa como empresa apta para concursar. Recibimos la carpeta, con muy pocos soportes dado a que no tenía ninguna experiencia en Venezuela.   Se la entregue al analista  asistente del departamento,  quien me informa que la empresa no cumple con ninguno de los    requisitos básicos. Se lo hago saber al Gerente Regional,  quien me había solicitado lo mantuviera informado de todo lo relacionado con  esa empresa. José me dice textualmente "Félix obvia estas observaciones, el dueño de la empresa tiene buena  experiencia en el Perú como contratista, le ha hecho muchas capillas a la Iglesia y viene recomendada por el DTA Kradolfel".  Le solicite a José, que consiguiera una carta del DTA., o de la oficina del área, que soportara la recomendación, que hacían.  Le recordé como era mi deber hacerlo,   que estaríamos violando la política y necesitábamos ese soporte.  El último punto de las normas que debíamos respetar como empleados de las oficinas y los estándares personales de conducta que se esperaban de nosotros los empleados, dice así: "Las acciones de cada empleado deberían reflejar una actitud de apoyo en las políticas y procedimientos de la Iglesia".
La carta que le fue solicitada  supuestamente al DTA Kradolfel, nunca se recibió. Era una orden y había que acatarla.
El Departamento de construcciones a mi cargo, no califica a la empresa, pero  fui obligado a   presentar la carpeta al departamento de finanzas y contralor de nuestra región, cuyo supervisor era el Hno. Wyan  Pressgart. Este también   debía calificarla como cualquiera de las otras empresas participantes, en su doble condición de supervisor de finanzas y contralor de la región.  El Hno. Presgart no da su aprobación y así lo deja establecido en la planilla que utilizábamos para calificar las empresas. La razón era muy sencilla, no presentaba balances financieros ni obras ejecutadas en el país y nunca se recibió otro soporte o respaldo que indicara que si era conocido por la iglesia en el Perú. Por lo tanto no la calificaba. Se niega a firmar el formulario con la descalificación. Lleve al Hno. Jiménez el formulario con las dos observaciones. Las lee y me dice: -Félix,  la empresa debe participar. No tengo intención de ponerme en contra de la instrucción que he recibido del Dta., El es el Director y Yo debo cumplir la instrucción-.   La presión sobre José era inmensa, lo sentía y me lo había señalado. José sin duda estaba en una muy difícil posición, y siendo un hombre digno y honesto, pasaba de manera innecesaria por momentos de gran  tribulación y conflicto. Ello puede ser comprobado en los soportes que deben reposar en los archivos de la historia de Caurimare a menos que estos también hayan seguido el mismo camino detectado en posteriores auditorias por la Iglesia, que siguieron soportes muy importantes del caso Guatire, donde se  dio el toque final, luego de la faena que realizaron conmigo.    De todas maneras, no estando José Jiménez presente, y ante la posibilidad de que dichos soportes hayan desaparecidos, se pueden consultar a otros  protagonistas, como W. Presgart, que pueden dar testimonio del hecho final, que hizo activar el mecanismo de detonación en mi contra. 
Este caso infelizmente marcó el final de la buena relación que tenia con José y mi existencia como empleado en las oficinas.   La empresa fue finalmente incluida en el concurso, sin cumplir los requisitos de calificación. Se violaron las políticas, normas y procedimientos, los estándares de conducta y hasta el credo del contralor de la iglesia, que dice así: "Honraré la  sagrada confianza recibida, manteniendo el más alto nivel de integridad, servicio y habilidad profesional. Seré honrado y procederé con rectitud en el trabajo y en todo momento" Concluye: "Seré un ejemplo para los demás en todos mis tratos laborales".  Una vez más bellas expresiones protocolares llenas de hermosos deseos  para capacitar al personal nuevo y cumplir con parámetros protocolares pre-establecidos en la organización. Comprobé que en algunos procesos en las rápidas auditorias que se originaban por parte del lago salado, era importante verificar si estas cosas existían en las normas o políticas, pero de su aplicación práctica poco se averiguaba, porque sin duda implicaba el uso de mayor tiempo. Esta es una debilidad manifiesta, que debería ser observada, por quienes tienen la gran responsabilidad de auditar los asuntos de la Iglesia en todo el mundo.
Finalmente dejando muy clara mi posición y sin pretender conservar mi cargo,    obedecí e incluí a la empresa en el concurso Caurimare. En ese momento ponía en práctica la enseñanza  que había recibido tiempo antes del elder Charles Didier., cuando me dijo: ¡Elder Jelinek si la asignación que usted recibió de mí, no es la correcta, la responsabilidad será mía y usted será bendecido por haber obedecido! La diferencia era que esa enseñanza venia de un verdadero líder, que pese  haberse equivocado, no tomo represalias y por el contrario continuo apoyándome en nuestro trabajo.
