ACONTECIMIENTOS
Antes durante  y después de  publicar el libro
Verdades ocultas en el nombre de Jesucristo.
·        En noviembre del año 2018,  acudí a Calabozo población del llano venezolano para auxiliar  a Johana  la pareja con la cual estuve relacionado por 10 años  entre el 2006 y el 2016,  luego de mi separación matrimonial. Se encontraba afectada severamente por la falta de alimentos,  medicinas, apoyo familiar y transporte, presentaba debilidad.  Completada mi tarea de servirle, al  siguiente día listo para regresar  a Caracas, colocaba un bombillo en la parte  superior del techo  de su casa para iluminar un patio  exterior oscuro.  De improviso sentí que perdía el equilibrio y caía pesadamente de espaldas de una altura de unos 3 a 4 metros, pegando mi cabeza y cuello fuertemente contra un ladrillo de cemento que había colocado buscando apoyo para sostener la silla que utilizaba para alcanzar  la altura necesaria para cambiar el bombillo quemado. Alcance a gritarle a Johana desde el pavimento solicitando su ayuda, al sentir que no podía levantarme y  perdía el conocimiento. Johana acudió presurosa y me encontró tirado sobre  el piso,  mareado, sangrando copiosamente por la parte de atrás de mi cabeza. Me levanto del piso y le solicite que me llevara adentro de la casa y me sentara en una silla.  Ella preocupada, insistía en llevarme al hospital, pero le  pedí que orara por mí y en lugar de hacerlo "no siendo miembro de la Iglesia", coloco sus manos sobre mi cabeza y me bendijo para que no me pasara nada y pudiera levantarme para acudir al hospital. En la medida que expresaba su sentida y preocupada oración,  recobraba mi conciencia. Me sentí mejor, pensando que no   podría regresar a Caracas   ese día, pero si al  siguiente.  Luego con  la herida lavada,  curada y el sangramiento detenido, evitando dormir, me levante muy de mañana,  todavía algo mareado y con nauseas, decidí     regresar  lentamente manejando  mi carro a Caracas,  evitando   el hospital de la zona, lo cual siempre es una odisea en esos lugares alejados de la ciudad,  sin insumos para atender a los pacientes. Me preocupaba un daño  interno no visible, pero la Fe y  compasiva oración, ha funcionado  hasta el día de hoy. La herida cicatrizo,  desaparecieron los mareos y me incorpore a las tareas habituales.
·        Transcurrido unos días de ese accidente,  el 6 de diciembre del 2018, recibo un email de mi  amigo y hermano de la Iglesia Jorge Chacón desde Utah- EEUU, donde me indicaba que el misionero que me había bautizado en el año 1973,  Avard Hart, deseaba contactarse conmigo. De inmediato nos comunicamos por email, luego de  46 años de haberme predicado el Elder Hard el Evangelio de Jesucristo en Caracas, cuando Yo tenía 30 años y el probablemente unos 20.
·         Ante la cercanía de la navidad y el año nuevo,  me encontraba solo  una noche intentando  dormir, deprimido por la situación de Venezuela, la falta de trabajo, de ingresos,  olvidado por mis hijos y hermanos de sangre. Me sentía defraudado por  los líderes  eclesiásticos locales, que no tomaron en cuenta un proyecto inspirado desarrollado durante dos meses con otros hermanos de la Iglesia,  para darles trabajo a muchos hermanos desempleados, que acudían a sus obispos solicitando ayuda en medicinas y alimentos. Observaba impotente domingo a domingo impotente,  las bancas vacías y como la asistencia al barrio  donde asisto, se iba reduciendo cada vez más  hasta llegar a un pequeño grupo de 30 o 40 personas que se asemejaba a las primeras reuniones de los  pioneros de la Iglesia en Venezuela entre   los años 1968-1969.  Esa noche elevaba mi  pensamiento a mi Padre Celestial, reflexionando sobre  "que más me faltaba por  hacer, cuánto tiempo más debería permanecer en este estado terrenal de intereses mezquinos, violencia, tinieblas espirituales,  necesidades,  venganzas, odios y rencores". A esta situación emocional depresiva, se le agregaba el deterioro de mi estado físico  con el paso de los años, la falta de medicamentos, generándome inseguridad e incertidumbre ante la necesidad de tener que  depender de otros, teniendo que pagar por ello, sin disponer de los recursos suficientes, dada  la severa crisis y miseria por la cual atraviesa Venezuela.
