UN CASO DE DIVORCIO
Félix A. Jelinek Maldonado
18-11-08
A finales del 2008 escribí este articulo, con la intención de llevar luz a un conflicto de divorcio, que genero todo un plan de venganza y odio fundamentado en la mentira. Ese plan maquiavelico avivo el fuego, quedando años después solo cenizas y destrucción.
El odio como rechazo, aborrecimiento y la venganza son instrumentos para hacer daño, que incitan humanos que incitan a la revancha, la contención y el ataque. Todo ello implica un deseo oculto de hacer daño, destruir, generar sufrimiento y pesar. En el caso de parejas se afecta a ambas personas. Curiosamente no existe este comportamiento en el resto del mundo animal. Sin lugar a dudas estas indeseadas semillas con las cuales nacen una gran parte de los humanos, es producto de la genética, la educación recibida, el ambiente donde se ha crecido y el tipo de conocimiento que hemos acopiado a lo largo de nuestra vida. Por su mismo efecto dañino, se convierte en el ser que los porta, como un cáncer oculto que en algún momento se manifestara con todo su poder destructor. Difícil de detectar al encontrarse enquistado en el cerebro, lo cual hace más largo y difícil su curación.
La venganza es el peón o el soldado del odio, que en medio de su propia equivocación al actuar, por lo general en silencio, en la oscuridad y la ignorancia, sale en defensa del odio, obedeciendo los dictados de la mente, muchas veces invadida y contaminada por la pasión desmedida y el resentimiento. Desconoce o esconde con habilidad todos los valores, principios y sentimientos buenos, que anidan en todo corazón, sin importar el tipo de persona. Esta realidad genera en el portador de esos buenos sentimientos un conflicto interior profundo y silencioso de rechazo, de culpa, sobre lo indebido que ha puesto en marcha, que no exterioriza, por cuanto el odio y la venganza se encargan de apagar la luz del conocimiento edificante adquirido, que permite la presencia de la sabiduría en todas nuestras actuaciones. La descalificación bajo la influencia de esa dupla que se adueña del ser, es total, severa, injusta, desmedida, visceral, sin que exista ninguna posibilidad de que se pueda manifestar el amor que pudo haber existido. El que esto pueda suceder, se convierte para la venganza y en el soldado atacante el odio, en un síntoma de debilidad, que atenta contra su misión de destruir.
Termina la venganza y el odio, siendo victima de su propio trabajo destructivo, porque el odio no le permite descanso alguno, sino para que pueda cobrar fuerzas, cambia sus estrategias para regresar nuevamente al ataque de su victima.
La venganza y el odio marchitan, afean, insensibilizan, estresan y finalmente acaban principalmente con quienes los portan.
Este escrito lo realice tratando en lo posible de expresar mi manera de pensar sobre un hecho real, sobre el como se debería manejar una separación entre dos seres, que sin duda representa un doloroso conflicto para todas las partes involucradas. Negarlo sería un inmenso acto de soberbia y de absoluta falta de humildad. Pretendí que su análisis, "que a ninguno de los afectados les intereso", ayudara a pensar y reflexionar, para intentar de manera inteligente y sabia, destrabar un proceso bloqueado por falta de ayuda idónea, de calidad, desinteresada, dado el nivel de bloqueo que existía para ese momento. Bloqueo con el paso del tiempo genero mas oscuridad destrucción, ruina, malos pensamientos, rencores. Todos estos elementos solo restaron, nunca sumaron y en definitiva solo alimentaron la VENGANZA y el ODIO.
Es conveniente y necesario que se sepa, que siempre actué sin esconder nada, que por años estuve avisando del proceso de desgaste y la falta de afecto, que se venia acumulando entre la pareja, que solo concentraba sus esfuerzos en el trabajo pensando en el futuro de los hijos, que en definitiva resultaron indiferentes al proceso y por el contrario contribuyeron a mantener la hoguera encendida.
LA SEPARACIÓN.
La separación es un hecho sin lugar a dudas traumático, conflictivo, pero común en una sociedad enferma, en decadencia moral y cada vez más alejada de lo espiritual. El materialismo de lo finito, y la creencia de que todo se acaba al morir, el dicho de que hay que divertirse, disfrutar, gozar, reír, deslastrar-nos de los problemas y preocupaciones, que nos afectan o limitan nuestra calidad de vida, ha llevado al hombre ha practicar la separación y el divorcio, a pesar de que es calificado en la "misma sociedad que destruye al matrimonio, "como algo negativo, pero necesario". La separación es un hecho necesario, porque sencillamente priva sobre parejas diferentes, con la necesidad de terminar con el enfrentamiento, la intolerancia, las recriminaciones, los disgustos que hacen la vida en una relación de pareja imposible y traumática. La convivencia deja de ser agradable, divertida, de respeto, consideración, solidaridad y buena. Los desacuerdos son continuos, cada quien va a un ritmo diferente, continuamente presionados por la realidad de la vida. Aparece el distanciamiento y el camino queda abonado por ambos, para que ocurra la separación y surja el divorcio.