Se realizaron las reuniones de consultas previas acostumbradas y esperábamos por el día de la apertura de los sobres.  Poco antes, la empresa  (no recuerdo su nombre pero esta en el acta del concurso y en la invitación efectuada), se comunico telefónicamente conmigo. Se trataba del mismo Ingeniero con el cual había cenado en la ciudad de Lima. Solicito una extensión de tiempo para presentar su oferta, por cuanto habían perdido toda la información que tenían almacenada en su computadora. Esto los obligaba    a rehacer  la data de cálculos para conformar el presupuesto y reingresar al sistema, todos los análisis de precios de las  partidas consideradas, que había recibido de la iglesia.  Le informé que con la sola solicitud de una  empresa, no podíamos posponer la apertura de los sobres y le prometí que consultaría con las otras empresas invitadas al concurso. Para ese momento José Jiménez estaba de viaje en Aruba o Curazao. Hice las llamadas, y todas las demás empresas, que creo eran cuatro o cinco, estaban listas y muy interesadas para la presentación de sus ofertas, a la fecha prevista. Informé a la empresa,  que no podíamos posponer el concurso por su única solicitud. Las políticas internas del PBO., el tener el plazo entre la aprobación y el inicio de la obra,  prácticamente vencido, lo impedían.  A primera hora de la tarde de ese mismo día, recibí una llamada  del hermano José Jiménez desde Curazao, que me preguntaba sobre  el estado del  concurso Caurimare. Le explique lo que pasaba.   Me dijo: -Félix no hagas nada hasta que Yo llegue, regreso esta misma tarde o en la noche a Caracas- Al día siguiente, los sobres debían abrirse a las  10 de la mañana, si mal no recuerdo.   La empresa peruana a primera hora de la mañana de la presentación de las ofertas, llama y  me pregunta: ¿si el concurso sería pospuesto?  Le informé, que todo seguía como estaba pautado. Fueron llegando los participantes a la sala. Me tome algo de tiempo, esperando la llegada de José. Trate de ubicarlo telefónicamente, pero no fue posible. Esperé creo una hora, y ante la impaciencia de los contratistas y la ausencia de la empresa  peruana, que no había podido seguramente solventar su problema técnico, decidí solicitar el apoyo de Presgart, el supervisor de finanzas, contralor de la región y miembro importante del comité de propiedades. Este me dijo: -Félix es tu responsabilidad, pero en mi opinión debes seguir adelante.- Decidí abrir los sobres. Tan pronto terminó el acto, se elaboro el acta correspondiente. Dicha acta fue firmada por todos los presentes sin la presencia de la empresa peruana, quien no asistió.
El abrir los sobres delante de todos, no implicaba  ninguna decisión, pese a que la norma conocida por los contratistas, era que ganaba por lo general, la oferta más baja o que fuera similar en cuanto a su valor y condiciones  a la que el departamento de construcciones hacia de manera privada, para establecer la comparación correspondiente. Los resultados luego, tenían que ser presentados con un análisis en el comité de propiedades de la región, que se reunía todas las semanas.   La empresa Ribeiro Molina de buena experiencia con la Iglesia,  presentaba las mejores condiciones y un precio cercano al presupuesto que teníamos como referencia, que se había elaborado de acuerdo a los planos originales y no con los modificados.
Terminado el acto, y habiéndose marchado los asistentes, se presentó como una o dos horas después el Hno. Jiménez muy acalorado  preguntando por el concurso…    Le contesté que habíamos abierto los sobres y que la empresa Peruana, no se había presentado.

13.4  AMONESTACIÓN Y DISGUSTO DEL GERENTE REGIÓN.
Sin mediar más palabras, me invito a su oficina, cerro la puerta y sus palabras  fueron: "Félix estas en serios problemas, debiste seguir mis instrucciones y esperar". Sabía lo que se  me venia encima, pero no había llegado al PBO, buscando empleo, dinero, estabilidad ó seguridad para mi familia.  Mucho menos debía preservar mi trabajo, adecuándome a las necesidades de otros, siendo deshonesto conmigo mismo, y desleal para quien realmente trabajaba, que no era otro que Jesucristo. Tampoco estaba de acuerdo con obedecer a ultranza, como la ley tan criticada en la Argentina aprobada contra la opinión de toda una nación, sobre la llamada obediencia debida, donde los acusados de lesa humanidad y de haber violado los derechos humanos, en la época de la dictadura militar, fueron exculpados y declarados inocentes, por ser obedientes al cumplir ordenes criminales, que incluyeron lanzar a personas vivas desde helicópteros y aviones sobre el rió de la Plata. Mi actuación estaba ajustada a las normas del PBO y a mi conciencia del como debía actuar, no desobedecí, pero por razones extrañas y ajenas, la empresa perdió su base de datos, el día anterior a presentarse a concurso.  Me sentí solo en ese momento, pues los demás miembros del comité de propiedades, incluido Presgart, guardaron silencio, recayendo toda la decisión tomada sobre mis hombros. Jelinek asumió solo sin ninguna defensa de otros supervisores de la región su posición de seguir adelante con  el concurso privado.  En ese momento me sentía  preocupado, por mí familia, pero tenía mí conciencia tranquila. No sentía  temor ó trataba de justificar la decisión tomada, ante la poderosa  espada y  autoridad, que blandía el DTA., Phillippe Kradolfel.   Le agregue al hermano José, antes de abandonar su oficina, que  solo había cumplido con mi deber, y que había obedecido, pero  que no  creía en la obediencia ciega, sino en la racional. Tampoco en la sumisión, entendiendo por esto, la obediencia por sometimiento.  Salí de la oficina cabizbajo, sabiendo lo que se me venia encima y todo  lo que esta decisión representaría para mi familia. Sobre todo para mi esposa Marisa, que durante años me venía alertando de los peligros que me rodeaban, por las posiciones que tomaba, sobre muchos asuntos internos en las oficinas, que afectaban intereses personales. En algún momento  pensé ¿porque me veía envuelto en tantos problemas sin buscarlos? Pero comprendo que no existe la casualidad en el plan del Señor y que en las peores situaciones, siempre podremos obtener alguna enseñanza. El plan de Dios no es un plan de castigo, sino de oportunidades y por alguna razón en ese lugar, en ese momento y con esos actores, me tocó a mí realizar un trabajo difícil,  sin verme obligado por las circunstancias a negociar mis principios.

