LA HUMILDAD ES FUNDAMENTAL.
Felix A. Jelinek Maldonado
2009

Desde que tengo uso de razón, he escuchado la recomendación que debemos ser humildes;  al principio como niño asociaba esa palabra con aquellos que siendo la mayoría, se vestían y vivían  de manera muy sencilla. Aprendí mediante el catecismo o las prácticas de piedad en el colegio, que el mayor ejemplo de humildad lo encontraríamos en Cristo, quien había entregado su vida por nosotros. Luego con el paso de los años, pude darme cuenta que muy pocas personas  seguían sus enseñanzas y que ello tenía una gran influencia en la actitud o el comportamiento, interesado y egoísta que practican la mayoría de las   personas. Sin embargo hoy día por lo que me ha tocado vivir y observar sobre este tema, me he dado cuenta que ese primer concepto que para algunos puede estar errado, se acerca  y esta más relacionado con el verdadero concepto de la humildad. Observamos en la vida de Jesucristo, que nació en un hogar común, típico de esa zona, vistió, comió,  durmió y se movilizaba como lo hacía el común de la gente. Enseñaba de palabra utilizando las parábolas  para ser entendido. Vivió una vida sin ostentación de la manera más sencilla. Habiendo sido seguido y  acompañado por muchos, nunca los utilizo para defenderse,  protegerse o crear anillos de seguridad en su entorno.  Si queremos empezar a estar realmente preparados para su segunda venida y ante las señales de los tiempos que se aceleran como lo es el cerco que sufrirá Israel en los próximos años, que finalmente (y esta escrito), será abandonado por sus aliados que dependen del Petróleo Árabe para sobrevivir, todos los que nos llamamos sus seguidores,  sean simples miembros ó líderes, debemos empezar a practicar la verdadera humildad y despertar de la somnolencia que origina el confort, la comodidad, la tecnología, el internet  y la riqueza pasajera.
LA HUMILDAD  es una característica humana, que encierra la virtud de poder conocer nuestras propias debilidades y limitaciones y que conociéndolas actuemos en base  a ellas. Los bienes materiales aunque son una necesidad, nunca serán una fortaleza y nos alejan de la realidad espiritual que es el verdadero sentido de nuestra existencia. La humildad es ausencia de soberbia y presencia de modestia. En nuestra vida diaria, sería el no sentirse más importante o mejor que nuestros semejantes por los logros alcanzados. En una sociedad como la nuestra donde el consumismo, el mercantilismo y la ostentación se convierten en el ejercicio diario y  patrón de conducta, es difícil cultivar y practicar esa virtud, pero algunas enseñanzas nos llevan a reflexionar. Siendo todos iguales e hijos de un mismo DIOS, deberíamos actuar con humildad. Debemos reconocer nuestro pequeño papel en la creación u organización de este mundo y todo lo que en el hemos encontrado al nacer. Llegamos a una gran casa amueblada y con todos los elementos necesarios para vivir, crecer,  aprender y multiplicarnos. En SALMOS 8: 3,4 leemos "cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la Luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿que es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Sin humildad no hay conocimiento de si mismo. Jesús enseño en MATEO 23:12 porque el que se enaltece será humillado, (bajara la cabeza) y el que se humilla será enaltecido. (Honrado, reconocido).        

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