·        Un día de madrugada  en febrero-2019,  luego de mis largas noches de insomnio, sentí la necesidad de levantarme para leer alguna escritura;  pero al buscar cual consultoría  en mi pequeña biblioteca del cuarto, fui guiado hasta una cajita de madera donde guardo mi Bendición Patriarcal. Al leerla lentamente palabra por palabra,  allí escrita en un papel cuidadosamente doblado, fui encontrando la respuesta a mis oraciones que venía solicitando de manera reiterada antes de irme a dormir. Entendía claramente como nunca antes había sucedido, el mensaje recibido del anciano Patriarca Pacheco el 8 de Julio de 1982.  Con gozo y agradecimiento pude recordar de donde venía, quien era, por qué había nacido, que se esperaba de mí y cuál era el propósito en  mi vida. También pude reflexionar donde había fallado y toda la ayuda que había recibido espiritualmente  para soportar las pruebas y tentaciones durante mi estado de prueba y aprendizaje. Se me hizo recordar como respuesta a través del mensaje escrito, que nunca había estado solo y que había podido superar situaciones de peligro y  riesgo de muerte a lo largo de mi vida.  Que mi Padre Celestial me reconocía como  su hijo, me había otorgado el Don del discernimiento para entender  y predicar su palabra y me ofrecía  regresar a su presencia al  completar mi ciclo de vida como un ser resucitado  en la tierra, si permanecía fiel y obediente a Jesucristo. La lectura me hizo recobrar mi autoestima y despertó nuevamente mi espíritu  guerrero  para seguir luchando al lado de Jesucristo.
·         Vino a mi mente  el deseo de publicar el libro Verdades Ocultas en el nombre de Jesucristo, que había permanecido  durante más de 20 años, archivado en mi PC. Decidí, iniciar la publicación con la  maravillosa Bendición Patriarcal, como un testimonio personal de que el SEÑOR nos ha llamado a servir, de acuerdo a los convenios efectuados en la preexistencia, al conocimiento alcanzado y a las características que tenemos cada uno de sus hijos  antes de tomar cuerpos terrenales en esta esfera tierra.
Durante todos esos años, no hubo respuesta alguna a mis solicitudes de que  se investigara y aclarara  el asunto ante los líderes locales, algunos con los cuales  había trabajado tanto en las oficinas administrativas (PBO) como en mis funciones como líder eclesiástico,  durante los años 1983-1992. Mi familia nunca fue llamada por teléfono o visitada, luego que fui despedido de las oficinas y  relevado como representante Regional y Director de la Iglesia en Venezuela.
·        El 10 de  abril del 2018  me sentí impulsado por un sueño,  a escribirle al Presidente Nelson y al Elder Russell Nelson Presidente interino del Quórum de los Doce Apóstoles, informando sobre  los hechos ocultos sobre el caso Caurimare, lugar donde fue construido a final de la década de los 90  y dedicado  en el año 2000, el  primer Templo de  Venezuela, en su capital Caracas.
·        El 12 de Julio del 2019, recibo un correo de un amigo y hermano alejado  de la iglesia, bautizado  en 1973 el mismo año de mi bautismo,  residenciado en los EEUU hace unos 30 años, que conociendo la severa crisis que atravesamos los venezolanos,   me  insistió que compartiera  mis escritos y  mi experiencia con la Iglesia, utilizando el Internet. Me sugiere solicitar donaciones para recibir ayuda y seguir produciendo, utilizando  mi talento y mi mente, que aun funciona bien con alguna pérdida de la memoria mediática, para seguir enseñando, llevando esperanza a miles que no saben dónde ni como hallarla. Además al divulgar  mi triste y larga  experiencia  oculta por años,  podía descansar de mi vía crucis espiritual, atender mis necesidades temporales  y ayudar a otros en las mismas condiciones. Me ofreció  su ayuda y conocimiento en la parte tecnológica sin interés alguno, mostrando mucha paciencia en enseñarme a mi edad, siendo un  analfabeto en informática y programas, al pertenecer  a  una generación que no se formó  en este campo de la computación moderna.