CAPITULO 14.
NUEVA PRESIDENCIA  AREA SUDAMERICA NORTE. Elder  William Bradfort

 Bradford.



Con la llegada del nuevo Presidente y con la ayuda del Dta., Kradolfel, que continuaba en el cargo, se intenta imprimir un nuevo  estilo autoritario. Era imprescindible la consulta a la región, a quienes conocíamos muy bien las características constructivas, normas de construcción oficiales muy diferentes en Venezuela a Bolivia, Ecuador y Perú. Las exigencias municipales, situación inflacionaria y su proyección en el tiempo y lo más importante, la situación política de Venezuela, muy confusa y que en poco tiempo dio origen a dos sangrientos golpes de estado. Esto no se tomó en cuenta, La autosuficiencia mal entendida, sobre conocimientos que no eran del total dominio de las oficinas del área temporal,  se impuso desde la oficina del super Dta y el Super Presidente del Área. Ambos pretendían de un plumazo cambiar todo, bajar los costos, los plazos de construcción y construir más centros de reunión, sin tomar en cuenta la experiencia de los profesionales en nuestra región. Las exigencias de construcción en Venezuela eran muy diferentes a las exigidas por los  otros países del área.
Sin duda  la Presidencia del área confiaba en  el impetuoso Director. Desconocíamos su  profesión  y experiencia, pero una cosa era muy cierta,  tenía el poder, la autoridad  y el apoyo, del Presidente Williams Bradford. Una de sus primeras medidas, para demostrar e imponer su autoridad, fue enviar a las regiones,  en tono compulsivo y amenazador como era su estilo, una carta, donde se prohibía el uso de la contingencia que se podía utilizar en casos necesarios, en el caso de que los fondos aprobados, fueran insuficientes y cuya autorización la emitía el DTA.). Se prohibía, igualmente,  solicitar  fondos adicionales a SLC. Esto parecía un buen comienzo, pero  el problema fue su implantación de manera autoritaria sin análisis previos. Por lo menos al departamento de construcciones, que gerencia  o supervisaba, no fue consultado para nada. La palabra clave fue SE PROHIBE y se hace lo que dice el DTA y el Pte., de Área.  Quien violara esta instrucción, corría el riesgo de perder su empleo. En países en pleno proceso inflacionario, especialmente en Venezuela, donde la crisis económica comenzaba hacer estragos, esta instrucción era casi imposible de seguir o aplicar. Se pretendía trabajar con  estimaciones muy conservadoras, donde al margen de equivocación era muy alto, y obligaba a trabajar con una rigidez financiera, inconveniente por las circunstancias. De esta manera, se creía poder  bajar el costo pie2, de construcciones, aún más, igualándonos al tipo de Construcción en Bolivia, Ecuador  y el Perú. Nunca supe si esta decisión del DTA., se debía a una instrucción que recibía del Lago Salado o tan solo formaba parte para cultivar su vanidad.. Realice mis observaciones al   Gerente Regional Hno. José Jiménez, quien me dijo: -Son instrucciones y debemos cumplirlas-. Si los hermanos de propiedades en Salt Lake City, giraron instrucciones a las áreas en el mundo de reducir costos en los proyectos, tenían todo su derecho. El problema era si enviaron o no una lista de parámetros a ser considerados antes de reducir los costos. Los parámetros no podían en todo caso ser lineales en su totalidad, sino adecuado a cada región. $ 33 por p2 para 1992 en Venezuela, era la cifra mas baja lograda desde 1977. Las expectativas de lucro de los contratistas habían venido reduciéndose para tener chance de competir y ganar, en la medida que teníamos un informe mensual del banco de datos de los precios del mercado. Continuar hacia abajo, construyendo los mismos proyectos era acabar con los contratistas a menos que desmejoráramos la calidad de los materiales que se usaban por normas. Creo que eso fue finalmente lo que paso.
Presente posteriormente varios AC21 para la consideración y aprobación del comité de propiedades de la región, pero todos fueron rechazados, por cuanto teníamos que trabajar y tomar como referencia un valor promedio en dólares por pie2, impuesto por el área.   Las cifras que generaba el  departamento de construcción estaban muy por encima de ese promedio. Continuábamos trabajando con los mismos modelos de construcción, los mismos m2,   con los mismos cómputos métricos de obra a ejecutar y manteniendo la máxima calidad en todos los aspectosSeguí siendo calificado de rebelde. Obviamente mi experiencia  profesional y conocimiento espiritual, no estaba acorde con el DTA del Área y sus gerentes sumisos:    Tal vez en otra empresa, mis observaciones hubiesen sido tomadas en cuenta, y al menos analizadas, para su comprobación, dada mi experiencia como gerente, mi conocimiento del país y mi experiencia en departamentos de propiedades de la Iglesia. Pero ello era un imposible en las oficinas de la iglesia. Unos porque no entendían nada y  carecían de  la formación para poder hacerlo. Otros porque evitaban lo que consideraban enfrentarse al DTA., de turno, asumiendo de entrada que sus argumentos podían contrariar   las ordenes que recibían.