Cuando este hecho esta por ocurrir o finalmente ocurre, se debe buscar la ayuda de profesionales, que ayuden a encontrar los elementos que atizan el fuego de la contención permanente entre la pareja. Por lo general los problemas existen, pero no son detectados, o no sabe la pareja como afrontarlos para solucionarlos. El ruido reemplaza la comunicación y se rompe el dialogo y la reflexión. Aparecen los insultos, las peleas con fuertes ruidos, tratando cada uno de ser escuchado, lo cual resulta imposible. La convivencia que es algo muy importante, porque implica la necesaria intimidad, se rompe. Se comienza de nuevo a vivir de manera diferente. Estas se hacen cada vez más evidentes cuando las personas son de costumbres y educación distintas, con genes, historias, necesidades y expectativas diferentes. Se termina con el respeto y las ofensas son cada vez más frecuentes. Sin duda cuando la relación se mantiene por años, a pesar de la presencia de estos elementos en mayor o menor grado, es indicativo que se ha estado negociando de manera permanente, que ha existido un nivel de tolerancia para poder vencer estas dificultades que surgen en la relación entre humanos.. Es probable en las parejas, que uno de los dos haya sido más tolerante, haya sacrificado más, que el otro, pero aquí se entraría en un tema de lo que es la humildad, el orgullo y la soberbia, que NO permiten se encienda la luz en la oscuridad, para ver donde al menos nos encontramos cuando surgen los conflictos y cual es nuestro nivel de responsabilidad y aporte al mismo. La ayuda profesional de calidad, NO LA INTERESADA, ayudará a que las personas intenten cambiar su conducta, que poco a poco se va tornando más hostil e intransigente, si no se actúa a tiempo. En todo conflicto existen perdedores, menos los que tienen intereses ocultos en mantenerlo.
Los terapeutas especialistas en este tipo de conflicto familiar, recomiendan:
Evitar las peleas que solo encienden el fuego, evitar involucrar a los hijos o hacerlos tomar partido contra una de las figuras de la pareja, hablar mal a los hijos del otro cónyuge, mantener el conflicto e incendiarlo cada vez, más en lugar de apaciguarle. Por el contrario recomiendan la necesidad de mantener el hogar, que se conforma con la familia, cuando existe reunión conjunta con los hijos, una vez que los padres se han separado o divorciado.
No es inteligente continuar con un conflicto, que siga generando sufrimiento y que el implacable tiempo acabe con todo, siendo observados como una obra de teatro en un auditórium abierto, donde las personas solo son espectadores, miran un rato y luego se van, sin poder hacer nada, sin entender nada, escuchando solo el monologo de uno de los actores, mientras el otro calla. Esta obra tuvo un lamentable fin que pudo ser evitado.
Cuando no existe dialogo para reflexionar y encontrar salidas inteligentes, es necesario encontrar la ayuda de un INTERLOCUTOR sabio, solo interesado en encontrar soluciones entre las personas en conflicto.
Para terminar el conflicto y la mentira, propuse entregar la parte que me correspondía sobre una finca millonaria en dinero y trabajo para levantarla. Renunciar a la dirección de un proyecto turístico millonario en ejecución, sin percibir por ello nada a cambio. Exprese mi sincero deseo para la contraparte, se rodeara de un equipo productivo y ocupara su mente en producir futuro. que pueda ocupar su mente, llenar su soledad, tener de que vivir y que todos los involucrados puedan lograr la paz interior, necesaria para vivir y no ver afectadas sus propias relaciones. El arrepentimiento es una maravillosa oportunidad para eliminar las pesadas cargas que acumulamos en nuestras alforjas. Continuar con esto sería MASOQUISMO que significa observar el daño que sufre una persona y no hacer nada, sobre todo por aquellos que fueron involucrados tomaron parte en el conflicto de manera activa y ahora se mantienen como simples espectadores. Duro decirlo pero no existen razones de ningún tipo para actuar y cambiar esta realidad, con la excusa de que se respeta una decisión ó conducta que se auto daña, destruye, mantiene el sufrimiento y la soledad.
Se ha utilizado la mentira, la descalificación, la denuncia penal con sanción de cárcel, por ello he tenido que defenderme, sin descalificar. Todo lo que se ha dicho de mi esta escrito y en proceso penal. Nuevas estrategias, acusaciones, descalificaciones, criticas, insultos, solo alimentaran el odio, la venganza y al cáncer en este proceso que desde un principio trate de evitar.
Quienes me han conocido pueden negar o afirmar todos esos calificativos de los cuales se me ha acusado: 1. Agresor físico de una mujer de la 3ra edad. 2. Hostigador. 3. Amenazador con armas de fuego. 4 Daño Psicológico. 5. Daño patrimonial. 6. Ladrón. 7. Apropiación indebida. 8. Mal gerente y administrador.9. Trato mal a personas. 10. Mitómano. 11. Loco ilusionista. 12 Fracasado. 13. Chulo porque siempre según se ha dicho, viví a costillas de la pareja y muchos otros calificativos enviados de manera manuscrita.
Mi abuela apureña María Samarra Betancourt de Maldonado, tenía un decir popular que usaba en algunas oportunidades: "Hijo no se preocupe, arriba está el que para abajo ve".
Creo en la trascendencia del ser. La ignorancia es el gran reto a vencer, para que el hombre pueda volar como águilas y deje de convertirse en simples gallinas, mirando solo el patio donde se alimentan.
Nota:
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