·         Tanto Johana como Florecita, recibieron atención medica en Caracas, siendo asistida  con mucho amor y éxito por la esposa de mi Obispo la Dra. Aly de Sousa en su condición de médico. Se encontraban alojada en mi apto  para que  Florecita pudiera recibir todas las vacunas, alimento y vitaminas  que no existían en su pueblo y terminen los trámites necesarios, para estabilizarse con su pequeña  hija. Mientras ello sucede,  acepto ayudarme a publicar el libro y los escritos sobre teología. Aprendió el trabajo  conversando con Felipe telefónicamente, para la publicación  y los  más de 600 artículos archivados por más de 50 años, sobre ciencia y teología.
·        Completado un mes de iniciada la publicación del libro y los primero 100 artículos con errores gramaticales, de edición, la falta de luz, de internet y servicio de telefonía móvil, el 18 de este mes de agosto termine con el capítulo 26 el cual llame Reflexiones finales.
·        El día 7 de agosto recibí un  corto pero muy sabio mensaje por Twitter del Presidente de la Iglesia Elder Rusell Nelson, invitándome a orarle a  mi Padre Celestial, para recibir su guía y orientación por medio del Espíritu santo.
·        Un mes después de iniciada la publicación,  había completado el libro. Johana estaba dispuesta a publicar el último capítulo. Le manifesté que esperara y qué pensaría esa noche  como debería concluirlo.
·        Esa noche recibí un Email de otro gran amigo Jorge Vásquez, que me consultaba sobre un viaje a Caracas, para ver la posibilidad de marcharse a Brasil en la búsqueda de trabajo. En ese correo cuyo corto texto publique al final del libro, el hace una reflexión muy inspirada que me fortaleció y animo mucho.
·        Amaneciendo el día 20, fui a la computadora  y encontré un mensaje de  INKSPIRED. Com, invitándome a leer un artículo publicado por Felipe Torrealba, sobre las verdades ocultas durante la resistencia pacífica de Mahatma Gandhi,  la lucha y rebeldía civil  del pueblo de la India para liberarse  del yugo británico.
·        Complete mi reflexión final,  escribiendo que el verdadero Templo que debemos construir esta en nosotros mismos y que es fundamental trabajar en el,  para poder seguir  el ejemplo de  Jesucristo.
·         Al mediodía del  siguiente día,  recibo un Email del departamento de comunicaciones de  la Iglesia con un mensaje extraordinario del Presidente Nelson  como digno representante de Jesucristo en la tierra titulado:  "EL CUERPO UN DON MAGNIFICO QUE DEBEMOS APRECIAR"
Deseo  para concluir, exponer la razón por la cual tome la decisión de mantener los nombres de todos los actores involucrados en este relato, luego  de meditar si estaba o no en lo correcto de hacerlo. 
Casi todos los mencionados,  tienen el oficio de SUMOS SACERDOTES y son portadores del SACERDOCIO DE DIOS, el cual les fue entregado para magnificarlo y utilizarlo en su nombre, siguiendo las enseñanzas de Jesucristo. No somos dueños de ese  Sagrado poder. Podemos recibirlo y perderlo,  por lo tanto hablar solo del Sacerdocio  como el instrumento utilizado de manera indebida, sin mencionar el uso que le dieron quienes lo recibieron, sería mantener en el anonimato los  hechos ocurridos, justificados tras la expiación y el sacrificio  de Jesucristo, que como bien lo señala mi amigo Jorge Vásquez, lo seguimos matando y haciéndolo sufrir con nuestras debilidades  y orgullo humano. Este hecho mundano es mucho más grave, cuando aseguramos seguir a Jesucristo y trabajar en su obra, para ayudar a edificar su reino sobre la tierra. La confidencialidad  para evitar herir susceptibilidades, poner en evidencia acciones de poder  e injusto dominio, impide  la necesidad que tienen de arrepentirse,  aquellos involucrados que  aún desconocen el grave daño que causaron con  su silencio, participación directa y  decisiones arbitrarias a otro Sumo sacerdote con su familia. La justicia de DIOS no caduca y el arrepentimiento si tiene una fecha de vencimiento.



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