La gerencia de la región, una vez más   ordenó   a mi asistente Giovanni Safina,   que elaborara los AC21, ignorando, la autoridad, responsabilidad y   observaciones efectuadas, por mi en la condición de supervisor del departamento involucrado directamente en la elaboración de las solicitudes de fondos.
Venezuela a partir de 1983 con la devaluación escalonada de su moneda, comenzó una espiral inflacionaria de la cual no hemos podido salir. De Bs. 4.30 por dólar, en 1983, paso a $64 en 1992, cuando fui despedido.  Para esta fecha agosto del 2004, estamos en Bs. 2.800 en el mercado paralelo por dólar. Para el momento en que se construía Caurimare y luego Guatire, la economía venezolana era otra. Ello exigía un análisis más profundo y no la implantación de medidas autoritarias tomadas a la fría distancia de la realidad que vivíamos en Venezuela. Finalmente, los AC21 fueron aprobados en la Región, sin mi apoyo, elaborados a la medida  solicitada  por el DTA  y   aprobados  por SLC., quienes confían en sus "especialistas" del área. Recuerdo entre esos AC21, Pto. Cabello, Santa Teresa, La Isabelica, Carupano, El Paraíso, además de Caurimare, entre otros. Todos estos presupuestos debieron ser con toda seguridad deficitarios. Su comprobación es muy fácil y debería ser un buen punto de auditoria, para determinar el origen del incremento de los costos y las razones de los conflictos con buenas empresas que fueron contratadas y cuyas relaciones con la iglesia terminaron muy mal. Todas esas empresas terminaron sus relaciones con la Iglesia. Con toda seguridad, no solo se usaron las contingencias, sino que se  solicitaron fondos adicionales a SLC., a pesar de la prohibición impuesta en la oficina del área, que hizo todo lo posible para evitar dar marcha atrás a la posición asumida.
Estando a cargo del departamento de construcciones, inicié el proyecto Caurimare, antes de ser despedido. Luego  estando  fuera de las oficinas,  conociendo el caso, me encontré con el contratista del proyecto Arq. Juan José Molina a quien por supuesto conocía, por su  buena trayectoria en la Iglesia.  Me informó, que tenía graves problemas con la iglesia, que se negaba a reconocerles órdenes de cambio,  y los incrementos por  inflación. Que  había sido obligado por la propia iglesia muy a su pesar, a   acudir  a los tribunales para tratar de cobrar los incrementos  del contrato de obra.  Esto contrastaba con la política que conocía muy bien, en  cuando   a lograr  acuerdos amistosos, antes de  acudir a tribunales y coincidía con la actitud asumida contra mí, en el caso Guatire. Esto era el fin de una cadena de hechos y circunstancias de vieja data de grandes gastos para la Iglesia en esa propiedad, donde la sentencia del Presidente Hinckley de no aprobar "Ni un dólar más" hacia mucho peso. Molina era un  buen contratista, que había sido muy colaborador para lograr la aprobación de la Asociación de vecinos y de la Ingeniería Municipal, pagaba injustamente nuestros propios platos rotos. Hoy día pienso y sigo creyendo, que  el Presidente Hinckley, fue engañado y  desconocía todo el trasfondo del asunto. Por ello actuaba  mostrando su gran preocupación por tanto gasto improductivo en ese proyecto, en su condición de velar por el buen y mejor uso de los dineros de la iglesia.. El presidente tendrá ahora la oportunidad, de saber la verdad y compararla con los informes que le eran presentados. Luego de esa charla con el Arq. Molina,  informe a la Presidencia del Área, presidente Francisco Viñas por escrito, dándole mi opinión, que se cometía una injusticia con ese contratista. Que  por el conocimiento que tenia del proyecto y de los cambios clandestinos que se habían realizado, sería  un juicio perdido para la Iglesia y le sugería llegar a un acuerdo con el contratista, que me había insinuado su deseo de no litigar contra la iglesia. Mis observaciones nuevamente fueron ignoradas, la inflexibilidad y la rigidez se mantuvieron y la iglesia una vez más con toda seguridad, tuvo que pagar el precio,  de los errores cometidos, por personas que con gran habilidad, siempre salían indemnes, para evitar que el volcán Caurimare, nuevamente entrara en erupción y las cenizas llegaran a Salt Lake City. Ninguno de esos contratistas de muy buena calificación en las oficinas, repito continúo trabajando con la Iglesia. Años después me encontré  en una reunión social  con  uno de ellos, de la empresa Nevabal de origen chileno y me expreso el mal sentimiento que tenía sembrado en su  corazón, por la manera como la iglesia los había tratado y desincorporado como contratista, al no reconocerles los incrementos inflacionarios, que había presentado en su momento. La iglesia tenía para ese momento la fama de ser una trituradora de contratistas.   Se había colocado al frente de construcciones a un joven sin experiencia gerencial  en la supervisión de proyectos  complaciente,   que había sido contratado por mí como analista de costos, actividad que por cierto había realizado acorde a lo que se esperaba para ese cargo. Dado el importante ascenso que para el significaba, su nuevo cargo, se adecuaría sin problemas  a las exigencias del Dta., y la gerencia regional.  De hecho elaboro (dependiendo su trabajo de manera directa de mi como su jefe de departamento), cumpliendo con las instrucciones que recibió de la gerencia regional,  todos los AC21 o presupuestos para la ejecución de obras, en ese primer semestre de 1992, previos a mí despido. Aunque en su momento me incomodo, su actitud, la entendí y lo libero de toda responsabilidad hasta ese momento, de los errores que pudo haber cometido. Nuevamente se puede aplicar  en este caso, la enseñanza del elder Didier, aunque sin duda existía un beneficio con el cambio, que Safina  no podía por sus necesidades familiares y presupuestarias rechazar el cargo para el cual no estaba preparado. Tampoco era miembro de la Iglesia y nunca mostro interés en investigar quienes éramos.
14.1 Entrevista misional
En Abril de 1992, fuimos invitados a asistir con nuestras esposas a una importante entrevista en la bella y fría ciudad de Bogotá-Colombia, con el  Elder apóstol,  L. Tom Perry; un miembro  del quórum de los doce apóstoles.  Después del Presidente de la iglesia, es el tercero en antigüedad en ese quórum. Un quórum es una sociedad para que aprendamos a ser uno, para cumplir la misión y visión  de la Iglesia. Tiene como propósito la instrucción mutua y la conformación de una verdadera hermandad, para  servir al Señor, siendo este tipo de servicio, la forma visible del amor al prójimo. Agregaría además, que no solo se trata de servir o imitar la labor realizada por Jesucristo, sino de asumirlo de corazón, vivirlo dentro de nosotros y para lograr esto es absolutamente necesario estudiar  no solo sus enseñanzas, sino su personalidad, es decir sus características o cualidades que lo inclinaban ha actuar de la manera que lo hacia. Ello nos ayuda a estar más del lado de Dios y de su hijo en todas nuestras actuaciones y no tan solo por seguir directrices, participar en ceremonias, ordenanzas y alabanzas colectivas. Me enteré que para esa reunión también habían sido invitados los hermanos Víctor Villasmil, médico Patólogo, profesor universitario en el Zulia,  quien era el Presidente de la Estaca Maracaibo y el Elder José Jiménez, que además de Representante Regional, sé  desempeñaba, como ya lo exprese, como Gerente Regional de las oficinas temporales en Caracas-Venezuela. Siempre sentí que esa recomendación para ser entrevistado por una Autoridad General tan importante como un apóstol, provenía nuevamente del buen hermano Elder Charles Didier, antes de ser relevado y transferido a su nuevo llamamiento. El  conocía suficientemente, de las dificultades y de la resistencia que  existía contra  mí persona.  Por mis anos de servicio,  los llamamientos recibidos,  el largo tiempo que tenia como Representante Regional y el trabajo que habíamos realizado juntos, era  probable, que  el Elder Didier encontrara meritos en mi persona, para recomendarme, para cumplir una misión de regla por tres años. De esta manera   desaparecerían las presiones que existían en mí contra en las oficinas , evitaba el eminente daño al que seria sometido y lograba al perder su protección, que me dedicara de manera completa a la actividad eclesiástica, alejado del fuego abrasador de las oficinas temporales.  Esta reflexión muy personal la hago, aceptando el principio de la revelación,   para este llamamiento tan importante, que implicaba mucha responsabilidad  y ser un digno   ejemplo, para dirigir  cien ó más jóvenes  misioneros, que durante dos años de su vida, asumen a su presidente de misión y esposa, como una extensión de sus padres terrenales, durante ese tiempo, en que se separan voluntariamente de ellos.
Ese probable llamamiento me alejaba  del eminente peligro del volcán Caurimare sin duda. Por supuesto, el Elder Didier no haría esta recomendación solo por este hecho, sino por una prueba evaluación.  De no haber sido así, pido disculpas al Elder Didier, donde se encuentre, si  he especulado o imaginado estas cosas. También es probable, que   estando dentro del tiempo para ser relevado de mi llamamiento,  alguna banderita se habría levantado, o alguna luz se había encendido dentro del sistema, de seguimiento ubicado en Salt lake City, indicando el fin del tiempo promedio estimado para ese llamamiento y la posibilidad de un nuevo destino. 
Los tres invitados a la entrevista, viajamos juntos y acudimos puntualmente, a la hora prevista con el apóstol.  Discerníamos entre nosotros durante el viaje, entre Caracas y Bogota, que seguramente  se trataba de una entrevista para cumplir  con una misión de regla en algún país. Para Villasmil y para mí, era probablemente, en nuestra condición de conversos siendo adultos,  la primera oportunidad de cumplir con una misión de regla. (La conversión es un proceso de cambio en nuestra vida, sentimientos y creencias, para aceptar la voluntad de Dios, su guía e inspiración, para progresar y avanzar hacia la felicidad y la vida eterna). Para el hermano José Jiménez, probablemente era la segunda, no recuerdo bien si él cumplió con una misión cuando era joven en su lugar natal  Puerto Rico. En lo personal me sentía muy feliz de ser considerado para ese nuevo llamamiento, que me permitiría tanto a Marisa como a mí, cumplir nuestra misión, que no habíamos podido realizar, en nuestra condición de ser conversos ya adultos y casados. También tendría la oportunidad de trabajar con jóvenes misioneros que tanto admiraba y respetaba por su dignidad y dedicación a la obra, en medio de las dificultades, lejos de sus padres y hermanos. Este posible llamamiento, impulsaría a mi hija Eloisa a lograr su testimonio, para salir a la misión y consolidaría los planes que teníamos con Nicolás, de que al cumplir  los 18 años, saliera a cumplir con nuestro sueño de tenerlo en una misión de regla. Para ese entonces Nicolás tenía 16 años y ya realizaba sus reservas económicas, para costearse su misión. Es costumbre en la Iglesia alentar y motivar más a los jóvenes varones, a cumplir con una misión de regla. Todo padre mormón, desea que sus hijos varones cumplan con una misión, al llegar a la edad de 18 o 19 años de edad. Por supuesto, Yo no era la excepción. Hubiese sido hermoso, que los dos coincidiéramos en una misión. Había sido llamado a esa entrevista con el volcán Caurimare entrando en erupción y yo estaba muy involucrado en ello. Obviamente el informe y expediente levantado en mi contra por las oficinas del PBO previo a la entrevista con el Apóstol  Perry de mí persona no fue favorable. José Jiménez y Víctor Villasmil, recibieron sus cartas donde eran llamados a la obra. Por el contrario yo recibí la del despido al poco tiempo. El Elder Perry fue muy parco en su entrevista conmigo y mi esposa y no entendía la razón de su frialdad. Solo había el compromiso de recibirnos por el viaje efectuado desde Caracas Venezuela. Algo no estaba bien con Jelinek…..
Luego de mi despido de las oficinas, que nadie entendía,  mucho menos mi familia y mi relevo como Representante Regional,   mi hija Begui y Nicolás, se negaron a ir más a la iglesia. Luego le siguió Marisa mí esposa, cuando además del falso finiquito al cual me vi obligado a firmar en Caracas Ese falso expediente en mi contra, también me cerró  las puertas de la Primera Presidencia de la iglesia, cuando acudí buscando entrevistarme con el Pte.,  Hinkcley y fui informado a puertas de su oficina en SLC, que no podía recibirme por encontrarse descansando de un viaje a Centro América.

14.2 Profunda decepción.
La frustración de mis hijos fue tan grande, que Nicolás se marcho de la casa, profundamente desilusionado, considerando que habíamos sido todos engañados y su padre tenía mucha culpa de ello. Dejo de estudiar y se puso a trabajar. Estuve separado de mi esposa un año, sin hablarnos, aunque vivíamos en el mismo techo, hasta el punto que Marisa muy molesta por todo lo sucedido, decidió quitarse el apellido Jelinek y usar tan solo su apellido paterno. Mi hija Begui, me hablaba lo necesario. La decepción en la familia  era profunda. Hasta el último momento confié en mis líderes y en el Sacerdocio, pero me fallaron. Marisa me reprochaba el no haberla escuchado y el haber dedicado los mejores años de nuestra vida a una organización que nos había engañado y que se comportaba peor que una empresa del mundo.  Me preguntaban en tono fuerte ¿Donde esta la verdad, en esta iglesia, el sacerdocio, la justicia, el amor entre hermanos que tanto se predica? No tenía respuestas, pasaban por mí mente tantas escrituras, buscando justificar lo que sucedía. Yo trataba de encontrar alguna justificación para mí,  pero no podía convencerlos.  Pensé en mi gran prueba. Trate de mantener una posición, que no hiciera mas daño al testimonio de mí la familia, aunque por dentro me sentía destruido y los sentimientos hermosos que habían anidado en mi corazón, sangraban.  Continué por un tiempo con mucho esfuerzo, teniendo en contra a toda mí familia, asistiendo a la Iglesia nuevamente, solo, como cuando me bautice, recibiendo uno o dos llamamientos en el barrio que asistía. Mamá no podía creer lo que sucedía y perdió todo interés en la Iglesia, aunque aceptaba a las maestras orientadoras de la sociedad de socorro de la Iglesia, que una que otra vez la visitaban. Para mama una mujer con profunda vocación cristiana, gran lectora de libros sobre temas espirituales, de carácter fuerte, pero muy servicia, mi nueva situación la afectaba y decidió ignorar por completo la iglesia.  Luego decidí ausentarme totalmente, de la iglesia, ante algunos comentarios sobre mi despido y relevo, que me hirieron profundamente. A otros tuve que darles   pequeñas explicaciones sin entrar en mayores detalles, para evitar afectar sus testimonios.    Un hermano con el cual había trabajado en la Estaca, me  comento, que algunos pensaban que había cometido alguna falta grave, pero que dada mi alta investidura,  se había manejado con perfil muy bajo el procedimiento de despido. En ese momento le exprese a ese hermano. –que era  falso, la realidad es otra- y le pregunte ¿usted confía en mi? Y el me contesto ¡si Presidente! Pero la razón primordial por la cual decidí dejar de asistir a la iglesia, fue que había perdido el apoyo de mi familia, que tanto me había costado. Además los mensajes desde el pulpito, me parecían muy teóricos, sin sustancia y falsos en boca de quienes conocían mi situación y no habían hecho nada para ayudarme.  Sentía que no podía sostener para ese entonces, al presidente de la Estaca Rafael Pino, que había estado involucrado en mi caso y opto por darle mayor importancia a su trabajo administrativo, que a su verdadera función de trabajar por las familias bajo su responsabilidad espiritual. Sentía  hipocresía, por parte de algunos líderes, que conociendo mi caso y al cesar en mis funciones, me ignoraron, se lavaron las manos o sencillamente me borraron de su lista de hermano o al menos de amigo.
Regresando de nuevo a la entrevista en Bogota, el primero en entrar  fue el Presidente Víctor Villasmil con su esposa, el segundo fue el Elder Jiménez y su esposa y por último Marisa y Yo. La entrevista fue simple y fría, y de poca duración en nuestro caso. Esto me llamo la atención y sentí un mal espíritu cuando salimos de ella. Me reservé este sentimiento tanto con mi esposa como con mis hermanos Víctor y José. Esperamos los resultados en Caracas. Al poco tiempo, Villasmil y Jiménez, recibían sus llamamientos y correspondientes invitaciones para viajar a SLC,  para  ser apartados y poder así cumplir una misión de regla como Presidentes de Misión. Villasmil  fue enviado a Arequipa-Perú, y Jiménez a un país de Centroamérica, creo recordar Guatemala.
Con tristeza de no lograr lo que hubiese deseado, convencí a mi esposa que no era nuestra hora, que el señor sabía lo que hacia, aunque existía una contradicción entre la inspiración de quien me había recomendado y quien me había entrevistado. Respetaba  y sabía, que la entrevista con el apóstol era la más importante, que el tenía la última palabra. Aceptaba el hecho de que el tenía las llaves para decidir o no nuestra salida a la misión. Pensé que tal vez mi conocimiento limitado del ingles, que  no hablaba con fluidez,  podía haber sido un obstáculo, pero  el Hno. Villasmil también tenía esa limitación; así que deje de lado el asunto y acepté con fe lo sucedido y el principio de inspiración que debía tener el apóstol.
 Para ese momento el Hno. Jiménez confrontaba serios problemas con el Dta. Kradolfer, quien ejercía gran presión sobre él, para que Yo saliera de las oficinas. Así que cuando 4 meses después fui despedido, relacioné este hecho con la entrevista con el apóstol Perry.
Esa imagen  que se había fabricado con anterioridad de rebelde y conflictivo en contra de mí persona, por parte de mis detractores, probablemente fueron del conocimiento del Elder Perry que ante ese informe, muy probablemente considero inconveniente mí salida a una misión de regla. Alguien con esas características, no podía hacerse cargo de un grupo de jóvenes, donde existe rebeldía y conflictos propios entre algunos de ellos.  De ser cierta esta presunción o razonamiento, el apóstol  seguía la opinión de la parte temporal  y no la de la parte eclesiástica, como supongo era lo correcto.     El Elder Perry debe conocer muy bien las razones, que impidieron mi salida a la misión. En todo caso, ahora, tendrá la oportunidad, si lee este libro, de conocer  la  versión real de los hechos de manera directa  y discernir si  fui un rebelde, o solo cumplí con mi deber ante Dios y su hijo Jesucristo. Muchas dudas  tengo, y  si es verdad todo lo que se predica, alguien debería ayudarme a aclararlas, para desecharlas de mi mente y espíritu.
14.3. Visita del Elder Perry a Venezuela.
Un hecho muy lamentable del cual me siento culpable y que mí esposa recuerda con dolor y molestia, fue en la oportunidad que el Elder Perry, visito a Venezuela, con motivo de una conferencia en el Forum de Valencia con las Estacas de Valencia, Maracay y Caracas. En esa oportunidad siendo el Representante Regional más antiguo en el país, no fui tomado en cuenta para  organizar o participar en las actividades  antes y durante la visita de la autoridad visitante. El DTA. Kradolfel, nuevamente me ignoro y la responsabilidad de preparar todo lo relacionado con la visita del apóstol, le fue entregada al hermano José Jiménez como gerente regional, alegando  la seguridad y la comodidad, que le brindaba el apoyo logístico de la oficina. Este  también era representante regional, pero con mucho menos antigüedad que la mía.  Además no era un líder de origen local. Lo considere en silencio como una descortesía hacia mi persona.  Nuevamente el formulismo temporal se imponía sobre el trabajo espiritual. El anillo de seguridad que se creaba en torno a la figura del apóstol, por parte de las oficinas,    aislaba al pastor y testigo de Cristo de sus ovejas. Apenas unos cuantos hermanos pudo saludar personalmente, creando férreo  cordón de seguridad en su entorno, excesivo y manteniéndolo alejado de la agrupación de hermanos que deseaban acercarse. Esto fue percibido por una inmensa mayoría de miembros que habían acudido desde diferentes partes, para estar en la conferencia y compartir con el apóstol de manera personal y no tan solo escucharlo a través de los parlantes y a la distancia.. Algunos coincidieron que había sido una reunión fría y sin mensaje. Este  sentimiento en muchas personas, se  acrecentaron por las fallas del sistema de sonido, donde una parte importante del Forum donde se realizo el evento, no escucho los mensajes, y por respeto y reverencia permanecieron callados.  Todos estos hechos, fueron obviados con toda seguridad en el informe y comentarios, que recibió la autoridad visitante luego de la reunión, a la cual no fui invitado.  Habiendo sido el responsable directo, ante la Presidencia del área de las capacitaciones y habiendo participado en la creación de dos de las tres estacas invitadas a la conferencia, tampoco fui invitado a dar mí testimonio el día domingo en la conferencia presidida por el apóstol como era lo usual, aunque esto dependía de la autoridad visitante y su programa. El Elder Perry tenía algún informe que me alejaba de su presencia o alguien estaba muy interesado de mantenerme alejado. El Elder Perry me ignoro durante su visita, lo cual fue detectado entre algunos líderes pero fundamentalmente entre mi familia. Ello se agravo con un incidente, que ocurrió durante nuestro viaje por tierra a la ciudad de Valencia.
El hecho del cual me he arrepentido ante mi familia, fue que viajando en el mismo transporte (bus) hacia Valencia,  distante de Caracas 150 Km., con las autoridades visitantes, habíamos decidido que tanto Nicolás como Begui,  lo hicieran en nuestro vehículo. A mitad del camino, cercano a la  población de la Victoria, población intermedia entre Valencia y Caracas,  mi esposa se da cuenta, que nuestros hijos, hacen señas desesperadamente de que están accidentados al borde de la calzada de la autopista. Me solicito que ordenara parar  el bus, para conocer las razones de sus señas y de ser algo grave, quedarse con ellos, dado el peligro que representaba dejar a dos jóvenes en plena vía. Rápidamente le avise a Jiménez de la situación, quien viajaba cerca del apóstol en la parte delantera y dominaba muy bien el Ingles.  Comentaron algo, mientras el bus seguía su marcha y nuestros hijos contemplaban como nos alejábamos. Le pregunte que hacíamos y me contesto que alguno de los vehículos que venían atrás les brindarían ayuda. Creo que fue un hermano de nombre Díaz, que trabajaba conmigo en el PBO., quien a la pasada les grito ¡Yo aviso que están accidentados! Mi esposa mostró gran inconformidad cuando el Bus no se detuvo y se quedo observando con tristeza como seguíamos la marcha, sin prestarle apoyo a nuestros hijos. Con una lealtad increíble, en silencio, pero enfadada conmigo, acepto el  argumento que le dimos de que recibirían ayuda. Continuamos la marcha. Cuando llegamos a Valencia solicitamos información a los que iban llegando sobre nuestros hijos. Nadie nos daba razón. Nuestros hijos no llegaron a la  conferencia más larga que hayamos asistido ante la incertidumbre y la enorme preocupación que tenia mí esposa.  Mí esposa  miraba nerviosa hacia las puertas, esperando verlos arribar, pero ello no sucedió.  Finalmente termino la conferencia y regresamos a Caracas, entrada la noche, donde por cierto el bus se accidento y todos tuvimos que terminar el viaje en forma dispersa en otros vehículos que servían de apoyo. Luego en casa  nos enteramos, que nadie se había parado a auxiliarlos y que Nicolás con apenas 14 anos, había dejado sola a su hermana para buscar ayuda en una zona de alta peligrosidad, tanto vehicular como personal.  Hasta el día de hoy, Marisa me  recuerda ese triste hecho y algunas veces  me reclama mí actitud de no ordenar al bus detenerse, para auxiliar a nuestros hijos y darle apoyo. Ella esta en lo cierto,  no medí en ese momento las consecuencias de dejarlos solos en plena autopista.  Estuvieron sin duda protegidos y no sucedió algún hecho del cual tuviera que lamentarme toda la vida. Respete la coordinación que ejercía Jiménez durante el viaje. Afortunadamente Nicolás  resolvió el problema con eficiencia y dado lo tarde que se había hecho, decidieron regresar a Caracas, en una grúa, donde esperaban nuestro regreso. Sin duda un grave error de mi parte.

Nota:

La continuación del libro Verdades Ocultas en el nombre de Jesucristo, cuyo manuscrito lo termine hace más de 20 años, lo estaré publicando hasta completar con la conclusión final. Esta es la continuación de lo publicado anteriormente con el título de mi "Bendición Patriarcal".
Los que deseen voluntariamente apoyarme en la publicación, otros libros, y artículos, considerando mi edad estado salud, que amerita operaciones quirúrgicas que no estoy en condiciones de cubrir, para continuar produciendo, aportando mis conocimientos y experiencia, pueden colaborar con sus generosas donaciones en mi cuenta del Bank Of América, No. 898047890388 o a mi cuenta PayPal, utilizando el e-mail felixjelinek2@gmail.com También a mi Cuenta en Banesco cta cte. No 0134-1057-74-0001003092 Para más información requerida, pueden utilizar mi correo o el whatsapp 0414 9116887.  


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